Entre el 22 y el 25 de abril, a días de las elecciones nacionales, la Unión Industrial Argentina irá a las urnas para designar a sus nuevas autoridades. Será su primera elección en 12 años y marcará el cierre de una etapa de acuerdos en los que se conformaban listas de unidad. Ese es el final de dos semanas de discusiones y peleas que pusieron a la central fabril cerca de la ruptura. La tensión surgió porque un sector importante de la UIA se opuso con firmeza a que Alberto Alvarez Gaiani fuera nombrado como el presidente del consenso. El intento estuvo comandado por un grupo de dirigentes que ocupan lugares importantes en la conducción de los dos bloques políticos que conviven en la entidad, el Movimiento Industrial Argentino (MIA) y el Movimiento Industrial Nacional (MIN).
La convocatoria a elecciones se decidió ayer, luego de que la comisión directiva del MIN le retiró el apoyo a Alvarez Gaiani que le había dado el último martes. Lo hizo obligada, para evitar una fractura del movimiento y, probablemente, de la propia central fabril. Lo que pasó fue que las bases del MIN se indignaron con la actitud de ocho de sus representantes en la comisión directiva, quienes habían respaldado un acuerdo con un sector del MIA para que Alvarez Gaiani fuera el presidente. El sector disidente reclamó una asamblea general del MIN para revisar aquella decisión y, eventualmente, expulsar a algunos de los que la adoptaron.
Antes de llegar a ese punto, los bandos opuestos dentro del MIN alcanzaron un acuerdo, consistente en anular el respaldo a Alvarez Gaiani y dejar sin efecto el pedido de una asamblea. El entendimiento se logró ayer por la mañana, antes de la reunión de la comisión directiva, en un encuentro entre Luis Betnaza, de Techint, y Federico Nicholson, de Ledesma. Techint hará todo lo posible para que Alvarez Gaiani no sea presidente. Uno de los principales motivos de esa oposición es que el grupo está jugando en contra de la postulación de Carlos Menem a la presidencia, mientras que Alvarez Gaiani encarna la representación de ese sector dentro del empresariado industrial.
Nicholson, si bien está dentro del MIN, es el secretario de la Copal, la cámara de la alimentación que preside Alvarez Gaiani. A pesar del traspié, este dirigente ratificó que mantiene firme su postulación para la presidencia. De allí que el único camino para superar las diferencias sea convocar a elecciones. La lista que presentará oficialmente Alvarez Gaiani pasado mañana incluye dirigentes del MIN y del MIA, sector este último al que pertenece. La otra lista también estará conformada por empresarios de los dos bloques.
“Nosotros a Alvarez Gaiani lo sostenemos a muerte. Como presidente del MIA no voy a permitir que Techint me elija el candidato a presidente de la UIA”, enfatizó Héctor Méndez, titular de la cámara del plástico. Los principales respaldos del hombre de la alimentación son grandes empresas de ese rubro, como Arcor (familia Pagani), Ledesma (familia Blaquier), Sancor (Miguel Altuna) y Molinos (Juan Manuel Forn), además del actual presidente de la UIA, el papelero Héctor Massuh, y el titular de Fiat, Cristiano Ratazzi. “Una lista así, mitad del MIN y mitad del MIA, tendrá un apoyo que no hace falta sondear, porque es mayoritario”, sostuvo ayer Alvarez Gaiani.
En rigor, la elección parece que será bastante reñida. Los dos sectores se adjudican las mayores chances y parece que, a esta altura, están empatados en los votos. Según cálculos iniciales, cada lista tendría en este momento unos 80 votos asegurados, por lo que tendrán que disputarse otros 50. “No tenemos una resistencia tan generalizada como se dice por ahí. La única resistencia que hay es la de Techint. Yo le dije a Paolo Rocca (presidente del grupo) que no concebía una UIA sin Techint, pero menos una UIA sin Copal”, remarcó Alvarez Gaiani, quien por otra parte
aseguró que “bajo ningún punto de vista represento a las multinacionales, y aunque en Copal hay varias, no significa que no haya también muchas más firmas nacionales y pymes”. Finalmente, consideró que quienes loidentifican como menemista lo hacen “para embarrar la cancha”, mezclando la interna de la UIA con la política nacional.