ECONOMíA › LORENZINO DEFENDIó EL DESENDEUDAMIENTO Y MARCó LOS LíMITES DE ESA POLíTICA
El ministro de Economía dijo que el objetivo es bajar el peso de la deuda sobre el PIB, pero que es posible tomar créditos para obras. Fue en el congreso de AEDA.
› Por Javier Lewkowicz
“El punto con el endeudamiento es cuánto, a qué costo y para qué. No es la antinomia de ‘me endeudo o no me endeudo’. Desendeudarse es que el peso de la deuda baje”, señaló ayer el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. El Gobierno, por tercer día consecutivo, primero la Presidenta en su disertación junto al Nobel Joseph Stiglitz, y en dos oportunidades el titular de la cartera económica, advirtió que considera viable tomar deuda a tasas convenientes y para objetivos específicos. Lorenzino puso el ejemplo de las obras para reactivar el ferrocarril Belgrano Cargas, por las que se tomó deuda por 9500 millones de dólares con el Banco de Desarrollo y el Banco de Industria y Comercio de China.
Lorenzino ofreció una charla en el IV Congreso Anual de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), que tiene lugar hasta mañana en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Compartió la apertura del evento con el presidente de la entidad, Matías Kulfas, y sus vicepresidentes, Paula Español y Fernando Peirano. A pedido de Kulfas, el público que colmó el salón de actos de Económicas dedicó un largo minuto de aplausos en homenaje a Iván Heyn, uno de las fundadores de AEDA y ex subsecretario de Comercio Exterior, fallecido el 20 de diciembre de 2011.
“No voy a enfocarme en explicar la crisis internacional, porque los oradores de este congreso, que tienen mucha calidad, seguramente lo harán mejor que yo”, aclaró, de entrada, Lorenzino, que admitió que era una de las primeras veces que visitaba esa facultad. El ministro estudió abogacía en La Plata y tiene dos títulos de posgrado de la Universidad Torcuato Di Tella.
En línea con el enfoque heterodoxo, advirtió que el problema de fondo en Europa es una distribución regresiva del ingreso. “Hay una apropiación del ingreso por parte del sector rentístico en desmedro de las utilidades y los salarios en la economía real. Este sistema de acumulación financiera requiere para mantenerse un proceso de endeudamiento de los sectores productivos. Se puede llamar burbuja inmobiliaria en España o subprime en Estados Unidos. Las crisis estallan cuando el sistema financiero tiene dudas sobre la posibilidad de repago”, analizó el funcionario.
“Mientras la crisis se genera, los gobiernos miran para otro lado, y cuando estalla, dicen que el problema fue la mala regulación. Los Estados no estuvieron a la altura de las circunstancias y dejaron que el sector financiero acumulara en forma descontrolada. A través de las recetas que ahora proponen no se ataca la cuestión de fondo, que en definitiva es un problema de distribución del ingreso. Quieren ajustar y generar el espacio fiscal para pagar la deuda. La consecuencia es la recesión”, indicó.
“Si allá la idea es generar espacio fiscal a través de los ajustes, acá la intención es desendeudarse para ganar espacio fiscal para hacer política contracíclica contra la crisis”, distinguió Lorenzino. Enumeró como respuesta de política económica aplicada en 2009 la ley de movilidad jubilatoria, la Asignación Universal por Hijo, el Repro y el programa Argentina Trabaja. En esa línea ubicó, para enfrentar el recrudecimiento de la crisis global a partir de la debilidad europea, a la nacionalización de YPF, el lanzamiento del Pro.Cre.Ar., la incorporación de Venezuela al Mercosur y la alianza YPF y Pdvsa. No mencionó el cepo cambiario y el control sobre las importaciones, dos medidas importantes tomadas por el Gobierno para minimizar la salida de dólares.
Por otra parte, el ministro defendió la política de desendeudamiento. “Llegó para quedarse”, dijo, y recordó las cifras que muestran el cambio de paradigma. La deuda pública total en moneda extrajera en manos del sector privado, por ejemplo, pasó del 92 por ciento del PIB en 2002 a 8,4 por ciento del PIB luego del pago de la última cuota del Boden 2012. En relación con las reservas, la deuda pública en moneda extranjera en poder de privados pasó de representar el 815 por ciento al 88, y de 2250 dólares a menos de 1000 dólares por habitante en ese período, detalló el titular de Hacienda.
De manera similar al discurso de Cristina Fernández esta semana junto a Stiglitz, Lorenzino aclaró que considera que el desendeudamiento no implica no tomar deuda en el exterior, sino que baje el peso de la deuda en relación con el PIB. Indicó que el Gobierno no descarta endeudarse “para construir obras de infraestructura y con un costo que esté en línea con el objetivo del país”. “Frente a la pregunta de si la Argentina va a volver a endeudarse, respondió que Argentina se ha endeudado para construir el Belgrano Cargas con un banco de origen chino, el mismo origen que el proveedor de la obra”, dijo. El Proyecto de Rehabilitación del Ferrocarril Belgrano Cargas busca reconstruir 1500 kilómetros de vías que se extienden por varias provincias del centro y norte del país. El préstamo de las instituciones públicas chinas es por 9500 millones de dólares, por un plazo de 15 años y cinco de gracia. La tasa acordada es la Libor más 2,9 por ciento anual.
El funcionario retomó la presentación del día anterior de Stiglitz para recordar que la salida exitosa de una crisis se obtiene a través del crecimiento del PBI junto a la baja en la inequidad social. “El Nobel dijo que las variables son dos, esto no salió en ningún lado. Por eso quería retomar las ideas de Stiglitz que no me lo contaron los diarios hegemónicos. Los medios buscan instalar discusiones que no son las relevantes”, criticó, en relación con los artículos que resaltaron las frases del estadounidense sobre la necesidad de “tener una agencia de estadísticas que provea datos confiables”.
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