En la sala que antecede a la oficina de Hugo Moyano, en el Sindicato de Camioneros, lo espera una ajustada agenda de reuniones. Dirigentes sindicales y compañeras del gremio aguardan turno para dialogar con el titular de la CGT. Vestido con camisa clara y chaleco rojo, Moyano recibe a Página/12 para mantener un extensa entrevista sobre salarios, paritarias, inflación, el discurso de los sectores de poder, peronismo y las elecciones de 2011. La conversación transcurre sin interrupciones y al terminar se lamenta por no haber ofrecido nada para tomar. Se distiende a medida que pasa el tiempo y avisa que, por ahora, no pretende postularse como gobernador de Buenos Aires, aunque sí espera asumir en los próximos días la presidencia del PJ bonaerense. Al mencionar las palabras de Hugo Biolcati en la inauguración de la Rural, lo señaló como “un discurso absurdo, provocativo, sin sentido”. También habló de Héctor Magnetto, CEO de Clarín, y su encuentro con las cúpulas empresarias, de Gerónimo Venegas y Luis Barrionuevo y de los candidatos presidenciales justicialistas. “No van a participar, el que sabe que pierde no participa”, vaticinó. A criterio de Moyano, hay dos “candidatos a presidente en el país: está Néstor y lo que ha dicho (sobre su eventual candidatura) Cristina; habría que hacer una interna entre ellos”, bromeó.

–¿Por qué durante cada paritaria los empresarios hablan de “irracionalidad de los reclamos” y “desborde salarial”, y finalmente no sucede nada extraordinario?

–Eso es histórico. Siempre ha pasado lo mismo. Son las tácticas y estrategias de cada una de las partes que negocian. Por ahí las organizaciones piden un porcentaje superior para después arreglar por un monto determinado que ya conocen, y los empresarios ponen el grito en el cielo diciendo que no están en condiciones de dar aumentos, o que traerá inflación. No es malo, es algo normal.

–Desde sectores empresarios, y en algunos medios, se advierte sobre la reapertura masiva de las negociaciones salariales.

–Siempre quieren crear un clima de tensión y preocupación que no existe. Yo no lo advierto. De todas formas, a mí nadie me comentó esa preocupación. Algunas organizaciones pueden discutir temas que venían atrasados, pero eso no tiene nada que ver con la reapertura de las paritarias.

–También están quienes ponen el grito en el cielo por el pedido de Camioneros para el pago de viáticos y alimentos en vacaciones.

–Hace tres, cuatro años que lo discutimos. En nuestra actividad, por razones que le son propias, tenemos una parte que se paga en viáticos por comida y otra por traslado. Cuando el trabajador sale de vacaciones, esa parte no se les paga y se ven perjudicados en sus ingresos. Algunas actividades implementaron bonos vacacionales, como tiene Smata, nosotros estamos buscando la forma de hacerlo. Pero esto no significa la reapertura de la paritaria ni nada que se le parezca. Significa continuar con un reclamo histórico que muchas actividades como la recolección de residuos ya tienen.

–¿El reclamo tiene que ver con la insatisfacción con el incremento del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias?

–(Interrumpe.) Es un absurdo que no tiene sentido. ¡Ponen cada estupidez!

–Se mencionó también la disputa de poder en el interior de la CGT.

–¿Quién me está disputando la CGT?

–La Presidenta se fotografió con el titular del sindicato de Comercio.

–¡Pero por favor! La Presidenta se reúne y fotografía con quien quiere. Es la Presidenta. Hay cosas que no tienen sentido, las ponen para embromar. Nada más para eso, porque no sirven para otra cosa.

–La CGT y las cámaras empresarias abrieron hace algunos meses una mesa de diálogo con los dirigentes empresarios. ¿Cómo impactan en ese vínculo las reuniones que mantuvieron con el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, la UIA y AEA?

–Cada uno se saca la foto que quiere. Pero lo que yo veo es una actitud desesperada de los grupos de derecha que se ven perdiendo la batalla. Su referente ideólogo, su “patroncito”, los ha convocado a todos teniendo en cuenta la situación difícil por la que está atravesando. Dentro de poco aparecerá información con respecto a Papel Prensa que lo dejaría bastante complicado. Es una actitud de desesperación. Pero no influye en nuestro vínculo.

–Usted se refirió recientemente a las declaraciones empresarias como un “discurso absurdo”.

–Fue por el que hizo Hugo Biolcati en la Sociedad Rural. No sé cómo denominarlo. Es un discurso absurdo, sin sentido. Además, ¡quién lo dice! El hablando de los pobres y los humildes. Un discurso provocativo y ofensivo que no tiene ningún sentido en un lugar donde se va a celebrar un aniversario. Yo he conversado con gente que no tiene animosidad con el campo y también lo ha visto mal. ¿Qué pretende? Lo habrá dicho con intención de arengar a su tropa. El otro día decía que la (Exposición) Rural lleva 134 años exponiendo muchas especies de animales: vacunos, ovinos, porcinos, aves y equinos. Pero en la foto que se sacaron daba la impresión de que se exponía otra especie, que algunos decían que estaban en extinción, pero de vez en cuando reaparecen. Los peronistas tenemos mucho conocimiento de eso (sonríe).

–¿Qué impresión le dejó la discusión sobre el salario mínimo vital y móvil de la semana pasada?

–Es un avance importante, por el porcentaje del 22,6 por ciento y la forma en que se aplica, que es en cinco meses. En los últimos siete años se estableció un aumento que se hizo en tres veces, esta vez logramos que se realice en dos. Uno muchas veces habla de un porcentaje y esa cifra se paga durante todo el año en curso. Este aumento se da en agosto la primera parte, la mayor, y en enero la segunda. A nosotros, siempre nos van a resultar insuficientes los aumentos de salarios, los de Camioneros y los de todas las organizaciones, porque estamos en una etapa de recuperación del poder adquisitivo. Todavía no estamos recuperados. Yo creo que un sueldo hoy no podría ser inferior a los 3000 pesos, pero más allá de los planteos de los idealistas hay que llegar a eso racionalmente.

