El Gobierno aplicará retenciones del 40 por ciento a las exportaciones de chatarra con el objetivo de desalentar las ventas al exterior de desperdicios metalíferos considerados un insumo fundamental para la industria. Además, se sospecha que, en parte, podrían provenir del desguace de bienes robados.
Para la Secretaría de Industria, la medida obedece a dos motivos. Por un lado, desalentar la actividad informal en las chatarrerías, donde se supone que es “reducida” gran parte del producido de robos, como cables de cobre, el hierro de tapas de alcantarillas o bronce de monumentos. Pero por otro, se pretende mantener abastecido el mercado interno de chatarra para las industrias siderúrgicas locales. “Lo que ha pasado es que por la fuerte recesión, desde 1998 se producen menos residuos y, por lo tanto, hay menos disponibilidad de materia prima”, explicó un funcionario de Industria.
El Centro de Industriales Siderúrgicos advirtió que durante el año pasado las ventas al exterior de desperdicios metalíferos se triplicaron al compás de la devaluación. Los empresarios advirtieron que, de mantenerse la actual tendencia, en el corto plazo Argentina debería importar chatarra, que para la industria representa entre 15 y el 20 por ciento de sus insumos.
El total de ventas al extranjero de metales había llegado en los primeros 10 meses de 2002 a 1312 millones de dólares. Según datos del Indec, las exportaciones de fundiciones de hierro y acero crecieron en el último año 22 por ciento; las de níquel, 84,6; zinc, 114; estaño, 175 y el resto de los metales, un 55 por ciento.