El gobierno de Brasil continuó durante la jornada de ayer con la entrega de licencias no automáticas de importación para permitir el ingreso de vehículos fabricados en la Argentina. Del mismo modo, el Ministerio de Industria que encabeza Débora Giorgi devolvió el gesto y, como sucedió el jueves, permitió la entrada de productos brasileños de sectores como calzado, baterías y neumáticos. De esta manera pudo distenderse el clima previo a la ronda de negociaciones que se llevará a cabo el lunes y martes próximos entre el secretario de Industria, Eduardo Bianchi, y su par brasileño, Alessandro Teixeira.

Sin embargo, el tironeo de reclamos en ese cónclave será arduo, reconocen fuentes del Gobierno, por eso en Industria ayer estuvieron trabajando en la presentación de las cifras que avalen su postura. Por otro lado, un paro de los empleados del Registro Nacional de la Propiedad Automotor mantiene congeladas las exportaciones e importaciones de unos 120 mil vehículos.

La mejora en el panorama del intercambio comercial con Brasil recibió elogios de parte de los empresarios locales nucleados en la Cámara de Importadores (CIRA). “El Mercosur debe asegurar un mayor equilibrio para lograr ser una zona libre de licencias. Y abogamos para que este modelo de negociaciones nos sirva de ejemplo para ser replicado en nuestros vínculos con otros socios comerciales del mundo”, indicaron los importadores en defensa de su actividad, aunque aclararon: “Nadie está planteando aperturas ingenuas”.

Según explicaron desde Toyota, la mitad de las 400 unidades que tenían frenadas en la frontera ya fueron liberadas. Los vehículos salieron desde la fábrica en la Argentina con licencia automática y en camino a Brasil la normativa fue modificada. En esos casos el gobierno brasileño emitió la nueva licencia no automática para permitir el ingreso. Las terminales radicadas en el país esperan con ansiedad la resolución que llegará la semana que viene. Coinciden en que abrir un canal “fast-track” sería una buena salida.