A menos de dos meses de abandonar el poder, el Gobierno pretende avanzar con la designación de siete directores en los entes de regulación de la electricidad y el gas. Se trata de puestos clave, porque esos funcionarios serán los encargados de sugerir los aumentos de tarifas e intervendrán en la renegociación de los contratos, en sectores donde la facturación anual ronda los 2500 millones de pesos. El procedimiento para nombrar a los postulantes generó dudas en distintos ámbitos, incluido el Congreso. De ahí que las comisiones de Energía y de Defensa del Consumidor de la Cámara de Diputados citaran para mañana al secretario de Energía, Enrique Devoto, quien es el principal responsable político del proceso de selección. Los diputados quieren indagar respecto de las acusaciones acerca de que se estarían poniendo directores a dedo, asegurando para el duhaldismo el control de esos entes más allá del 25 de mayo.
En el último mes se produjeron dos acontecimientos que despertaron el interés de los legisladores. El primero fue la renuncia del ex secretario de Energía Jorge Lapeña al jurado de notables que debía evaluar los antecedentes de los postulantes y elevar una nómina de candidatos para los cargos. El ex funcionario del gobierno de Raúl Alfonsín abandonó ese cuerpo con una dura carta dirigida a Devoto, en la que advierte por un posible tráfico de influencias. El segundo hecho fue que la Justicia hizo lugar a una acción de amparo promovida por uno de los postulantes al Enargas que quedó al margen de la preselección. Se trata de Ernesto Guillermo Leguizamón, quien consiguió que el juez federal Angel Di Matteo ordenara la nulidad de las actuaciones de la Secretaría de Energía.
El diputado Lafalla se comunicó ayer con Devoto, quien confirmó su asistencia al Congreso mañana a las 9. En la Secretaría de Energía rechazan cualquier imputación. De acuerdo a la versión que dieron a Página/12, el jurado de notables cumplió su trabajo, presentó una lista de 20 candidatos para los siete puestos y ahora Devoto deberá entregar una selección final a Eduardo Duhalde. El trámite continuará con una consulta a una comisión bicameral del Congreso, que dará un dictamen no vinculante, y finalmente el Poder Ejecutivo emitirá un decreto con los designados. Los puestos específicos son los de presidente, vicepresidente y un director del ENRE, y vicepresidente y tres directores del Enargas.
Cerca de Devoto también respondieron que el proceso de selección comenzó en abril de 2002 y que no es su responsabilidad si se demoró hasta ahora. Todo lo contrario dicen en el Congreso quienes sospechan que hubo irregularidades. En primer lugar, recuerdan que el jurado de notables sufrió una serie de modificaciones, que le habrían permitido a Devoto ubicar allí a hombres de su confianza. Además, los diputados se aferran a la carta de renuncia de Lapeña al jurado. En ella, el consultor asegura que la Secretaría de Energía incumplió todos los plazos previstos originalmente y que, aún más grave, bloqueó el desempeño de la comisión.
“Dicha comisión –afirma Lapeña– no se ha reunido nunca de manera formal, no se han realizado actas y en lo particular no me han sido sometidos para consideración ni los antecedentes personales de los numerosos postulantes de cada concurso, ni tampoco he tenido oportunidad de realizar entrevistas a los postulantes.” Para terminar, afirma que “los tiempos, largamente excedidos, conspiran contra el normal funcionamiento de las dos instituciones clave para el sector y además permiten que la filtración de nombres ponga en movimiento influencias que pueden perturbar el funcionamiento de una comisión imparcial de selección de postulantes como hubiera sido deseable”. Más allá de la renuncia de Lapeña, el resto del jurado completó su trabajo y entregó una lista de candidatos donde figurarían los nombres que le interesan al Gobierno.