ECONOMíA
Economía convenció a cinco empresas lácteas, pero la más grande se cortó
El acuerdo las compromete a retrotraer la suba de los últimos días, tentándolas con crédito barato para exportar. La Serenísima, que domina en el mercado local pero exporta poco, no firmó.
› Por David Cufré
El Gobierno firmó ayer un acuerdo con un grupo de empresas lácteas para que retrotraiga los precios de la leche fresca y larga vida a los niveles de febrero. La única compañía que quedó al margen del convenio es la que detenta más del 60 por ciento del mercado y que históricamente fijó el precio en el sector: La Serenísima. La oferta del Ministerio de Economía resultó atractiva para SanCor, Milkaut, Verónica, Molfino e Ilolay, puesto que exportan una parte importante de su producción, pero no para la firma de los Mastellone, que ubica sus productos mayoritariamente en el mercado interno. El Gobierno propuso habilitar una línea de prefinanciación de exportaciones a una tasa muy conveniente para este momento, del 10 por ciento anual, a cambio de que las empresas anulen los aumentos de entre 6 y 8 por ciento que aplicaron la semana pasada.
La otra condición es que los precios se mantengan congelados durante 90 días. El acuerdo le asegura a Roberto Lavagna tener bajo control hasta el final de su gestión uno de los componentes clave de la canasta básica de alimentos, que en febrero aumentó un 0,6 por ciento y cerró en 332,40 pesos para una familia tipo. Daniel Novak, subsecretario de Programación Económica, indicó a Página/12 que todos los productos en que está trabajando el Palacio de Hacienda para que los precios no se disparen terminaron el mes pasado con variación negativa. Ellos son la carne, el pan, las galletitas y la leche.
Sin embargo, la semana pasada aumentó la leche y la perspectiva para los próximos tres meses era que siguiera subiendo. Eso desequilibraba la canasta básica de alimentos y hundía en la indigencia a más personas. La estrategia oficial fue diseñar un fideicomiso para prefinanciar las exportaciones de la industria láctea. El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) aportó su estructura y destinó 35 millones de pesos para apoyar a aquel sector. Su presidente, Arnaldo Bocco, firmó ayer un acuerdo con el titular del Banco Nación, Horacio Pericoli, para que esta última entidad canalice la línea crediticia.
El problema con ese plan es que facilita el negocio de exportación, que no es justamente el fuerte de La Serenísima. En cambio, sí lo es para SanCor, que al mantener los precios internos al nivel de febrero se convirtió en la empresa con la mejor oferta en leche fresca, un 7 por ciento más barata que la de La Serenísima. Milkaut, el otro productor de leche fresca, también recuperó posiciones. Por otra parte, Economía apuntó a las compañías que elaboran leche larga vida. Lo hizo porque este producto compite con la leche fresca cuando la diferencia de precios es poca. Una vez más, con ello se busca presionar a La Serenísima.
La tendencia al alza del precio de la leche se debe a que hubo una fuerte retracción en la oferta a partir de 2002. El incremento del precio de la soja llevó a cientos de pequeños productores a volcarse a ese cultivo, en lugar de seguir produciendo leche. En muchos casos, incluso, mandaron las vacas al matadero. El año pasado hubo una caída de la producción en los tambos del 23 por ciento, al pasar de 10.300 millones de litros a 7.800 millones. La caída de la oferta coincidió con un aumento de la demanda, debido a que la exportación de leche en polvo se transformó en un buen negocio. Inversores provenientes de actividades distintas a la rural se volcaron a la compra de leche y alquilaron los secaderos, para deshidratarla y convertirla en polvo. El precio de este producto saltó de 1200 dólares la tonelada a 1800 dólares en la actualidad.
Todos estos movimientos de precios, de cambios de oferta y demanda, determinaron que muchos ruralistas volvieran a la producción de leche. El Gobierno calcula que la oferta se recuperará en un trimestre. La otra alternativa que tenía para presionar al sector hasta que llegue ese momento era producir un incremento de las retenciones. Con esa amenaza, las empresas firmaron ayer el acuerdo de congelamiento de precios.