ECONOMíA › APOCALIPSIS > RESCATE MILLONARIO DEL GOBIERNO DE JAPóN
› Por Tomás Lukin
El Banco Central de Japón redobló ayer sus esfuerzos para limitar el impacto del terremoto sobre el sector bancario y financiero. Luego de asegurar la disponibilidad de liquidez en el sistema con una inyección de 185 mil millones de dólares, la mayor de la historia del país, la autoridad monetaria japonesa amplió de 61 mil millones a 489 mil millones de dólares su programa de compra de activos financieros riesgosos. Lo que busca es desalentar cualquier posibilidad de corrida bancaria. A pesar de los anuncios, el principal índice bursátil de la isla experimentó una caída del 6,2 por ciento y abrió el martes con un nuevo resultado negativo. La tendencia se replicó a menor escala en las plazas financieras más importantes del mundo, como Nueva York y Londres.
Hasta ahora la respuesta económica del gobierno japonés apuntó a contener cualquier ataque especulativo contra las finanzas del país. En ese marco, el Banco Central decidió ampliar ocho veces la capacidad de compra de activos riesgosos, que van desde títulos públicos hasta emisiones privadas. Mientras que algunos bancos de inversión y consultoras globales compiten por ver quién realiza la estimación más precisa sobre el impacto económico del terremoto, otras entidades advierten que Japón enfrentará una profunda crisis fiscal, ya que sus elevados niveles de deuda y el lento nivel de crecimiento no le permitirán enfrentar los costos de la reconstrucción.
Sin embargo, no todos los especialistas comparten esa visión. El economista postkeynesiano William Mitchell considera que esos análisis están equivocados y sostiene que “el déficit fiscal japonés tendrá que crecer para apuntalar el proceso de reconstrucción y también crecerá la deuda pública. Se necesitan inversiones públicas masivas para reconstruir la infraestructura urbana y el transporte. El desastre natural no generó ninguna crisis fiscal”. El especialista australiano argumenta que “no existe ningún riesgo de crisis fiscal en un país que es totalmente soberano de su propia moneda. Grecia, Portugal y España corren ese riesgo porque entregaron esa soberanía, pero nada de eso se aplica a Japón”.
Los especialistas explican que el programa de reconstrucción que emprenda Japón redundará en un fuerte crecimiento del Producto Interno Bruto, pero advierten que la destrucción de la oferta generada por el terremoto implica pérdidas de stock que llevará varios años recuperar.
La Bolsa de Tokio abrió el martes con una caída superior al 4 por ciento, luego de retroceder 6,2 por ciento el lunes. Ayer, las acciones de la empresa proveedora de energía eléctrica de Tokio, Tepco, retrocedieron 24 por ciento. La caída se registró luego de que el gobierno japonés dispusiera que la empresa debía racionar el suministro de electricidad en la capital de la isla ante la inestabilidad de los reactores nucleares ubicados en Fukushima, al norte del país.
Las multinacionales automotrices, que generan el 20 por ciento de las exportaciones del país, también acordaron con las autoridades frenar su producción en el polo industrial del sur de la isla para reducir el consumo de energía. Los papeles de Nissan, Toyota y Honda cerraron con bajas de entre 7 y 10 por ciento. En la misma situación se encontraban las compañías electrónicas como Sony. La especulación se trasladó hacia las empresas constructoras y sus proveedoras, que serán las encargadas de llevar adelante la reconstrucción de la infraestructura del país y registraron alzas que alcanzaron al 22 por ciento.
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