Jue 01.12.2011

ECONOMíA  › LAS BANCAS CENTRALES DE LOS PAíSES DESARROLLADOS LIBERARáN FONDOS PARA IMPULSAR SUS ECONOMíAS

Inundar de dólares para no ahogarse

Con el objetivo de destrabar el circuito de créditos al consumo, a empresas y entre entidades financieras, las principales bancas centrales del mundo dispusieron una amplia red de disponibilidad de recursos. Respuesta positiva de las Bolsas.

Las principales autoridades monetarias del mundo acordaron ayer una acción coordinada para inyectar un mayor volumen de fondos en los mercados de crédito. El compromiso abarca al Banco Central Europeo, la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, el de Japón, de Canadá y el Nacional Suizo. “El objetivo es aliviar las tensiones en los mercados financieros y mitigar sus efectos en la oferta de crédito a hogares y empresas, ayudando así a reactivar la actividad económica”, explicó el BCE en un comunicado. La medida implica una reducción en los costos de los denominados “swap” –canje de monedas–, que ofrecen liquidez en dólares a las bancas centrales, con lo que facilitan la disponibilidad de dinero para las entidades financieras. En las Bolsas del Viejo Continente se reflejó la euforia por la noticia con alzas que superaron el 5 por ciento.

Otro capítulo de la crisis global estuvo centrado en los problemas de insolvencia de países europeos, a causa del peso de sus deudas. Los organismos multilaterales focalizaron sus esfuerzos en fondear esas economías para cubrir esos déficit, previo a ponerlos en forma bajo un estricto plan de ajuste fiscal. Este cóctel de recortes y préstamos multimillonarios sólo profundizó la crisis, lo que quedó evidenciado en el nivel record de desempleo que notificó la Unión Europea, de 10,3 por ciento en octubre en la Eurozona, con pico del 22,8 por ciento para la economía española.

A pesar de los efectos adversos que genera en sus economías, los líderes de la región no parecen estar dispuestos a discutir una alternativa que se base en el crecimiento y no en el ajuste. Tal fue el caso de Grecia, cuyo ex primer ministro, Giorgos Papandreu, debió renunciar a su cargo luego de que pretendiera llevar a consulta popular los ajustes a los que la población helena debía atenerse. Su reemplazante, Lucas Papademos (ex vice), se alineó a los designios de Alemania y Francia, encarando esos recortes para que le fuera liberado el último tramo del rescate. Ayer Grecia inició oficialmente las negociaciones con sus acreedores privados para reducir su deuda, mientras que las autoridades de la Eurozona presionan para que el país siga aplicando las medidas de austeridad, según informó el Ministerio de Finanzas griego.

La fragilidad del sistema bancario que develó la crisis también complica la recuperación de la economía global. La falta de confianza respecto de la salud de los bancos en Europa y Estados Unidos restringe las posibilidades de financiarse mutuamente, lo que se refleja en una menor oferta crediticia para consumo y a empresas. Los bancos centrales de Estados Unidos, la Unión Europea, Inglaterra, Japón y Suiza se comprometieron a reducir en medio punto el costo de sus actuales líneas de intercambio de liquidez (swap) en dólares, aplicable desde este lunes hasta el 1º de febrero de 2013, con el objetivo de poder volcar fondos a sus respectivos sistemas bancarios. La mayor liquidez en los bancos tampoco asegura una reactivación del crédito, tal como sucedió en Estados Unidos, en donde las inyecciones de dinero fueron a salvar la situación de los holdings financieros y en muchos casos se transformaron en bonus de fin de año para sus directivos.

Europa se concentra además en una propuesta para modificar el tratado de la Unión Europea, que pondrá en discusión los fundamentos de la región para prevenir futuras crisis. El objetivo central es incluir en actas el principio de disciplina fiscal, un proceso que podría prolongarse al menos dos años, debido a las ratificaciones o posibles referendos que implicaría entre los socios del bloque.

El comisario de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn, advirtió que el bloque comunitario entra esta semana en un “período crítico de diez días” para cerrar la crisis de deuda soberana en la Eurozona y evitar el colapso de la moneda única antes de la cumbre europea del 9 de diciembre. En esa fecha los 27 países que componen el bloque deberán aportar todos los elementos para superar la situación actual de incertidumbre sobre el método a seguir para acabar con las turbulencias. “La unión económica y monetaria deberá completarse a través de una integración mucho más profunda o tendremos que aceptar una desintegración gradual de medio siglo de integración europea”, alertó Raehn.

Los inversores celebraron el anuncio de mayor liquidez. En Wall Street el índice Dow Jones registró una ganancia de 4,3 por ciento, mientras que en Europa se destacaron las plazas de Frankfurt (4,9) y Milán (4,4). En tanto, el euro recuperó terreno frente al dólar: la moneda comunitaria cotizó a 1,35 dólares por unidad.

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