ECONOMíA
El Central va avanzando en el plan “operación retorno” del crédito
Mientras flexibiliza las restricciones del mercado cambiario para evitar la caída de la paridad, el Central define las nuevas reglas de juego del sistema.
El Banco Central funciona bajo el simple esquema estímulo-respuesta. Sucedió ayer, un día después de que el dólar cayera a su nivel más bajo en nueve meses y medio. La reacción a esa baja consistió en seguir desarmando los controles del mercado cambiario, una estrategia que el BC viene cumpliendo paso a paso. Más que por su impacto financiero, las últimas medidas, incluidas las tomadas ayer, implican una clara señal a los operadores de que el camino es profundizar la liberalización y, de esa manera, ponerle un piso a la paridad.
El efecto fue inmediato. No bien se conocieron las nuevas circulares del BC, el dólar subió cuatro centavos: terminó a 3,12 pesos para la compra y 3,17 para la venta. Valga el antecedente de que cada vez que el Central flexibilizó los controles, el dólar aumentó ese día y luego retomó la tendencia bajista. El salto que describió el billete sirvió para que los exportadores de cereales vendieran en la plaza 27,4 millones de dólares, el doble que en las jornadas anteriores.
Las nuevas medidas deberían servir para aumentar la demanda de divisas ya que otorgan más libertad para que las empresas giren dólares al exterior para pagar deudas y permiten a los bancos acumular más billetes verdes. No obstante, el BC dejó intactos los dos controles más importantes que todavía ejerce: la imposibilidad de adquirir más de 150 mil dólares mensuales y la obligación de los exportadores a dejar en la ventanilla del Central sus operaciones superiores al millón de dólares.
Las tres resoluciones anunciadas son las siguientes:
- Elevó de 150 a 300 mil dólares mensuales el tope para cancelar vencimientos de intereses financieros. Pero existen algunas condiciones. La primera es que sólo se pueden pagar servicios de deuda que hayan vencido a fin de 2002 y cuya deuda total, al 31 de diciembre de 2001, no supere el millón de dólares. El plazo es hasta el próximo 31 de marzo. La otra cláusula es que el pagador debe conseguir una refinanciación de los vencimientos y la posibilidad de abonar en cómodas cuotas. Se puede pagar con hasta 15 días de antelación al vencimiento.
- Se aumentó del 3 al 5 por ciento de la deuda total el dinero que puede destinarse a un fideicomiso destinado a la cancelación de los pasivos con el extranjero. Son para deudas en proceso de reestructuración. La idea de Alfonso Prat Gay es que las empresas en default vayan acumulando dólares en ese fideicomiso para evitar que se produzca una corrida en caso de que varias compañías resuelvan su problema de deuda al mismo tiempo y salgan a adquirir las divisas en forma simultánea.
- Permitir que los bancos retengan 10 por ciento de su patrimonio en dólares. Hasta ahora, el límite era del 6 por ciento.
Para Prat Gay, la liberalización del mercado cambiario significa ir hacia una normalización económica. En esa misma línea, el BC también analiza darle una solución a los bancos que tienen deudas con el propio Central, con el objetivo de dar el marco para el regreso del crédito.
En total, los bancos deben cerca de 20.000 millones de pesos en redescuentos, que fueron tomados durante la corrida. El mecanismo que se dispondría se denomina “matching” y permite a los bancos deudores “calzar” las tasas de interés y los vencimientos de los títulos públicos que poseen en cartera con los redescuentos. Ahora, la tasa de los redescuentos asciende al 10 por ciento anual, mientras que los bonos estatales rinden entre 2 y 3 por ciento. Con la nueva fórmula, los redescuentos tendrán un costo financiero para los bancos similar la renta que reciben por los títulos del Estado. A su vez, esos redescuentos irán venciendo junto a los bonos, lo que significa un estiramiento de la deuda de entre 8 a 10 años.
Tal como adelantó Página/12, el Central quiere normalizar el sistema financiero en las próximas semanas. Además de arreglar la pesada carga de los redescuentos, la dupla Prat Gay-Pedro Lacoste quiere completar las compensaciones a los bancos no bien se conozcan los balances de cada uno de ellos, hacia fines de mes. Las entidades financieras, que ya fueron compensadas por la pesificación asimétrica, piden que el Estado se hagacargo por la eliminación del CER y los amparos judiciales. Por último, diseñarán normas prudenciales lo suficientemente flexibles para permitir el regreso del crédito. Una de esas normas será la flexibilización en la calificación de los deudores del sistema financiero. Durante los años de la convertibilidad, esas notas eran tan estrictas que dejaban al margen a gran parte de los tomadores de préstamos.
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