Los dos son dirigentes cercanos al titular de la CGT, Hugo Moyano, y ayer reiteraron que los gremios de la central obrera irán a las paritarias del año próximo “sin piso ni techo”. Omar Plaini, del gremio de los canillitas, y el judicial Julio Piumato rechazaron así la idea de aceptar un tope del 18 por ciento para las negociaciones salariales del 2012. Al igual que el camionero, hablaron en cambio de tomar como guía el nivel de precios del supermercado.

El porcentaje del 18 había sido mencionado por algunos medios como un techo barajado por el Gobierno. Consultados sobre el punto, los dirigentes argumentaron que cuando Néstor Kirchner reabrió las paritarias, planteó que “lo único que pretendía era que no hubiera desbordes, y no los hubo”. Plaini, que integra el consejo directivo de la CGT, agregó algunos datos al razonamiento. Dijo que la conflictividad sindical “apenas orilla el 6 por ciento, que es nada. En una política de movilidad y puja distributiva, no existe, no es conflicto eso”.

De esta manera, al igual que el año pasado, el planteo de los sindicatos será negociar sin topes. “Cuando empiece el grueso de las paritarias, entre abril y junio, vamos a usar ese esquema, que ha dado resultado y que ha ratificado el propio ministro de Trabajo, Carlos Tomada”, concluyó el titular de los canillitas.

A su vez, Piumato –que, como Plaini, es integrante de la mesa chica de la CGT– afirmó que los sindicatos no manejan ninguna pauta fija para las próximas negociaciones y pidió no “echarle la culpa” a la inflación, ya que la suba de precios es fruto de “la conducta de algunos sectores empresarios y formadores de precios”. “No puede ser que los empresarios fijen el tope de la discusión salarial, la realidad lo fija”, alertó. Y evitó hablar de los porcentajes que podrían discutirse en las paritarias con una definición tajante: “No hay que almorzarse la cena”.

Por otra parte, Piumato habló del proyecto de ley de reparto de utilidades de las empresas con los trabajadores. En ese sentido, señaló que sería importante contar con “una ley base, que sirviera a todos, y después, como pasa con otros derechos, en las paritarias, de acuerdo con la actividad, se mejore ese piso”.

El judicial dijo no conocer con exactitud el pensamiento de la presidenta Cristina Kirchner respecto del proyecto de reparto de utilidades de las empresas con los trabajadores “porque no lo hemos discutido profundamente”. “La Presidenta hoy tiene una evaluación de la situación respecto de la realidad del país y opina, es ella la que fue votada para conducir y dirigir la agenda, (pero) a nosotros nos gustaría debatir y entender cuáles son las razones de por qué ahora no”, enfatizó.

La propuesta de ley impulsada por la CGT, agregó el dirigente, “generaría un mayor reparto equitativo de la riqueza, más calidad institucional y, además, un blanqueo de la economía. Y ésta es la principal oposición de los empresarios, porque ellos no quieren decir lo que realmente ganan”.

Piumato insistió en recordar que “la idea” de la distribución de ganancias “nació de Néstor Kirchner en las charlas con Moyano”. “Fue una charla con Néstor cuando era presidente del partido y nosotros lo tomamos en esos años, le dimos forma, lo discutimos en el consejo directivo (de la CGT) y fuimos adelante porque nos pareció una buena idea”, expresó.

“Obviamente nosotros lo tomamos con mucho ímpetu porque nos parecía muy importante (el proyecto); a medida que fuimos avanzando nos fuimos dando cuenta de que no sólo tenía que ver con profundizar el reparto equitativo de la riqueza sino, además, tenía un condimento extra que lo fuimos entendiendo desde la oposición de los empresarios, y era el tema de blanquear la economía”, lanzó.

“La Constitución es clara cuando dice que los derechos que ella establece se aplican conforme con las leyes que reglamenten su ejercicio, entonces, el derecho a la participación de las ganancias tiene que ser por ley”, concluyó.