Mié 05.03.2003

ECONOMíA  › RECHAZO A LA PROPUESTA DEL FMI
DE PRIVATIZAR O AUDITAR LA BANCA PUBLICA

Queda una joya que no se mira ni se toca

Anoop Singh, director del FMI, recibió el mensaje de boca de los titulares de bancos públicos que participan en Abappra. La delegación del Fondo se limitó a preguntar razones y tomar nota, sin contraponer argumentos. También fue un mensaje por elevación a Lavagna, partidario del ingreso de capital privado a la banca pública.

› Por Claudio Zlotnik

De una reunión entre banqueros y miembros del staff del Fondo Monetario no deberían esperarse contrapuntos relevantes: en general coinciden en los diagnósticos. Pero ayer se salieron del libreto. Hubo una férrea defensa de los bancos públicos por parte de presidentes de esas entidades, nucleados en Abappra, en contraposición al reclamo del FMI de que se lleve adelante una privatización parcial de esos bancos. La postura crítica estuvo a cargo de Roberto Feletti y de Ricardo Gutiérrez, titulares del Ciudad y el Provincia de Buenos Aires. Feletti se mostró a favor de “mantener público al Ciudad en un ciento por ciento”, y ensayó un alegato en favor de la soberanía. La comitiva del Fondo se limitó a tomar nota de los dichos y evitó cualquier cortocircuito.
La encendida defensa de la banca pública ocurrió cuando Anoop Singh quiso saber el motivo por el cual los bancos Ciudad y Provincia se negaban a ser asistidos por una consultora internacional que monitoree el funcionamiento de las entidades financieras estatales. Este punto forma parte de las condiciones firmadas por el gobierno nacional en el último acuerdo con el Fondo. Incluso, la idea original de Economía era efectuar la convocatoria a las supervisoras internacionales antes de fin de febrero, algo que hasta ahora no ocurrió.
Ante la pregunta de Singh, director del Departamento Occidental que se presentó a la reunión acompañado por su segundo, John Dodsworth, y el encargado del caso argentino, John Thornton, Feletti tomó la palabra y les contestó: “La Argentina es un país federal en donde las decisiones las toman los respectivos gobiernos autónomos. Y la decisión del gobierno de la Ciudad es mantener a su banco en un ciento por ciento público, ya que tiene un rol social y de fomento”. Además de la respuesta política ofreció otra de índole técnica, al calificar de “inoportuna” la decisión de convocar a la auditora antes de que se definan algunos temas del sistema financiero, como las compensaciones que los bancos reclaman al Gobierno. “Por otra parte, es ilógico que nos vigile una consultora internacional cuando los bancos estatales son auditados por el Banco Central”, concluyó Feletti.
La decisión de Feletti y de Gutiérrez de salir al cruce del reclamo del FMI fue también un disparo por elevación a Roberto Lavagna. El ministro fue quien aceptó las condiciones de Washington e incluso fue más allá, al mostrarse partidario de privatizar el 10 por ciento del capital de los bancos estatales a través de una oferta pública en la Bolsa. La fuerte reacción de Feletti tiene como telón de fondo las próximas elecciones en el distrito metropolitano.
Aun con el contraataque de los representantes de los bancos públicos, en Abappra –la asociación que también nuclea a las entidades de capitales privados nacionales– hicieron hincapié en que la reunión de una hora y cuarto en el Sheraton había sido eminentemente “informativa y ausente de debate”. Hubo otros tres temas que se analizaron. Los técnicos del FMI se limitaron a efectuar preguntas, que los banqueros respondieron basándose en un documento que entregaron en mano a los visitantes.
- Redolarización: los banqueros manifestaron preocupación por el caso de San Luis. Afirmaron que, detrás de un eventual guiño de la Corte Suprema a favor de la redolarización, sobrevendría una catarata de resoluciones favorables a los amparos en la Justicia. “Aunque el fallo dé tiempo para la devolución de los ahorros en moneda original, existe un serio peligro de que la situación económica se desmadre”, advirtió un financista a Página/12.
- Amparos: dijeron que su irresolución genera una pérdida de liquidez a las entidades financieras. Si bien existe la promesa del Estado de compensarlos, aducen que registran restricciones monetarias cada vez que devuelven un depósito al tipo de cambio libre. Uno de los planteos al Fondo fue la posibilidad de desdoblar la devolución de los depósitosatrapados: el Estado entregaría bonos a diez años por la diferencia entre 1,40 más CER y el dólar libre, mientras que los bancos repactarían con sus clientes los plazos para la entrega de 1,40 pesos más el CER por cada dólar colocado originalmente.
- Reforma del sistema financiero. Un clásico de los financistas: se quejaron de que el Estado tarda en definir las compensaciones y que, en ese contexto, no pueden aprovechar la afluencia de depósitos para otorgar créditos.
“Nos volveremos a ver en nuestra próxima visita”, saludó Anoop Singh a los banqueros. Un par de horas más tarde siguió cumpliendo con su menú de visitas. Entonces, le tocó el turno a Carlos Menem.

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