ECONOMíA › LA PRESIDENTA PARTICIPó DEL BAUTISMO DE LAS NUEVAS NAVES DE AUSTRAL Y RECLAMó QUE NO HAYA PAROS
Cristina Kirchner encabezó el acto de recepción de los dos E-Jet 190 de Embraer, sobre un total de veinte que llegarán hasta mediados de 2011. Hizo un enfático planteo a los gremios de Aerolíneas y Austral para que acompañen el proceso. Ayer apoyaron.
› Por Cristian Carrillo
“El servicio no debe ni puede ser interrumpido por ninguna causa que no sea un problema técnico”, dijo ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dirigiéndose a los trabajadores de Aerolíneas Argentinas y Austral. La jefa de Estado encabezó el acto de arribo y bautismo de los primeros dos aviones de Embraer que se suman a la flota de esta última, sobre un total de veinte unidades que llegarán desde Brasil. Cristina Kirchner aseguró que la estatización de Aerolíneas era un viejo pedido de esos trabajadores y que ahora requiere de un “ida y vuelta”. El grupo tuvo históricamente un alto grado de conflictividad gremial, aunque desde su expropiación de Marsans, los representantes de los sindicatos acompañaron mayormente el proceso. Un ejemplo de eso fue la presencia de los seis gremios con banderas de apoyo durante el evento en Aeroparque. La Presidenta insistió: “Las diferencias que siempre surgen en cualquier actividad empresarial, que no las pague el usuario”.
Cristina arribó a Aeroparque en el helicóptero presidencial. No bien descendió se dirigió a uno de los E-Jet 190 construidos por Embraer. Tras recorrer la aeronave, subió al estrado construido en las instalaciones de las Fuerzas Armadas. La acompañaban el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi.
El primero en hablar fue el presidente del grupo Aerolíneas, Mariano Recalde. “Es la compra de aeronaves más grande e importante de toda la historia de la aviación civil argentina. En estos sesenta años jamás se hizo un acto de esta envergadura”, sostuvo el directivo. La inversión que demandó la adquisición de las veinte aeronaves asciende a 700 millones de dólares. Esto fue retomado por Fernández de Kirchner, quien aseguró que la empresa pasará de contar actualmente con la flota más antigua de la región a ser la más moderna de Latinoamérica. El cambio terminará de cristalizarse a mediados del año próximo, cuando se incorporen los aviones que faltan, según detalló Recalde. Este año ingresarán siete unidades.
“Nos gusta y estamos orgullosos de ingresar en la historia argentina por estas cosas y no como otros, por vender patrimonio”, aseguró la Presidenta. La jefa de Estado recordó el duro debate que se abrió a partir de la decisión oficial de estatizar Aerolíneas. “Desde algunos sectores recibimos críticas. Pero si no hubiésemos tomado la decisión de recuperar la aerolínea de bandera hoy la Argentina estaría desconectada en toda su extensión, salvo, obviamente, los destinos rentables”, agregó.
Sobre este punto coincidieron los discursos de los dos oradores del encuentro. “No es más una empresa aerocomercial que busca rentabilidad solamente, sino que da un servicio social. No decidimos dejar de volar hacia aquellos destinos que desde el punto de vista de la rentabilidad no son atractivos; los mantenemos y los incrementamos”, sostuvo Recalde. La Presidenta, en tanto, argumentó que una empresa de las características de Aerolíneas “no sólo puede ser medida desde la rentabilidad”.
Cristina agradeció además a su par brasileño, Lula da Silva, por el financiamiento otorgado a la Argentina. “Sin esa ayuda hubiese sido imposible hacer una inversión de estas características”, reconoció. El gobierno brasileño, a través su Banco Nacional de Desarrollo (Bndes), financió el 85 por ciento de la compra de los aviones a una tasa de 7,3 por ciento anual, a doce años de plazo.
“También tenemos claro que ni esta empresa, ni ninguna otra puede salir adelante sin el apoyo y el compromiso de los trabajadores”, manifestó Recalde, quien agradeció el apoyo “a pesar de los inconvenientes que hay en la operatoria cotidiana”. Al respecto, la Presidenta solicitó que no se interrumpa el servicio por conflictividad gremial. “En esto quiero ser muy demandante, como presidenta de la República”, apuntó. La mandataria insistió entonces en que el plan de negocios del grupo tiene que ser acompañado por completo por los trabajadores.
Cristina explicó que la conflictividad gremial en algunos servicios públicos sirvió de excusa a las privatizaciones. “Uno de los principales ejes sobre los cuales pivoteó el proyecto de privatización, no solamente de Aerolíneas sino de todos los sectores de servicios, fue precisamente el déficit en la prestación, y muchos argentinos preferimos que se privatizara para tener un mejor servicio”, explicó.
La empresa prometió empezar a mejorar sus números hasta registrar el saneamiento de sus cuentas en 2012. Sin embargo, Recalde señaló la semana pasada que el aumento en las ventas de pasajes podría acortar ese plazo. El funcionario insistió en que eso se logrará sólo si la empresa da un buen servicio. “Es lo que les pide su Presidenta, la que enfrentó las críticas para lograr lo que ustedes venían demandando hace mucho tiempo”, recordó.
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