ECONOMíA
› NEGOCIACION CON EL FMI
La gorra vuelve vacía
La aspiración de máxima de Remes es conseguir de Washington U$S 8400 millones. Pero sólo después de cumplir estrictas condiciones. En marzo vendrá una misión para iniciar la verdadera negociación.
› Por Maximiliano Montenegro
El secretario del Tesoro norteamericano, Paul O’Neill, envió a decir que se sentía “alentado por el compromiso del ministro Remes (Lenicov) a favor de una relación constructiva entre el FMI y el gobierno argentino”. En tanto, el titular del Fondo, Horst Koehler, agregó que la reunión que mantuvo con Remes fue “alentadora, aleccionadora, un buen comienzo”. Para completar la puesta en escena, el ministro de Economía argentino calificó las reuniones que mantuvo ayer en Washington con ambos funcionarios como “muy positivas”. Un torrente de diplomacia y gestos sin que se haya logrado hasta ahora el más mínimo compromiso de que Washington aportará el paquete de asistencia financiera con que sueña Duhalde desde que llegó al poder. El único compromiso que conseguirá Remes de su viaje será que el 1º de marzo aterrice en Buenos Aires una misión técnica del FMI para iniciar negociaciones formales con el fin de reestablecer los créditos al país. Según pudo saber Página/12, la aspiración de máxima del Gobierno es destrabar los 8400 millones de dólares remanentes del blindaje, incluyendo el aporte de todos los organismos internacionales, después de cumplir un ajustado cronograma de condiciones. Es un objetivo módico, si se tiene en cuenta que hasta hace unas semanas, en el equipo económico se entusiasmaban con la posibilidad de recibir préstamos por más de 15.000 millones.
Después de que Remes desayunara con Anne Krueger, la estricta número dos del Fondo, almorzado con Koehler y tomado café con O’Neill, todo el gobierno se puso a esperar en Buenos Aires los típicos comunicados de respaldo protocolar de Washington. Tal aval llegó con las breves declaraciones a la prensa del titular del Fondo, que esta vez se cuidó de apelar a su frase favorita a cualquier país latinoamericano –”van por el buen camino”– y prefirió transmitir la idea de que por ahora solo hay “un buen comienzo”. Por su parte, Tony Fratto, portavoz del Departamento del Tesoro, habló por O’Neill: “El secretario O’Neill estuvo encantado de seguir sus conservaciones con el ministro Remes y expresó su esperanza de que el Gobierno de Duhalde desarrolle un plan económico sostenible”, dijo sin decir nada.
Al margen del protocolo, un estrecho colaborador del ministro de Economía reconoció a este diario que “no se habló de que nos envíen un sólo dólar”. Otro alto funcionario del área económica fue más preciso al describir los resultados de la gestión del ministro. “Remes fue a buscar a Washington una agenda, a pedir que se inicie una negociación”. En este sentido, hoy el Gobierno festejará el compromiso público del Fondo de que los primeros días de marzo llegará a Buenos Aires una misión técnica, encabezada por el chileno Tomás Reichman, encargada de poner en marcha tal negociación. Será tras la nueva vuelta de reuniones que tendrá Remes con funcionarios del Tesoro y la plana mayor del FMI, el BID y el Banco Mundial.
Sin embargo, las aspiración de máxima del equipo económico durante tales negociaciones es mucho más modesta de lo que se piensa. Según aseguró la fuente a Página/12, “apuntamos a lo sumo a restablecer el programa caído”. Tal programa constituye los últimos tramos de préstamos del famoso blindaje, suspendidos en noviembre del año pasado, cuando Washington decidió abrirle definitivamente la mano a la administración De la Rúa y presionar por la devaluación del peso. “Lo que podemos pedir es que destraben 1200 pendientes del último trimestre de 2001 más otros 7200 millones correspondientes a 2002. Eso considerando no sólo los préstamos del Fondo sino también del Banco Mundial y del BID”, agregó la fuente. Y advirtió que “para conseguir esto nos van a fijar una secuencia lenta de desembolsos atados al cumplimiento estricto de una serie de condiciones”.
Las “acciones prioritarias” que exigirá el Fondo son, entre otras, las siguientes:* Que el proyecto Presupuesto 2002 contemple más recortes del gasto público, porque según los técnicos del organismo los números de la recaudación allí incluidos están inflados. Sobre esta cuestión, un tema clave es la proyección de caída del PBI estimada para este año. El gobierno dice que será del 5 por ciento, pero en el Fondo cree que el derrumbe rondará el 10 por ciento.
u La derogación de la Ley de Quiebras sancionada recientemente por el Congreso, que suspende quiebras y ejecuciones bancarias por un lapso de 6 meses. Este es un pedido de los acreedores extranjeros y los bancos que temen que las empresas locales se escupen en la nueva legislación para repudiar la deuda en dólares contraída en el extranjero.
u La eliminación de todos los controles cambiarios para que la empresas multinacionales puedan remitir utilidades y dividendos en dólares al exterior.
u La reformulación del sistema financiero para encontrar una solución al corralito y restablecer los medios de pago de la economía.
u Más ajuste en los estados provinciales. “Nos plantearon que la dirigencia política tiene que entender el sentido y profundidad de la crisis. Fue un mensaje claro para los gobernadores”, interpretaba ayer un funcionario de Economía, preparando el terreno para el nuevo apriete fiscal sobre el interior.