La disputa de poder al interior de la Unión Industrial Argentina (UIA) vivió este fin de semana un nuevo capítulo. La candidatura de Alberto Alvarez Gaiani a la presidencia de la entidad fabril sumó un nuevo opositor, una vez más dentro de las propias filas del Movimiento Industrial Argentino (MIA), la facción de los industriales más próxima al modelo de la década de los ‘90 y a la que pertenece Gaiani. El desertor fue Diego Videla, un dirigente histórico de los industriales porteños al que también se habría sumado la Cámara del Cemento.
La visión tradicional de los conocedores de la interna industrial da cuenta de un enfrentamiento histórico entre el Movimiento Industrial Nacional (MIN) y el MIA, facciones que suben o bajan de acuerdo a los vientos políticos. Los primeros representarían una visión más proteccionista, liderada por el grupo Techint y asociada al proyecto “productivo” del actual gobierno, mientras que los segundos serían la vertiente más neoliberal asociada con el modelo de los ‘90. Pero en el enfrentamiento, por supuesto, hay algo más que ideología. Superando sus diferencias el MIA y el MIN consiguieron siempre consensuar candidatos. Pero la candidatura de Alvarez Gaiani, que en lo formal contaría con el apoyo de ambas corrientes, parece haber marcado una divisoria de aguas. A pesar de las elecciones programadas, no son pocos los empresarios que auguran una fractura de la entidad. Los oponentes a Gaiani se quejan de que no se haya encontrado un candidato de consenso y con relación fluida con todos los sectores políticos. En el centro de la discordia se encontraría el papelero Héctor Massuh, hoy con Gaiani, quien habría perdido la confianza del poderoso Grupo Techint luego de impulsar, pero no sostener, el paso de José Ignacio de Mendiguren por el Ministerio de la Producción. La sorpresiva partida de Videla, un aliado natural de Gaiani, sería un reflejo de que la candidatura del dirigente de Copal pierde sustentación.