ECONOMíA › PANORAMA ECONóMICO
› Por Alfredo Zaiat
La soja en el Mercado de Chicago alcanzó el precio record de 611,8 dólares el lunes pasado. Ese valor superó el máximo de 610,0 dólares del 3 de julio de 2008. La cotización de la soja es importante porque impacta en las finanzas del sector público, actúa de referencia para orientar expectativas económicas y porque es clave en el hipersensible universo agrario. Esta relevancia obliga a realizar la antipática tarea de revisar las estimaciones sobre la soja de hombres de negocios dedicados a comercializar información económica. Es un examen sencillo debido a que la vidriera de exposición de su mercancía son los medios de comunicación. En general, tienen la fortuna de no padecer reclamos de sus clientes por vender fallidos. En esta ocasión es difícil eludirlos porque han sido muy grandes los errores, aunque siempre cuentan con amables interlocutores que prefieren ignorarlos. El resultado de la exploración no ha sido muy favorable, evaluación oportuna en momentos que ha comenzado la temporada de presentación de la recesión para hacer furor en todos los canales de venta posibles. De la mesa de saldos olvidados, se rescatan entonces los pronósticos sobre la soja.
La investigación abarca de agosto a diciembre del año pasado, cuando el precio de la soja osciló de 400 a 500 dólares. Meses de elección presidencial, de decisiones de inversión en el campo y de definir proyecciones económicas de las empresas. En ese período, los supuestos especialistas afirmaban sobre la soja lo que sigue.
Ricardo Arriazu decía en una charla en el Instituto Petroquímico Argentino que divisaba una tendencia a la caída en los precios de los granos para 2012.
En el mismo encuentro, Carlos Melconian explicó los motivos. Por un lado afirmaba que había factores estructurales para que sigan firmes (“la relación stock-demanda de soja para el mundo caerá el año que viene según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos”), pero por el otro su deseo era más fuerte y aseguraba que la corrección de los desequilibrios globales impactará negativamente sobre los commodities. En otra oportunidad estimó que la caída de la soja es apenas una de las manifestaciones de la crisis mundial en curso.
Miguel Angel Broda escribió que “ingresarían 3500 millones de dólares menos que en 2011 por la caída de los precios” de los commodities agrarios si el mundo se complica.
Nadín Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, afirmaba que existía una alta probabilidad de tener precios internacionales más bajos para los commodities que exporta la Argentina y que ambos fenómenos afectarían las exportaciones y por esa vía el ingreso de dólares comerciales.
Juan Luis Bour, de FIEL, preveía para 2012 un precio promedio de la soja de 400 dólares por tonelada, es decir, un nivel similar al promedio de 2010 (405 dólares) pero inferior al de 2011 (500 dólares). Aseguraba entonces que la pérdida de ingresos de exportación para 2012 sería de unos 4000 millones de dólares y el fisco dejaría de recaudar unos 1200 millones.
La consultora Ecolatina planteó los riesgos de la economía 2012, detallando que se encontraban en la caída del precio de la soja, la depreciación del real, el estancamiento mundial y los desequilibrios acumulados.
Nicolás Bridger, uno de los economistas de la consultora Prefinex, decía que “creemos que el precio promedio de los granos caerá 10 por ciento” y, por ese motivo, bajarán las exportaciones.
Miguel Kiguel sentenció que por la caída del precio de la soja y depreciación del real, Argentina va a tener que duplicar la tasa de devaluación. Su consultora, Econviews estimó un retroceso en los precios internacionales en torno de 15 por ciento en promedio y en los volúmenes totales de cosecha, 5 por ciento promedio, lo que representaría una merma de las exportaciones agrícolas de casi 6000 millones de dólares anuales respecto a 2011.
La consultora LCG, de Martín Lousteau pronosticó que las exportaciones del complejo sojero caerán en 1000 millones de dólares en 2012 como consecuencia de que el precio de la soja se mantendrá cerca de los 430 dólares la tonelada. En uno de sus informes afirmaba que la Argentina tendrá una producción mayor con peores precios, lo opuesto de lo que sucedió.
Para la consultora Econométrica de Mario Brodersohn, las perspectivas de 2012 no eran alentadoras por la caída del precio de la soja, depreciación del real, estancamiento mundial y desequilibrios acumulados. El mismo diagnóstico que Ecolatina.
Javier González Fraga había aseverado que la actual fase de la crisis generaba un menor precio de la soja, y que eso tendrá un costo fiscal que impactará en el nivel de reservas.
Martín Redrado vaticinaba que la cotización de la soja perderá entre un 10 y un 15 por ciento.
En la ronda de reuniones para el análisis y debate del Presupuesto 2012, en la primera de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Alfonso Prat Gay sostenía que el precio de la soja entraba en una peligrosa curva descendiente al cuestionar el precio promedio de 484 dólares definido por el Gobierno.
Hubo una excepción. En el Congreso de AEDA, realizado en la Facultad de Ciencias Económicas, Miguel Bein descartó la posibilidad de que el precio de la soja descienda como consecuencia de una reducción en la tasa de crecimiento de China, y comentó en forma irónica que “en los modelos de crecimiento para el año que viene casi ningún economista tiene incorporado que el precio de la soja suba”.
La soja acumula un alza del 50 por ciento desde el 9 de diciembre de 2011, cuando tocó un mínimo de 406,7 dólares en la plaza de Chicago. Esa cotización precipitó la agudización de sombríos pronósticos sobre la economía, a lo que se le sumó la sequía que provocó un descenso en el rinde de la cosecha. La de soja llegará hasta los 40 millones de toneladas, 20 por ciento menos que el año pasado, según el Ministerio de Agricultura.
Los precios empezaron a subir porque la sequía en Estados Unidos, uno de los principales productores mundiales, está haciendo estragos y por la intervención de fondos especulativos que han exacerbado la tendencia al alza. El precio de las materias primas es volátil y desde hace algunos años está determinado también por un componente altamente especulativo.
La mejora de los precios internacionales incluye también al maíz y al girasol. Openagro, firma dedicada al negocio e inversión en el campo, afirma en un estudio que los principales cultivos tendrán en la presente cosecha márgenes superiores a los registrados en la anterior. Pese a que los rindes son inferiores por la sequía, el aumento de las cotizaciones más que lo compensó. Openagro estima que el margen bruto de la soja, antes de descontar el pago de impuestos, podría ser un 20 por ciento mayor en relación con la cosecha anterior.
Las cotizaciones de las materias primas son volátiles porque están influidas por varios factores, muchos de ellos imprevistos. Además, los commodities quedaron en la mira de fondos financieros especulativos. Es un riesgo hacer pronósticos sobre la evolución de esos precios. De acuerdo al resultado que surge de la investigación sobre las estimaciones de cuánto iba a valer la soja realizadas por los hombres de negocios dedicados a la información económica, es todavía más riesgoso creerlas.
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