ECONOMíA › SE CANCELó LA ANTEúLTIMA CUOTA DEL BODEN 2012, BONO DEL CORRALóN
El compromiso por unos 2200 millones de dólares se afrontó con el fondo de desendeudamiento constituido con reservas del Banco Central, que ahora se ubican en 50.462 millones. El año próximo se terminará con esa herencia de la crisis 2001-2002.
› Por Cristian Carrillo
El gobierno nacional canceló ayer la anteúltima cuota de capital e intereses del Boden 2012, que se entregó a los ahorristas atrapados por el corralito y corralón bancario en 2001-2002. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo mención ayer a ese pago, que puntualizó fue heredada de “otras políticas y otros gobiernos”. El vencimiento representó una erogación de 2208 millones de dólares que se realizó a través del Fondo de Desendeudamiento (Fondea). El pago implicó una caída en el stock de reservas del Banco Central en 1400 millones de dólares, dado que una tercera parte de las tenencias se encontraba en manos de organismos públicos, al ubicarse en 50.462 millones. Por su parte, los inversores privados reinvirtieron buena parte de esos fondos en títulos públicos de corto y mediano plazo y en plazos fijos. También hubo quienes se quedaron en efectivo o compraron oro físico, con el objetivo de atravesar el actual contexto de incertidumbre internacional.
“Estamos pagando 2208 millones de dólares de capital e intereses del Boden 2012, que es, para hacerlo más clarito, el corralito y el corralón de los años 2001 y 2002; y hoy lo estamos pagando nosotros”, informó temprano la jefa de Estado durante un acto en un parque industrial de Burzaco (ver página 3). El corralito fue implementado por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo y consistió en la prohibición de retirar de las cuentas a la vista hasta 250 pesos semanales. Una medida similar dispuso para los depósitos, sin que se estableciera un plazo para su devolución. El corralón fue una medida complementaria, dispuesta en 2002 por el ministro Remes Lenicov, durante la presidencia de Eduardo Duhalde, y establecía restricciones para la devolución de los plazos fijos, que pasaron a ser canjeados por un menú de títulos, entre los que se destacaba el Boden 2012.
El bono tiene un plazo de diez años y seis meses y amortiza en ocho cuotas anuales de 12,5 por ciento. Los intereses que devenga son de acuerdo con la tasa interbancaria londinense (Libo). La primera se pagó el 3 de agosto de 2005 y la última será ese mismo día el año próximo. El Gobierno inició en 2009 una fuerte recompra de estos papeles, a lo que sumó la concentración de estos papeles en inversores institucionales. “La reestructuración de la deuda soberana que Néstor Kirchner, con mucha valentía, encaró en 2005 permitirá afrontar esta deuda de otras políticas y de otros gobiernos”, reforzó la Presidenta.
El pago de la anteúltima cuota se realizó con reservas del Banco Central. El stock de reservas finalizó en 50.462 millones de dólares, lo que implicó un retroceso de 1392 millones respecto del balance de la jornada anterior. La diferencia respecto del monto vencido (de 2208 millones de dólares) se debe a que una tercera parte de esos bonos se encontraba en poder de tenedores públicos, como el Central, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses y el Banco Nación, entre otros. Los interrogantes apuntaban entonces hacia el destino de los fondos volcados en el pago de los vencimientos, teniendo en cuenta las tensiones habituales de un proceso preelectoral.
“Una parte importante del pago se reinvirtió en bonos de corto plazo en dólares, tanto provinciales como soberanos. Otros también se volcaron por los nominados en pesos, aprovechando los atractivos rendimientos que presentan esos papeles”, explicó a Página/12 el responsable de research de Puente, Leonardo Bassi. En esa línea se cuentan los Boden 2013 y 2015. Según explicó el analista, también se volcaron a la compra de oro, tanto en futuros como en el mercado físico, activo refugio que cerró ayer en 1663,9 dólares la onza. Otros llevaron el dinero a los bancos para plazos fijos en pesos. Todo esto no impidió que haya una parte que se convirtiese en fuga de divisas, ya sea manteniendo los dólares o por remesas al exterior. El próximo compromiso relevante del Gobierno es el pago de los cupones de PIB, estimado en 2600 millones de dólares, que se realizará a fin de este año.
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