ECONOMíA › LA TASA DE EMPLEO SE RECUPERA CON RETRASO RESPECTO DEL RITMO DE CRECIMIENTO ECONóMICO
Las cifras oficiales muestran una baja en la tasa de desempleo en todo el país. Los expertos señalan que la caída se explica más por la baja en la cantidad de gente que busca trabajo que por la creación de nuevos puestos.
› Por Javier Lewkowicz
La tasa de desocupación se ubicó en 7,3 por ciento en el cuarto trimestre de 2010, con una caída de 1,1 punto porcentuales respecto del mismo período de 2009, informó ayer el Indec. Esa mejora no se explica por una mayor creación de empleo, sino por la reducción de la tasa de actividad. Si la comparación se realiza frente a 2008, antes del cimbronazo de la crisis internacional, el estancamiento en el mercado de trabajo es evidente, pese a la recuperación del rumbo ascendente que siguió el nivel de actividad económica. Los datos refuerzan la idea de que el fuerte crecimiento económico de los últimos años fue traccionado por el sector productor de commodities industriales, intensivo en capital, y el agro, que históricamente tiene escaso impacto en la generación de empleo.
Variables macroeconómicas relevantes como el PIB, la utilización de la capacidad instalada, la inversión bruta fija o el comercio exterior muestran una clara recuperación frente a 2009 y en general también superan los niveles que registraban en 2008. Buena parte de esta dinámica positiva se explica por las medidas fiscales contracíclicas adoptadas por el Gobierno, como el fuerte aumento en la inversión pública, la continuidad en la mejora de las jubilaciones o la Asignación Universal por Hijo, además de políticas de control sobre el ingreso de las importaciones que desplazan producción nacional.
La dinámica del empleo es frecuentemente más esquiva en el despegue del ciclo económico, porque cuando comienza el derrape se destruyen muchos puestos de trabajo que después cuesta recuperar. “Sin embargo, ya se acumulan varios trimestres de crecimiento ininterrumpido y el empleo no reacciona. La situación se encuentra relativamente estancada si se contrastan los últimos datos con 2008 e incluso frente a 2007”, indicó a Página/12 la investigadora de Cifra, Mariana González. Esta lenta respuesta del empleo se da incluso con políticas que tuvieron buen efecto, como el Repro, que aplicó el Ministerio de Trabajo, que subsidió a los empresarios para que retengan aquellos puestos de trabajo que peligraron en la crisis.
En el cuarto trimestre de 2010 el nivel de desocupación se ubicó en 7,3 por ciento de la población económicamente activa, mientras que el nivel de empleo en 42,4 por ciento de la población total. La tasa de actividad, entendida como la población económicamente activa en función de la población total, fue el 45,8 por ciento. En la comparación frente al mismo período de 2009 la desocupación bajó 1,1 punto porcentuales, aunque la tasa de empleo se mantuvo estable. Pero la población activa se redujo 0,5 punto. Esto marcaría que la reducción en el desempleo no se debió a la creación de puestos de trabajo sino a la menor tasa de actividad, que se define como la suma de los ocupados y los que buscan trabajo.
Como el empleo quedó estable, bajó la cantidad de personas que buscan trabajo, lo que se denomina “efecto trabajador desalentado”. Pero en el actual contexto de crecimiento económico ese fenómeno no parece viable. La hipótesis que manejan en el Indec es que la mejora en el ingreso del jefe de hogar puede incidir en que otros miembros del grupo familiar cuyo aporte es secundario dejen de buscar empleo.
La comparación con años previos da cuenta del relativo estancamiento en el mercado de trabajo. En el cuarto trimestre de 2008 la tasa de empleo fue 42,6, con el mismo nivel de desempleo. En 2007, la tasa de empleo fue 42,1, apenas por debajo de la última marca, y el desempleo, 7,5 por ciento. Sin embargo, la economía creció fuertemente respecto de ese período. La intención del Gobierno es que a fines de 2011 se pueda llegar a un nivel de desocupación mínimo, alrededor del 6 por ciento. Sin embargo, el objetivo parece difícil de alcanzar con la actual velocidad en la generación de empleo.
En tanto, la subocupación (que se compone por los empleados en menos de 35 horas semanales) se redujo a 8,4 por ciento, frente a 10,3 en que estaba un año atrás. Los subocupados demandantes (que buscan mejorar su condición laboral) fueron el 5,5 por ciento, contra el 6,9 de 2009. Mientras que la tasa de no demandantes fue de 2,8 por ciento, una baja anual de 0,6 punto porcentual.
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