El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, inauguró ayer el centro de cómputos que se encargará de gestionar toda la información que surja del Sistema Unico de Boleto Electrónico (SUBE). El llamado backoffice será provisto por la UTE Metronec y Siemens, las mismas compañías que junto a Indra ganaron la primera licitación para colocar 10.000 máquinas validadoras. Según datos oficiales, el sistema está funcionando sólo en siete líneas de colectivos, más todas las líneas de subte y los ferrocarriles Urquiza y Belgrano Norte, mientras que hay otras 15 líneas de colectivos que ya tienen las máquinas instaladas a la espera de entrar en funcionamiento. Por su parte, las pymes de la industria electrónica continúan reclamando por irregularidades en las licitaciones de la segunda etapa de máquinas validadoras, donde están en juego otros 7400 equipos.

“Ya hay un sistema inteligente armado, que nos permitirá transparentar todo el régimen de subsidios. Este proceso se concretará paso a paso, no nos preocupa el tiempo. En Chile llevó dos años y en Colombia, tres. En el curso de este año tendremos el SUBE implementado en su totalidad”, manifestó Schiavi durante el acto de inauguración del sistema de backoffice, que compartió con el presidente del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega.

En el área metropolitana circulan unos 17.000 colectivos. Actualmente el SUBE funciona en las líneas 5, 8, 20, 50, 61, 62 y 101. Desde febrero pasado la Secretaría de Transporte está trabajando sobre otras 15 líneas (6, 12, 23, 28, 39, 57, 86, 88, 102, 129, 150, 151, 168, 194 y 195), que ya habrían instalado 1600 máquinas, aunque todavía no entraron en funcionamiento. Schiavi sostuvo que lo harán “en las próximas semanas”. Hasta el momento se entregaron 700.000 tarjetas SUBE de un total de cinco millones. El sistema de boleto electrónico había sido anunciado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en febrero del año pasado, como una forma de paliar la falta de monedas. La primera parte de la licitación para las máquinas validadoras fue para las grandes compañías (había que tener un patrimonio de 15 millones de dólares). Tras la salida de Ricardo Jaime de la secretaria, las pymes locales comenzaron a tener una mayor participación. Sin embargo, al final del proceso quedaron afuera.

“Durante esta segunda etapa quedaron nueve empresas, entre grandes compañías y pymes. Todas participaron de un examen público en la UTN, tal cual estaba especificado en los pliegos de licitación. Sin embargo, luego de pasar las primeras pruebas se requirió un segundo examen, pero esta vez a puertas cerradas y sin la presencia de escribanos. Ahí quedaron afuera las pymes”, señaló a Página/12 Claudio Kramer, titular de la cámara que nuclea a empresas de electrónica (Cadieel). La pyme Coin Control presentó una impugnación a todo el proceso.

De esas nueve empresas, quedaron tres: Siemens, Laser y Tallion. La primera ofreció las máquinas en 1300 dólares, cuando durante la primera licitación el costo había sido de 2500 dólares. La segunda quedó afuera por haber ofrecido equipos un 30 por ciento más caros que sus competidoras. Y Tallion, empresa de Cristóbal López, continúa en la licitación.