ECONOMíA
› LA UNION INDUSTRIAL SE REUNIO CON ROBERTO LAVAGNA
Lobby exportador al ataque
Elogios al ministro acompañados de reclamos por el no ajuste por inflación a los balances y la caída del billete verde frente al peso.
› Por Cledis Candelaresi
Roberto Lavagna consiguió ayer otra gratificación política por su labor frente al ministerio de Economía. Luego de una reunión en el Palacio de Hacienda con la cúpula de la Unión Industrial Argentina, la entidad difundió un comunicado de respaldo a los acuerdos con organismos internacionales y de reconocimiento a los esfuerzos ministeriales para ordenar los descalabros económicos, algunos propiciados por el propio gobierno de Eduardo Duhalde. El espaldarazo proviene de la entidad que promovió la devaluación del peso y avaló la pesificación de pasivos bancarios, dos medidas de gran envergadura, frente a las cuales la negativa del gobierno a consentir el ajuste de los balances por inflación o la impotencia para forzar a los bancos a que presten el dinero que sujetan resultan cuestiones menores. La UIA también manifestó preocupación frente al ministro por la caída de la cotización del dólar.
Economía aclaró que el encuentro al que asistieron once dirigentes fabriles, liderados por el papelero Héctor Massuh, fue solicitado por ellos. La versión es contraria a la de algunos de los asistentes, quienes aseguraron a este diario que sólo aceptaron con gusto un convite oficial. Sea como fuere, la reunión fue en términos indudablemente cordiales. “Se observa una recuperación del nivel de actividad en una importante cantidad de sectores”, celebra el comunicado oficial de la UIA, sintetizando lo que algunos destacados empresarios reconocieron al ministro en la intimidad de la reunión y otros ratificaron luego ante Página/12.
“Casi todos los sectores estamos produciendo y vendiendo más: hay un efectivo proceso de sustitución de importaciones”, se entusiasmaba ayer Sergio Einaudi, de la organización Techint. El hombre de confianza de la familia Rocca también reconoce a Lavagna su pericia para controlar la economía con la misma convicción que otro encumbrado industrial de la alimentación. “Dadas las condiciones en que tomó el ministerio y el país, se manejó con mucha solvencia”, aseguró a este diario, en alusión al ministro.
Lavagna sonó convincente al asegurarles que hay condiciones para que Argentina obtenga el superávit primario comprometido con el FMI. Y les resultó igualmente sincero al prometer alguna política que estimule el crédito a tasas razonables, en particular para las pymes. Sin embargo quedó en claro que todavía no hay una fórmula definida para que las entidades financieras se decidan a prestar, en algunos casos, contrariando las instrucciones que recibieron hasta el momento de sus matrices.
Este tema, uno de los más pesados de la agenda, podría ser nuevamente tratado mañana en una especie de plenario con funcionarios oficiales al que también asistirán representantes de las entidades del campo y de la propia banca. Quizás allí podría esbozarse algún acuerdo que anime a los bancos a soltar el dinero que muchas empresas consideran imprescindibles para financiar sus proyectos exportadores.
El ministro resultó indudablemente menos alentador al reiterar los argumentos oficiales contrarios a un ajuste por inflación de los balances, algo que permitiría a muchos industriales disminuir sus utilidades (o aumentar sus pérdidas) y les encomendó hacer lobby sobre el Congreso para impedir algunos cambios tributarios, como la aplicación de Ganancias sobre los reintegros. Aún así, el comunicado patronal no trasuntó ningún rencor sino que hasta pronosticó que los acuerdos con los organismos “contribuirán a la reactivación”.
Los ajustes de tarifas públicas y cualquier presunta cruzada reestatizante ni figuraron en el temario, limitado a los intereses inmediatos de las empresas aglutinadas en la UIA.