–¿Cómo impacta la dinámica actual de alza de precios sobre esa recuperación?

–La inflación no es buena para el salario, ni para muchas otras cosas. Pero estamos viendo cómo se elimina la inflación en el mundo congelando salarios y despidiendo gente, en la década del noventa la eliminamos con mayor desempleo. El costo de la inflación era la pérdida de puestos de trabajo. Si algunos quieren ese tipo de inflación cero, nosotros la rechazamos rotundamente. Un poco de inflación, manteniendo los salarios y tratando de recomponer el poder adquisitivo mantiene una movilidad social. Ahora, si se congelan los salarios y se pierden puestos de trabajo, esto no sucede.

–Alguna lectura malintencionada podría inferir de lo que usted dice que los incrementos de salarios son los culpables de la inflación.

–No, de ninguna manera. Está demostrado que la inflación no la generan los aumentos de salario. Entre fines de 2009 y los primeros meses de este año hubo una inflación más grande y nadie había discutido salarios. No nos pueden decir que los salarios generan inflación, eso no es así.

–Desde distintas consultoras privadas se advierte un mayor incremento de la inflación el último mes. ¿Qué lectura hace la CGT de ese proceso?

–Si los incrementos de salarios superan la inflación que sea, algunos por más puntos otros por menos, entonces estamos ordenados en materia de salarios. De todas formas, eso lo tienen que decir los trabajadores. Pero si estuvieran disconformes las convocatorias no tendrían el resultado multitudinario que tienen. Ahora, el 8 de octubre, el día del nacimiento de Perón, vamos a comenzar las celebraciones de la semana del peronismo en el estadio de River Plate. Van a participar todos los peronistas de buena voluntad.

–¿Va a asumir al frente del PJ bonaerense?

–Todavía no está definido pero creo que en los próximos días se va a dar, va a haber noticias. Se debe cumplir con la carta orgánica del partido, no se puede demorar mucho más. Todos deseamos que Alberto Balestrini se recupere lo más pronto posible, pero mientras tanto el partido tiene que seguir funcionando (N. de R.: El vicegobernador bonaerense y titular del PJ provincial sufrió un ataque cerebrovascular a comienzos de abril pasado).

–¿Qué cambia si se hace cargo de la presidencia del partido en la provincia de Buenos Aires?

–Es más laburo. Pero yo me hago tiempo para todo.

–¿Quiere ser gobernador?

–No, por ahora no. Por ahora. Hay gente muy preparada, muy capaz. Nosotros desde el partido vamos a respaldar y fortalecer a los candidatos del peronismo a nivel nacional y provincial. Esta es la responsabilidad del peronismo de la provincia. Hasta ahora hay dos candidatos en el país a presidente: está Néstor y lo que ha dicho Cristina. Habrá que hacer una interna entre ellos (risas).

–¿Imagina una interna abierta del peronismo donde participen todos los candidatos?

–No, algunos ya han dicho que no van a participar. El que sabe que pierde no participa. Decir que está todo armado es verso. En el peronismo sabemos cómo funcionan las internas: quien tiene la gente, gana, y el que no, tiene que aceptarlo. Es histórico. Yo recuerdo la interna entre (Antonio) Cafiero y (Carlos) Menem, yo jugué con Cafiero, parecía que no se podía perder. Pero es posible para el poder perder. Cuando Cafiero se quiso acordar, Menem “lo acostó”. Hubo que aceptarlo. Esa fue la única vez que lo voté a Menem, como peronista voté a mi candidato. Acá va a pasar lo mismo. Dicen que va a haber fraude, que está todo arreglado. Es mentira. Podemos hacer mucha alharaca y criticar, pero el que tiene la gente gana. En la cancha se ven los pingos y el que no quiere participar es porque no está convencido de que pueda hacer un buen papel.

–¿Qué le parece el reciente acuerdo entre el secretario general de las 62 Organizaciones, Gerónimo Venegas, y el titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo?

–Soy amigo del Momo Venegas de militancia, además los dos pertenecemos a la costa atlántica, pero me tomó un poco de sorpresa. Si bien nadie desconoce la relación del Momo con [el ex presidente] Eduardo Duhalde, lo que sorprende es esta unidad que ha hecho con el otro sector de la CGT. Son alianzas electorales. Cada uno hace lo que su conciencia le dicta.

–¿Qué escenario se podría dar si el año que viene gana las elecciones un proyecto donde los trabajadores no ocupen el rol que tienen hoy?

–Y... estaremos en la Plaza de Mayo reclamando, a donde estuve toda la vida. Es lógico, nosotros vamos a seguir peleando. Bueno, yo ya estoy medio “achacado” (se ríe). Pero los pibes que vienen atrás mío van a seguir peleando.

–¿Usted dice que no va a seguir a la cabeza de la CGT?

–Yo voy a terminar el mandato. Nunca hay que decir que no, pero hay compañeros jóvenes a los que hay que dejarles el espacio. Yo no me voy a eternizar, ya llevo dos mandatos. Acá no interesan ni el hombre, ni la edad, ni a qué gremio pertenece, sino cómo piensa y que demuestre con su trayectoria que va a continuar peleando por los salarios y los derechos del trabajador. Ahora, si viene alguno que estuvo de acuerdo en algún momento con la flexibilidad laboral y todo lo que se hizo contra el trabajador, esos van a tener que esperar.