El Fondo Monetario Internacional aprobó ayer los mecanismos para acceder a las líneas de financiamiento bilateral por 456 mil millones de dólares que pusieron a su disposición un conjunto de economías avanzadas y en desarrollo. Esos aportes contingentes no son transferencias a las arcas del Fondo, sino que se utilizarán en casos extremos, serán destinados a ofrecer sus tradicionales rescates condicionados a medidas de ajuste. En la lógica del sistema financiero, la medida apunta a llevar “tranquilidad” a los mercados internacionales frente a la profundización de la crisis en la Eurozona.

La ampliación de los recursos disponibles del FMI comenzó a gestarse en abril y se terminó de definir ayer, cuando los denominados Brics –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– confirmaron la magnitud de sus aportes, al tiempo que reiteraron la necesidad de modificar la lógica de funcionamiento del organismo multilateral. Japón, Alemania y China son los mayores aportantes al pool preventivo de reservas. Estados Unidos no participará. Argentina, por el momento, tampoco.

Dos meses atrás, cuando se comenzó a gestar el fondo contingente, el FMI consiguió el compromiso de 37 países para colaborar con 430 mil millones de dólares si fuera necesario. Finalmente, ayer en la cumbre de presidentes del G-20, en Los Cabos, México, se conoció la magnitud del aporte de los Brics que elevó la capacidad de financiamiento del organismo en 456 mil millones de dólares adicionales.

Según afirmó la titular del FMI, Christine Lagarde, los recursos permitirán duplicar la capacidad de financiamiento del organismo. El Fondo sólo recurrirá a esos dólares cuando se agoten sus líneas tradicionales, los mismos programas sujetos a condicionalidades regresivas que utilizaron Grecia y Portugal recientemente o Argentina durante los años noventa y ochenta. “Estos recursos están disponibles para prevenir y solucionar crisis así como para enfrentar las necesidades de financiamiento de todos los miembros del FMI. El financiamiento será utilizado sólo si es necesario como segunda línea de defensa”, aseveró ayer Lagarde.

La Unión Europea, epicentro actual de la crisis internacional, puso a disposición del FMI 200 mil millones de dólares. Corea del Sur, Arabia Saudita y el Reino Unido habilitaron 15 mil millones de dólares cada uno. Los Brics aportarán en conjunto 75 mil millones de dólares. El gobierno de China pondrá a disposición del FMI 43 mil millones de dólares, sólo por detrás de los 60 mil millones de dólares de Japón y los 54,7 mil millones de dólares aportados por Alemania. En tanto, Brasil, India y Rusia se comprometieron a aportar 10 mil millones cada uno y Su-dáfrica ofreció dos mil millones de dólares. También contribuirán Noruega, Suiza, Suecia, Dinamarca, Singapur, Australia y Polonia.

El miembro más poderoso del FMI, Estados Unidos, no realizará aportes adicionales. Si bien las autoridades norteamericanas aseguraron en reiteradas oportunidades que Europa cuenta con recursos suficientes para resolver sus dificultades, la distribución de fuerzas al interior del Congreso de ese país no facilita a la administración de Barack Obama participar de la iniciativa. Por su parte, Argentina tampoco contribuirá a la ampliación de la capacidad de financimiento del FMI.

“Estas nuevas contribuciones están siendo realizadas anticipando que todas las reformas acordadas en 2010 serán totalmente implementadas en tiempo y forma, incluyendo una reforma global del mecanismo de votación y las cuotas”, afirmaron los Brics a través de un comunicado. En Los Cabos, las autoridades chinas que participan de la cumbre del G-20 reclamaron el cambio en la distribución de poder al interior del FMI. Desde el Banco Central chino afirmaron que el aumento en el capital del Fondo “no es una ayuda gratis, sino que es China prestándole al FMI sobre la base de un retorno seguro y razonable”. Precisamente, el comunicado oficial del organismo multilateral concluye afirmando que devolverá con intereses todo los recursos que tome.