ECONOMíA
› REMES LLEVA A LA REUNION CON EL FMI UN PLAN IMPUGNADO DE ANTEMANO
Va con un plan pero vuelve con otro
El Gobierno salió a desmentir la renuncia del ministro de Economía, a confirmar su viaje a Washington y a exhibir una carta de Koehler de bienvenida, pero no de apoyo. Las objeciones al plan y al Presupuesto.
› Por Raúl Dellatorre
Las horas que le restan a Jorge Remes Lenicov para partir hacia Washington pueden resultarle una eternidad. Minuto a minuto parecieran surgir nuevas complicaciones en torno del proyecto de Presupuesto, ya en discusión en el Congreso, y con respecto a las medidas que restan tomar para viabilizar la apertura del mercado cambiario el lunes próximo. Todo ello, en medio de un cúmulo de rumores que ayer hasta mencionaban su supuesta renuncia, luego desmentida oficialmente desde la Presidencia de la Nación. Pero, desde otro punto de vista, ese mismo tiempo se le podrá pasar como un suspiro, teniendo en cuenta las correcciones que debería hacer antes de partir a aspectos del plan económico que, de acuerdo con versiones coincidentes, habrían sido objetados por el Fondo Monetario Internacional. Horst Koehler, director gerente del FMI, señaló su “beneplácito” por el viaje del ministro, que el martes estará rindiendo su prueba más difícil ante las autoridades del organismo.
Remes tiene previsto viajar el lunes por la noche para entrevistarse, el martes, con las autoridades del Fondo. Ayer, a través de una nota, Koehler dio un mensaje anticipado de bienvenida a Remes pero sin comprometer su apoyo al país. “Recibo con beneplácito y considero muy prometedora la visita del ministro (...). La reapertura de los bancos y del mercado cambiario constituyen un gran paso adelante. El Fondo sigue trabajando estrechamente con las autoridades en sus esfuerzos por formular un programa económico comprensivo y sustentable”, señala en su carta.
Con menor difusión, el FMI le había hecho llegar a la conducción económica una serie de objeciones al proyecto de Presupuesto que ayer se analizaban, paralelamente, en el Congreso y en el Palacio de Hacienda. Tal cual anticipó Página/12 el jueves, el FMI cuestionó la partida de intereses, que contempla sólo el pago de servicios a organismos internacionales y parte del canje I de títulos negociado por Domingo Cavallo, estando en cesación de pagos y sin haber formulado siquiera una propuesta con respecto a los acreedores del exterior. También se objetó la proyección de inflación (15 por ciento anual), formulada en base a un tipo de cambio (1,40 peso por dólar) que poco tiene que ver con las expectativas para el año del mercado libre.
La lectura que podía hacerse ayer en distintos escenarios daba cuenta, simultáneamente, del desgaste sufrido por Remes Lenicov en las últimas semanas:
- En el Congreso, la apertura al debate del proyecto de Presupuesto 2002 está dando lugar a una larga lista de reclamos provinciales, desde la restitución de la promoción industrial y fondos específicos hasta la ampliación de los planes sociales que deberían atender a las regiones más postergadas. “Debió haber una discusión más amplia antes de enviarlo al Congreso, ahora aparecen todas las demandas y se va a hacer muy complicado un acuerdo”, advertían ayer desde las propias filas del justicialismo. El bloque oficialista tampoco está dispuesto a votar verticalmente el proyecto, ni le reconocen el carácter de pieza clave del plan económico. “No hay plan, sino un conjunto de medidas que se modifican continuamente”, señalan.
- Los hombres de negocios con permanente contacto con el exterior, particularmente con Estados Unidos, señalaban ayer la creciente sensación de desconfianza reinante en Washington con respecto a la Argentina. “El Gobierno se equivocó al pensar que dejando flotar el dólar y mandando el Presupuesto al Congreso ya había cumplido; pero por otro lado el Congreso vota una ley de quiebras que los horrorizó (a observadores y autoridades en Estados Unidos), y ven que empresas privatizadas y bancos son blanco de la furia del público; hasta que no se arregle esto, no se puede esperar ningún apoyo externo”, describió un banquero de buen diálogo con funcionarios norteamericanos.
- En el propio equipo económico, y en particular el ministro, no logran disimular el sentimiento de frustración. Tomaron las medidas que pensabanque iban a recibir el apoyo del exterior, se encontraron con la indiferencia de los organismos internacionales. Tienen pánico a la apertura del mercado cambiario con dólar flotante. El viaje de Remes estaría precedido por una gruesa serie de impugnaciones sobre el proyecto de Presupuesto de parte del Fondo. Para peor, hay una creciente sensación de aislamiento: sin apoyo en el justicialismo, observan cómo los grupos financieros y los beneficiarios de privatizaciones siguen haciendo lobby en el exterior en contra de las medidas económicas.
En medio de semejante panorama, no resultó extraño a nadie que comenzaran a correr versiones de renuncia del ministro. “Razones no faltan”, apuntó un economista del PJ, “a nadie le gusta ir al FMI sabiendo que va para recibir nada más que cachetazos”. Sin embargo, desde Presidencia de la Nación desmintieron la renuncia y anunciaron la partida del ministro hacia Washington el lunes a la noche. “Yo mismo lo acompañaré”, señaló el vocero presidencial Eduardo Amadeo, como para dar más credibilidad a sus palabras.
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