El presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Ernesto Sanz, dijo ayer que las propuestas surgidas del ámbito sindical “atacan la libertad de empresa y económica”, en referencia al proyecto para repartir ganancias empresarias con los trabajadores y los bloqueos del Sindicato de Camioneros a varias compañías. “Si se profundiza esta línea de acción se puede acelerar la fuga de capitales”, agregó. El jefe del bloque oficialista en el Senado, Miguel Angel Pichetto, opinó, en cambio, que el clima de negocios y la rentabilidad de las empresas en la Argentina “es muy bueno” y defendió al país contra las críticas por la inseguridad jurídica. El contrapunto se produjo en la 31ª Conferencia del Instituto Argentino Ejecutivo de Finanzas (IAEF), que se desarrolla en Río Negro, donde también hubo quejas de grandes empresarios por una supuesta suba en sus costos.

“El país necesita bajar urgentemente la espiral de conflicto, no se puede diseñar, planificar y ejecutar ninguna política estructural con semejante nivel de conflicto”, sostuvo Sanz. El senador radical reconoció que el país vive una reactivación económica, pero a continuación agregó que “no debemos engañarnos con las causas, que tienen más que ver con que la economía internacional salió de la crisis”.

Pichetto fue el encargado de defender la política oficial y les apuntó a los que ven situaciones “dramáticas”. “La Argentina está en un buen momento económico, se están dando inversiones importantes, el clima de negocios en la Argentina y la rentabilidad son muy buenos”, juzgó.

Los empresarios también aprovecharon su participación en la conferencia del IAEF para renovar sus críticas contra los reclamos sindicales. “Los salarios van por el ascensor de la mano de las paritarias y los precios, por la escalera por los acuerdos de precios”, arriesgó el presidente de la unidad de negocios para el Sur de América latina de Coca Cola, Francisco Crespo. El ejecutivo consideró que “la Argentina se encamina a ser un país caro” y estimó que “la inflación va a ser alta”, pero aclaró que gracias a la apreciación del real y la caída del dólar, “no hace falta un ajuste significativo en la tasa de cambio para seguir siendo competitivo”. “Habrá un nivel enorme de (ingresos de) divisas, y por lo tanto de retenciones, lo que en el fondo son buenas noticias, porque quiere decir que no es una crisis lo que se viene, sino una oportunidad”, sintetizó.

El presidente de Arcos Dorados, licenciataria de McDonald’s, Woods Staton, también se quejó por los costos. “Estamos preocupados por la inflación y por los costos altos, no sólo de la carne: otro insumo alto que tenemos es la mano de obra –dijo el ejecutivo–. Durante el uno a uno la hora de trabajo era de 1,9 dólar, y hoy en día está costando 4 dólares. Eso es preocupante, porque quiere decir que la moneda está sobrevaluada o que en un momento u otro habrá un ajuste en algún lado, o que no somos competitivos.”

Las quejas de los empresarios sobre los costos laborales contrasta con un reciente informe del Ministerio de Trabajo donde se resalta que esos costos en la industria manufacturera, medidos en moneda extranjera, se encuentran un 53 por ciento por debajo del nivel observado antes del estallido de la convertibilidad. Incluso indicó que entre 2009 y 2010 ese indicador retrocedió 2,6 por ciento. Además, otro informe elaborado por investigadores de la UBA y la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA) para el período 1996-2008, publicado por este diario el pasado 14 de septiembre, muestra una recomposición de los beneficios del sector privado. Allí se destaca que la rentabilidad empresaria supera en un 90 por ciento los niveles previos a la devaluación y la crisis de 2001-2002.