Jue 26.12.2002

ECONOMíA  › DESDE HOY, EL BANCO CENTRAL ELIMINA EL DOLAR OFICIAL

Ahora, el problema es que no baje demasiado

Habrá un único dólar, el dólar libre. El dólar oficial había sido creado para que el segmento minorista pudiera comprar divisas a un precio más barato. Pero el lunes, el libre cayó por debajo del oficial. La discusión sobre qué hacer con el dólar en el verano.

Desde hoy, no existirá más el dólar oficial, por lo cual el Banco Central dejará de operar en forma directa en el mercado minorista. La medida, divulgada por el BC justo antes de la Nochebuena, es la primera de relevancia tomada por el flamante jefe de la entidad monetaria, Alfonso Prat Gay, y constituye la primera señal de flexibilización sobre el mercado de cambios tras los sucesivos endurecimientos que se tomaron tras la salida de la convertibilidad. La eliminación de las operaciones “por cuenta y orden del Central” llega en momentos en que existe un debate, tanto en el seno del Gobierno como entre los consultores privados, sobre el rol que debe jugar la autoridad monetaria en medio del veranito financiero. En el microcentro porteño descartan que la iniciativa oficial tenga impacto sobre el tipo de cambio.
Para ahuyentar los fantasmas sobre lo que pueda pasar a partir de esta mañana, cuando reabran los mercados, los financistas apelan a dos ejemplos: uno, que el dólar oficial terminó, el lunes pasado, un centavo por encima del libre, a 3,50 pesos. Y, dos, que ese mercado minorista se había restringido al máximo: apenas englobaba operaciones por 1,4 millón de dólares diarios. Muy poco en comparación con el monto de las liquidaciones de los exportadores, entre 50 y 90 millones de dólares por día.
El paso al costado del Central en el mercado minorista del dólar no implica que haga lo mismo con su intervención en el mayorista, al menos en el corto plazo. Es en este segmento donde tienen peso las decisiones de los funcionarios. El BC mantiene una batería de controles cambiarios para ponerle un límite a la demanda de divisas: entre los más importantes, el límite de 100 mil dólares diarios en la compra de dólares por parte de empresas y particulares, la obligación de los exportadores de liquidar sus divisas en la ventanilla de la autoridad monetaria y las trabas al giro de divisas al extranjero. Dadas estas restricciones, el Central viene acumulando en sus reservas los dólares del superávit comercial. En la actualidad atesora unos 10.400 millones de dólares, nivel parecido al que tenía a comienzos de año, a pesar de que se pagaron 4500 millones de dólares a los organismos internacionales.
El debate de fondo entre los técnicos del Gobierno y los economistas ortodoxos es si la ganancia de divisas por parte del BC no tendrá efectos colaterales negativos. Por ejemplo, si la constante emisión de pesos para comprar los dólares a los exportadores no impulsará la inflación. Por ahora, Prat Gay se mantuvo al margen de la discusión, mientras que Roberto Lavagna ya explicitó que prefiere mantener un dólar alto como el actual. De esta forma, argumenta el ministro, la Argentina podría favorecerse porla ganancia de competitividad que le dio la devaluación. Por otra parte, la intervención del BC manteniendo el tipo de cambio evitaría la volatilidad. En el equipo económico sostienen que una eventual baja del dólar no se correspondería con una caída en los demás precios de la economía, mientras que, por el contrario, cualquier suba implicaría un inmediato traslado a los precios de los productos de consumo masivo.
A comienzos de año, el Central se vio obligado a crear un mercado oficial para ponerle freno a la escalada del dólar. Ahora pasa lo contrario: el BC es un comprador neto –el viernes embolsó 72 millones y acumula 417 millones en el mes– para que el dólar no baje de los 3,50 pesos. Por el momento, Lavagna parece cómodo jugando en este delicado equilibrio: en medio del default con los organismos prefiere stockear dólares a pesar de las advertencias sobre un posible rebrote inflacionario.
¿Será la suspensión del mercado oficial la primera señal de que el Gobierno cambió de estrategia? El Fondo Monetario presionó en los últimos meses para que la Argentina libere el mercado cambiario, y ayer en la city porteña no descartaban que esta última medida tuviera que ver con el acercamiento en las negociaciones con Washington. Tampoco son nuevas las presiones de las empresas endeudadas en el extranjero para que el Central les permitiese cumplir con las obligaciones y levante las barreras a los giros de divisas al exterior. De esa manera, el tándem Prat Gay-Lavagna le encontraría “utilidad” a los dólares que obtienen en el mercado sin necesidad de emitir pesos y correr el riesgo de la inflación.
Pero el tema divide aguas incluso en el equipo económico. Prat Gay considera que empezar a liberar los controles de capitales sería una buena medida para resolver el problema del exceso de emisión monetaria. Otros, en cambio, estiman que la flexibilización de los controles sería inviable en el corto plazo ya que daría lugar a una peligrosa fuga de divisas.
Sea como fuere, en Economía reconocen que en los próximos días será necesario fijar nuevas definiciones en materia de política cambiaria para evitar turbulencias en el verano. Pero estas decisiones dependerán también de dos hechos fundamentales. Por un lado, la amenaza de la Corte de dolarizar los depósitos reprogramados el próximo lunes. Por el otro, la suerte del acuerdo con el FMI, en especial de concretarse el nuevo desplante de la Corte a Duhalde.

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