El primer ministro Giorgios Papandreu canceló su participación en la Asamblea Anual de las Naciones Unidas, donde debía mantener una reunión con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la directora del FMI, Christine Lagarde, y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner. “El primer ministro decidió suspender el viaje debido a que la semana entrante es especialmente crucial para aplicar las decisiones asumidas”, se informó a través de un comunicado. El funcionario debía partir ayer y permanecería en Estados Unidos hasta el viernes, pero finalmente se quedó a respaldar el ajuste.

El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, ratificó ayer que su país llevará adelante las medidas “necesarias” para superar la crisis, entre ellas la instrumentación de un fuerte ajuste en el Estado, como le fue exigido por los países de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional ante de desembolsar un nuevo tramo del plan de ayuda aprobado en 2010. Venizelos se mostró confiado en avanzar con el ajuste fiscal y adelantó que eso les transmitirá hoy a los funcionarios del FMI, la Unión Europea y el Banco Central Europeo, con los que tiene previsto mantener una teleconferencia. “Debemos salvar lo que hemos logrado en los últimos 60 años”, insistió el ministro, quien la semana pasada participó del encuentro de responsables de Economía y Finanzas de la Unión Europea, donde la situación griega fue el tema excluyente.

Si Grecia quiere continuar siendo parte de la Eurozona, debe “dejar de generar déficit hasta el año próximo”, agregó Venizelos. Una de las medidas centrales será el impuesto extraordinario al inmueble: todo griego que posea una vivienda pagará entre 50 centavos y 16 euros por metro cuadrado, según la valuación de la propiedad.

Venizelos también deslizó la posibilidad de que se lleve adelante un ajuste en la planta de trabajadores del Estado. “Ahora el gran objetivo es hacer adelgazar al Estado”, dijo. Grecia necesita implementar el ajuste para recibir la ayuda europea y evitar el default. El gobierno adelantó que sus recursos propios sólo le alcanzan para pagar los salarios y las jubilaciones hasta octubre. Venizelos también cuestionó a quienes vaticinan una quiebra inminente del sistema bancario griego. “El ciudadano griego sabe que sus depósitos están asegurados”, enfatizó.