Los ministros de Agricultura de Argentina y Brasil aseguraron que el vínculo entre ambos países es cada vez más sólido y, en particular, en la provisión de trigo argentino al vecino país, ya superados “los problemas sanitarios” y otros tipos de inconvenientes para el intercambio comercial entre ambos. Ante una consulta periodística, Julián Domínguez aseguró que las exportaciones argentinas a Brasil se han normalizado y en especial las de trigo, cuyas entregas escalonadas han sido “agradecidas” por Wagner Rossi, el par brasileño de Domínguez. “Si ingresara el volumen total al mismo tiempo, produciría una caída del precio interno que perjudicaría al productor brasileño; por lo tanto, estamos pensando que en las próximas temporadas se planifique la entrega escalonada del producto”, explicó Rossi.

El ministro del gobierno de Dilma Rousseff –que cumplió las mismas funciones en el anterior de Lula da Silva– aseguró que Brasil seguirá comprando trigo argentino, por un volumen de 3 a 5 millones de toneladas anuales. “Tenemos una sociedad muy fuerte y queremos expandirla; el mercado brasileño siempre está ávido de productos argentinos”, afirmó. El trigo, explicó, es el único producto de la pauta alimentaria de los brasileños que no llega a abastecerse con la producción interna, que sólo cubre el 50 por ciento de las necesidades.

Wagner Rossi también se refirió a los reclamos de los países europeos para contener el precio de las materias primas alimenticias. “Durante años, por varias décadas, vivimos con precios agrícolas deprimidos mientras aumentaban los valores de los productos que Europa nos vendía; no recuerdo que alguna vez nos hayan llamado para ver cómo hacíamos para recomponer los precios de nuestras exportaciones”, dijo en tono irónico Rossi. Luego, en tono más serio, agregó que “ahora, con la recuperación de los precios, no a niveles exorbitantes, el gobierno de Francia pretende medidas absurdas para fijarles tope; no podemos ver de otra forma que con una enorme desconfianza este tipo de propuestas”.

El ministro brasileño recordó que “fuera de América latina, pocos países pueden aumentar en los próximos años la disponibilidad de alimentos”. “No considero que medidas como las que promueve el gobierno de Francia puedan ser tenidas como propuestas en favor del consumo. La única política para favorecer a los consumidores es las que alienten una mayor producción; todo lo demás, es manipulación”, concluyó.

Domínguez, por su parte, insistió en el valor estratégico de unificar posiciones entre los países de la región “para afianzar un desarrollo productivo y responder a la demanda de alimentos del mundo”. El encuentro entre ambos ministros tuvo lugar en el marco de la reunión del Consejo Agropecuario del Sur en Buenos Aires, que culmina hoy.