ECONOMíA › DICTAMEN A FAVOR DEL PRESUPUESTO EN EL SENADO. EL 31, AL RECINTO
Los economistas convocados por la oposición al debate del proyecto del Ejecutivo no mostraron grandes discrepancias con respecto a las previsiones macroeconómicas oficiales. Salvo Montamat, que insistió con “la crisis energética”.
› Por Sebastián Premici
El Frente para la Victoria (FpV) en la Cámara de Senadores consiguió un dictamen favorable sobre el proyecto del Presupuesto 2013, que será tratado en el recinto el próximo 31 de octubre para convertirlo en ley. En la reunión de comisión realizada ayer, la senadora radical Laura Montero invitó a una serie de expositores para expresar sus críticas a la iniciativa. Por paradójico que resulte, los cuestionamientos no fueron tan profundos. La economista de la consultora Orlando Ferreres, Milagro Gismondi, afirmó que sus proyecciones de crecimiento para el año próximo están en sintonía con el proyecto del Ejecutivo. A su vez, destacó que desde junio de este año la industria comenzó a repuntar. Por su parte, la directora de Cippec, Luciana Díaz Frers, destacó que el 65 por ciento del gasto esté destinado a cuestiones sociales, aunque criticó la poca capacidad del Congreso para controlar la ejecución de partidas. En tanto que el ex secretario de Energía de la Alianza Daniel Montamat especuló con un déficit energético de 10.000 millones de dólares, en caso de que el país crezca al 4,4 por ciento, como sostiene el proyecto del oficialismo. También participó el titular de la AGN, Leandro Despouy.
La semana pasada, la senadora Montero había pedido la participación de un conjunto de economistas convocados por la oposición. Luego de escucharlos, ningún legislador hizo preguntas. Una vez finalizadas las exposiciones, el titular de la Comisión de Presupuesto, Aníbal Fernández, pasó a la firma el proyecto y anunció que su tratamiento sería la semana que viene, tal como se había acordado en la reunión de Labor Parlamentaria.
“Actualmente no se habla de recesión y sí de una fuerte desaceleración de la economía, como en 2008-2009, con la diferencia que en aquellos años la inflación bajó dos puntos y ahora se mantiene estable o levemente en aumento, cualquiera sean los indicadores que se tomen”, sostuvo Gismondi. La economista se ajustó a las teorías monetaristas para describir que la inflación en el país se explica por la emisión.
Más allá de esta crítica, Gismondi reconoció que en los primeros seis meses del año la economía local se vio afectada por una baja de la actividad en Brasil, que pasó de una proyección de crecimiento de 3,5 por ciento de su PBI a 1,6 por ciento. Lo curioso de este análisis es que muchos legisladores de la oposición enfatizaron durante el debate parlamentario que las variaciones locales se debían exclusivamente a las políticas del Gobierno y no incluyeron en sus análisis el contexto internacional. Esta postura también contradijo los propios análisis de la oposición, que sostenían que todo el crecimiento argentino se debía al “viento de cola”.
“Ha habido cierto éxito en esta política de cuidar los dólares, ya sea con una restricción a las importaciones, al giro de dividendos de las empresas o la venta al público, aunque como contrapartida cayó un 25 por ciento la compra de equipos de capital importados. De todas maneras, esperamos un 2013 con un alza de la industria y el agro”, sostuvo Gismondi.
Por su parte, la directora de Cippec cuestionó la distribución del gasto por ubicación geográfica, al sostener que las provincias más grandes o más cercanas al oficialismo recibirán más recursos que las jurisdicciones más chicas. Pero si se analizan algunas planillas puntuales del proyecto, se destaca que la provincia de Santa Fe recibirá más fondos en obras públicas plurianuales que Catamarca, Jujuy, Río Negro y Misiones. Incluso la ciudad de Buenos Aires tiene presupuestadas más obras plurianuales que las jurisdicciones alineadas con el oficialismo. Díaz Frers cuestionó que los presupuestos del Ejecutivo suelen variar al momento de su ejecución. En este sentido, sostuvo que si bien el Gobierno prevé un incremento del gasto público del 16 por ciento, “estará más cerca del 24 por ciento”.
Montamat fue convocado para hablar de la “crisis energética” y su relación con el presupuesto. Por eso dijo que cualquier déficit en la balanza de energía impactaría en el crecimiento económico del país. “Si el año que viene crecemos al 4,4 por ciento, el déficit será de 10.000 millones de dólares. Si esto es más o menos así, no se levantarán las restricciones a las importaciones”, vaticinó el ex funcionario. El invitado no incorporó a su análisis el impacto de la recuperación de YPF, a lo que el Gobierno apuesta a un proceso de recuperación de su balanza energética.
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