Jue 10.04.2003

ECONOMíA  › PRAT GAY BUSCA REDEFINIR LAS METAS DE EXPANSION MONETARIA

Otra vez la receta del FMI falló

El presidente del Banco Central está en Washington para cambiar el objetivo de emisión, que en el acuerdo de enero fue restrictivo. La dupla Prat Gay-Lavagna aceptaron un programa monetario que resultó un fiasco. Ninguna de las proyecciones previstas se cumplieron.

› Por Claudio Zlotnik

Alfonso Prat Gay comenzará hoy en Washington las negociaciones formales para redefinir las metas monetarias con el FMI. El Banco Central busca flexibilizar las pautas y evitar tomar medidas contractivas. Según el acuerdo rubricado con el Fondo, el BC debería absorber 1628 millones de pesos en los próximos tres meses, una iniciativa que se choca contra el proceso de recuperación económica y de resurgimiento del crédito. La revisión obligada de las metas responde a que Prat Gay y el Fondo fallaron cuando, a fines de 2002, pronosticaron el comportamiento de la economía. El programa monetario se realizó en base a un escenario de mayor inflación minorista. Mientras en el plan se calculó una suba de precios del 22 por ciento para este año, la realidad está marcando otra evolución: anualizado, el último semestre apuntó a una inflación de un solo dígito.
El modelo consensuado entre el Central y el FMI se hizo sobre la base de restringir la emisión monetaria para evitar un salto inflacionario. Para ello, la autoridad monetaria estaba obligada a igualar la cantidad de dinero de junio con la existente a fines del año pasado. Pero como la base monetaria se ha expandido en lo que va de 2003, el BC estaría obligado a rescatar 1628 millones de pesos. Tiene tiempo hasta junio. Sin dudas, una medida contraria a una reactivación económica. Y también al objetivo de Prat Gay de sostener el precio del dólar ya que está maniatado para intervenir en el mercado adquiriendo divisas.
De mantenerse indiferente a las pretensiones de Prat Gay, la política ortodoxa del Fondo llevaría a una nueva suba de las tasas de interés –el Central debería incrementar notablemente la oferta de Letras– y a una pérdida de reservas ya que el BC vendería divisas para aspirar pesos.
No obstante, los funcionarios que dialogaron con Página/12 remarcaron que la pauta monetaria es “indicativa”. Es decir, no es exigible para la misión técnica del organismo que a mediados de mayo revise el acuerdo. Una oportunidad para que el BC esquive el plan ortodoxo de Washington, consensuado con la dupla Prat Gay-Lavagna. Desde el Central se negaron a responder si se incumpliría el acuerdo en caso de que el Fondo desautorice la revisión de las metas.
En las reuniones técnicas, Prat Gay esgrimirá diversos argumentos para convencer al FMI: el Central no está emitiendo dinero para asistir a los bancos ni al Tesoro nacional ya que existe superávit fiscal, mientras que la inflación es sensiblemente inferior a la proyectada. Frente a la expectativa de los funcionarios del FMI sobre el levantamiento del corralón, Prat Gay desplegará los primeros datos: la gran mayoría de los ahorristas dejan el dinero en los bancos.
Sobre esos puntos, Prat Gay ya le informó al subsecretario del Tesoro estadounidense, John Taylor, con quien se encontró ayer. Este mediodía lo repetirá en el almuerzo que compartirá con Anne Krueger, y hará lo propio más tarde en la reunión con Anoop Singh. Las negociaciones formales se iniciarán mañana, no bien Pedro Lacoste, vicepresidente del Central, se integre a la delegación que se encuentra en Washington.
En la entidad monetaria aguardan optimistas. Confían en que habrá luz verde a la corrección de las pautas y que la medida tendrá efectos positivos para la economía. Si bien los funcionarios descartan un resurgimiento del crédito en el corto plazo –alegan que, en última instancia, eso depende de la voluntad de los bancos–, indican que el primer efecto será un descenso de las tasas de interés. “Es el primer paso hacia la recuperación del mercado crediticio”, señaló una alta fuente del BC a este diario. Y agregó: “La flexibilización de las metas monetarias allanará el terreno para el segundo semestre, momento en el cual debería notarse la normalización y crecimiento de la economía”.
Junto a esta ofensiva, Prat Gay tiene en mente nuevas medidas para el sistema financiero. Tras el levantamiento del corralón y las elecciones, la autoridad monetaria liderará la reestructuración del sistemafinanciero. Esas iniciativas, tendientes a regular la actividad y a determinar cuáles entidades financieras son solventes y cuáles no, serán decisivas para la regeneración del crédito al sector privado. Sin que esto suceda, es imposible pensar en una economía en crecimiento. La clave estará en la postura que adopte el BC: si seguirá a rajatabla los mandatos ortodoxos del FMI o si se aleja un poquito de esas repetidas y fallidas recetas.

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