ECONOMíA › ESTIMACIóN FAVORABLE PARA EL SUPERáVIT COMERCIAL DE 2012
El ministro de Economía, Amado Boudou, aseguró que el año próximo habrá dólares suficientes provenientes del frente externo para alimentar el mercado local. De esa forma buscó eliminar incertidumbres sobre el tipo de cambio y el mercado cambiario.
“El año que viene, la economía argentina va a generar el saldo comercial suficiente y contará con las divisas necesarias para tener autonomía en la toma de decisiones”, afirmó ayer el ministro de Economía, Amado Boudou, durante su discurso en la 59ª convención anual organizada por la Cámara de la Construcción (CAC). Frente a la tensión cambiaria que se experimentó en las últimas semanas, disparada por diversos motivos y que sembró incertidumbre en el frente externo, Boudou buscó recrear confianza sobre la capacidad de la economía local de generar los dólares suficientes para afrontar compromisos. También resaltó la autonomía financiera, en momentos donde algunos especialistas especulan con que el Gobierno deberá salir a tomar deuda en los mercados para cerrar las cuentas el año que viene. A la vez, el ministro criticó a los nuevos gobiernos “tecnócratas” europeos y vinculó su accionar con los intereses del sector financiero.
El saldo acumulado de la balanza comercial hasta octubre llega a 9383 millones de dólares, y el Gobierno prevé cerrar el año con una entrada de divisas por la vía comercial de alrededor de 11 mil millones de dólares. Descontado el pago de intereses de deuda externa y la remisión de utilidades por parte de las empresas multinacionales, entre otros flujos de ingreso y egreso de dólares, la cuenta corriente cerraría el año con un superávit de 1500 millones de dólares.
Por el lado de la cuenta capital y financiera, se registró en el año una fuerte aceleración de la salida de capitales, que alcanza unos 20 mil millones de dólares. En suma, el saldo de la entrada y salida de divisas fue negativo, lo que generó una presión para que el peso se devalúe. Esa tendencia fue frenada a partir de la intervención del Banco Central, que en cambio dejó que el tipo de cambio se deprecie en el año sólo 6,7 por ciento. Para ello tuvo que vender reservas internacionales por un monto que ronda los ocho mil millones de dólares.
El Presupuesto 2012 prevé un saldo comercial positivo de 8500 millones de dólares. Para el economista Miguel Bein, en cambio, el superávit comercial no superaría los seis mil millones de dólares. De cualquier modo, el Estado deberá destinar parte de ese saldo al pago de deuda en moneda extranjera con el sector privado por 6800 millones de dólares y de 2400 millones con los organismos internacionales, entre vencimiento de intereses y de capital. Junto a otras fuentes de salida de dólares, el déficit global de la cuenta corriente, según Bein, sería de 2500 millones de dólares, el 0,6 por ciento del PIB. Ese panorama se alcanzaría con un crecimiento de la economía de 3,8 por ciento, calcula Bein. “Es un déficit pequeño, por eso no tiene mayores inconvenientes para financiarse a través de líneas específicas para las importaciones o si se saliera a colocar deuda. En definitiva, la del frente externo en 2012 no parece una agenda muy demandante”, señaló el economista.
“La crisis es de carácter global y se va expandiendo a través de los canales financiero y comercial”, indicó Boudou. “Sin embargo, el país está fuertemente aislado en términos financieros porque nos hemos desendeudado, no tenemos necesidad de endeudarnos y hubo prudencia fiscal, porque se entendió que resolver la deuda pública era una de las claves para tomar decisiones. Ni el Gobierno, ni las empresas, ni las familias, enfrentan situaciones delicadas en lo financiero. Nada tiene que ver esta situación con aquella en la que se debía 170 por ciento del PIB. Hoy la deuda con el sector privado no llega a 20 por ciento, y tenemos mucho margen de maniobra para tomar decisiones autónomas en un proceso de desarrollo con inclusión social”, agregó el ministro. De esa forma dejó entrever que desestima la posibilidad de salir a tomar deuda para suplir una eventual falta de dólares, aunque no ofreció mayores precisiones de las bases sobre las que buscará mantener en orden las cuentas externas, más allá del superávit comercial. Boudou también elogió el control sobre los flujos de capitales especulativos.
Una fuente adicional de incertidumbre que se genera en el escenario internacional es el deterioro del precio de los alimentos que componen la canasta exportadora argentina. De todas formas, se espera que en general los términos del intercambio permanezcan relativamente estables el año que viene, de modo que no es esperable que el efecto-precio produzca una modificación sensible del panorama externo.
Por su parte, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien también asistió ayer al cónclave empresario, manifestó que “la inflación es el primer tema a resolver, porque hace que desaparezca la eficiencia y no permite que se sepa con qué índices se determinan y redeterminan los contratos del sector de la construcción”.
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