Las ventas de los supermercados cayeron en diciembre al nivel mensual más bajo de los últimos siete años, medidas en forma desestacionalizada y a precios constantes. La medición del Indec, que ajusta de acuerdo a los días trabajados en cada mes, arroja el dato sorprendente de que las ventas en términos constantes hayan caído incluso respecto del agitado mes de diciembre de 2001, cuando muchos locales permanecieron cerrados por varios días debido al temor a los saqueos. La comparación arroja, entonces, una caída en las ventas del 28,3 por ciento. Con las mismas pautas de medición, resulta que las cantidades vendidas en 2002 fueron inferiores en un 26 por ciento a las que pasaron por las cajas en el año previo.
Los productos de almacén –no incluye bebidas ni lácteos–, el principal rubro de ventas en supermercados con más del 25 por ciento de la facturación total, mostró a lo largo de los últimos meses más marcadamente los rasgos de la retracción en el consumo. Desde agosto a noviembre, las ventas a precios corrientes de estos productos descendieron casi en un tres por ciento, pese a que durante esos meses se registró una suba, aunque leve, en los precios. La caída en las ventas del rubro es más significativa en el caso de los supermercados ubicados en los partidos del conurbano, superando el seis por ciento.
Desde que el Indec inició la medición, en enero de 1996, el indicador de ventas tuvo una evolución ascendente hasta mediados del 2000, observó un bajón posterior para estabilizarse durante los meses siguientes. Pero a partir de julio del 2001 comenzó a caer fuertemente. Desde aquel mes en adelante, no hubo un solo período en el que las cantidades vendidas en los supermercados no cayeran con respecto al mes anterior, con excepción de enero de 2002, en el que reflejó una leve recuperación frente al irregular mes de diciembre de 2001.
Otro dato ilustrativo de las ventas en supermercados es que, históricamente, el valor promedio por venta (por ticket de caja) oscilaba entre los 19 y los 22 pesos. Hoy, pese a la suba del 80 por ciento en los precios durante el último año, la venta promedio sigue en 21,60 pesos, es decir, con una cantidad mucho menor de productos. Ello estaría significando que la gente que compra ajusta por el bolsillo sacrificando consumos esenciales.
En general, se interpreta que no sólo la suba de precios operó en contra de las ventas en supermercados. También incidió la suspensión de ventas con tarjetas de crédito en algunos casos y que la necesidad de reducir las compras a las estrictamente necesarias para el día hizo que muchos consumidores se volcaran a los almacenes de barrio. Además, se registró una fuerte reducción en la diferencia de precios entre supermercados y comercios chicos, desalentando así las compras en las grandes cadenas.
La variación de precios de los productos de supermercados, conforme a la misma encuesta del Indec, alcanzó al 79,7 por ciento en el transcurso de 2002, pero la curva de precios fue fuertemente creciente hasta agosto (acumulaba a ese mes un aumento del 74,7 por ciento), para moderarse después. Incluso, en el mes de diciembre se produjo una rebaja de algunas décimas, ya que a noviembre el indicador acumulaba una suma del 80,4 por ciento.
A precios corrientes, las provincias en las que más crecieron las ventas hasta noviembre (en comparación a junio del mismo año) fueron Mendoza y el interior de Buenos Aires. Paradójicamente, son las dos regiones en las que las ventas por operación son las más bajas: 15,30 pesos en la primera y 18,40 pesos en la segunda. Las ventas totales en las cadenas relevadas sumaban, en diciembre, 1659 millones de pesos, cifra superior en 25 por ciento a la de noviembre. Esto es, antes de desestacionalizar y llevar a precios constantes.