El ministro de Economía, Amado Boudou, pospuso por un día su llegada a la cumbre de ministros de Economía y Finanzas del G-20. Arribará mañana, aunque el encuentro, donde se debatirá la marcha de la crisis que jaquea a Europa y a Estados Unidos, entre otros temas, comienza hoy. La reunión ministerial es preparatoria de la cumbre de presidentes que tendrá lugar en noviembre en la ciudad francesa de Cannes. El titular de Hacienda y candidato a vicepresidente por el Frente para la Victoria asistió a dos actos que tuvieron lugar ayer a la noche en la ciudad de Mendoza.

En la cumbre preparatoria del G-20, el gobierno argentino elogiará la coordinación de políticas que muestran los líderes europeos, aunque cuestionará los planes de ajuste que proponen para solucionar los problemas de solvencia. En la visión argentina, los recortes fiscales en realidad reducen la capacidad de pago, en la medida en que atentan contra el crecimiento económico. También se debatirá la posibilidad de regular los precios de los commodities introduciendo precios máximos, frente a un escenario internacional de alta volatilidad. Esa medida perjudicaría a la Argentina, de forma que el Gobierno buscará presionar para que, en lugar de actuar sobre los precios, se tomen acciones tendientes a incrementar la oferta global de alimentos.

La ministra de Industria, Débora Giorgi, llamó a aumentar la integración comercial dentro de la región. “Debemos reemplazar los 460 mil millones de dólares que la región importó en manufacturas desde el resto del mundo en 2010”. Los países del Mercosur comercian entre sí sólo el 16 por ciento del total, mientras que la Unión Europea absorbe el 65 por ciento. El superávit comercial del bloque con el mundo bajó de 55 mil millones de dólares en 2005 a 15 mil millones en 2010, por el deterioro en las cuentas brasileñas.