El grupo español Economistas Frente a la Crisis consideró que “España se encuentra en un momento determinante” y advirtió que “el tiempo se acaba” para “no hipotecar el futuro” de ese país y adoptar políticas que puedan sacarlo de la crisis actual y encarar una reactivación de su economía. “Insistir en la necesidad de reducir aceleradamente el gasto público no soluciona, sino que agrava el problema”, aseguró este grupo de analistas, que alertó que el ajuste “no colabora para una mayor utilización del aparato productivo, al contrario, añade al descenso de la demanda privada menor demanda pública”.

En un artículo titulado “¿Llegaremos a tiempo?”, publicado en el diario El País, los expertos indicaron que “el simple anuncio de un recorte drástico de la inversión pública supone que miles de empresarios encarguen al jefe de personal la preparación de un ERE –Expediente de Regulación de Empleo, que sirve para suspender o despedir trabajadores– e, incluso, el cierre de la empresa”.

Además señalaron que “reducir las pensiones (jubilaciones y subvenciones), por ejemplo, insinuando que son los pensionistas los responsables de la crisis, no sólo es un atentado contra la justicia, es, también, un error”. Remarcaron que “el gasto de los pensionistas constituye una demanda permanente con efectos anticíclicos que propicia la supervivencia de multitud de sectores” y subrayaron que “reducir pensiones es llevar al paro (desempleo) al camarero del bar de la esquina, al del puesto de periódicos y al dependiente de la tienda de ultramarinos (alimentos frescos)”.

“Insistir en una política que agrava la depresión de la demanda efectiva acabará destruyendo el tejido industrial y la cohesión social, hipotecando por años las posibilidades de recuperación económica”, estimaron los economistas. Afirmaron que “tras los cantos de sirena que provienen de algunos economistas con brillantes currículos académicos, no hay ni ciencia ni progreso”. “Sólo escolástica, modelos sociales y económicos que esconden una silente ideología que, pacientemente, ha ido seleccionando a sus portavoces en las ‘mejores universidades americanas y en las más acreditadas escuelas de negocios privadas’”, sostuvieron los analistas.

Destacaron que “la ciudadanía y la opinión pública buscan a los economistas y encuentran que vaticinan terribles consecuencias en un vano intento de engrandecer su valía haciendo predicciones más grandes que ellos mismos”. Remarcaron que “incansablemente nos repiten que los niveles de bienestar alcanzados no son sostenibles y que es necesario que recibamos menos prestaciones sociales, peor educación, peor salario, peor atención sanitaria”. “La austeridad forzada tiene un nombre: se llama pobreza. Y alegan que, para ser competitivos, tenemos que ser más austeros, esto es, más pobres”, concluyeron los Economistas Frente a la Crisis.