ECONOMíA › BRASIL TOMA MEDIDAS PARA FRENAR LA APRECIACIóN DE SU MONEDA
Suben al doble el impuesto al ingreso de divisas y autorizan al Fondo Soberano a intervenir sin límites en el mercado cambiario. Así buscan contrarrestar la entrada de capitales especulativos, que fortalece el real y descoloca las exportaciones.
› Por Tomás Lukin
El ingreso de capitales a Brasil profundiza la apreciación del real. Luego de duplicar el impuesto a la entrada de fondos privados especulativos, el gobierno de Lula decidió autorizar ayer al Tesoro Nacional a comprar sin limitaciones dólares en el mercado de cambios con los recursos del Fondo Soberano de Brasil (FSB). Las sonoras medidas no consiguen desestimular los flujos de divisas frente al atractivo de las tasas de interés más altas del mundo. La moneda se fortalece frente al dólar que cotiza a alrededor de 1,67 real, perjudicando las exportaciones brasileñas y su desarrollo industrial. Argentina se beneficia con ese proceso ya que permite mantener niveles de competitividad bilateral y mejorar las ventas a ese país. Los efectos en el largo plazo no son tan claros, cuando el dinamismo de la economía argentina está vinculado con el desempeño de su principal socio comercial.
El ministro de Hacienda, Guido Mantega, estimó que la presencia del FSB en el mercado de divisas “duplica la capacidad de compra de dólares” del Estado. Si bien el Banco Central de Brasil acumula cerca de 276 mil millones de dólares (en 2004 eran 53 mil millones de dólares), las intervenciones en el mercado pretenden atenuar la apreciación, pero no apuntan a influir sobre la tendencia del tipo de cambio. La política monetaria del país vecino está abocada al control de la inflación y no busca mantener un tipo de cambio competitivo, como sucede en Argentina.
Para frenar la valorización, el gobierno brasileño decidió que el impuesto a la entrada de capitales instalado en octubre del año pasado pase de 2 a 4 por ciento y habilitar al FSB para que compre los dólares que considere necesarios. El organismo fue creado a comienzos de año, posee más de 10 mil millones de reales en su cartera y es conducido por distintos ministros del gabinete y el presidente de la autoridad monetaria.
Sin embargo, las medidas no consiguen poner límite a la apreciación del real y los flujos continúan entrando ante las elevadas tasas de interés (son resultado de su política monetaria) y algunas decisiones puntuales, como la oferta de acciones de Petrobras por más de 20 mil millones de dólares a inversores externos. Los rendimientos de los activos son tan elevados, en un escenario de liquidez internacional, que las reducciones en la tasa realizadas por la autoridad monetaria tampoco logran amortiguar el ingreso de capitales. “La política monetaria brasileña tiene un comportamiento esquizofrénico. El mundo disminuyó la tasa de interés y Brasil la subió supuestamente para hacer frente al riesgo de inflación”, apuntó a este diario el economista de la Universidad Federal Fluminense Carlos Pinkusfeld.
La apreciación de la moneda brasileña vuelve más atractivo importar bienes, beneficiando a los empresarios argentinos. Según el BC de Brasil, solamente entre enero de 2009 y agosto de 2010 el tipo de cambio real bilateral con el peso argentino se apreció 28 por ciento. Contra el dólar, la valorización ascendió al 30 por ciento.
Desde el Banco Central argentino, sostienen que la industria local preserva elevados niveles de competitividad con el país vecino y destacan el incremento de las exportaciones. El crecimiento económico de Brasil y la apreciación cambiaria resultan en un fuerte incremento de las compras externas de ese país. Aunque mejoran las perspectivas para las exportaciones argentinas, el intercambio comercial entre ambas economías continúa arrojando un saldo deficitario para el país. Pinkusfeld considera que no se está ante una situación incontrolable, pero advierte sobre los elevados costos sociales y sobre la estructura industrial de su país: “Las industrias brasileñas se convierten en maquilas, crecen mucho las importaciones. Los sectores intensivos en tecnología son cada vez más deficitarios”, señaló.
El FMI cuestionó las políticas anunciadas por Brasil para enfrentar la apreciación, sostuvo que acumular reservas es autodestructor y volvió a recurrir a su antiguo recetario de políticas, al reclamar que los países en desarrollo se abstengan de intervenir en el mercado para evitar la valorización de sus monedas.
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