ECONOMíA › AYER SE PRESENTARON CONSORCIOS DE EMPRESAS INTERNACIONALES CON SOCIOS LOCALES
Grupos privados ofertaron para construir las represas Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic, que requieren una inversión de 5000 millones de dólares. El financiamiento externo viene atado a la transferencia tecnológica.
› Por Javier Lewkowicz
El Gobierno recibió ofertas de cinco consorcios privados para la construcción de las represas Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic, que requieren una inversión de 5000 millones de dólares. Según el cronograma oficial, en marzo se conocerán las características de cada propuesta económica y en junio se adjudicará el contrato, para intentar que antes de fin de año comience la construcción, que demorará entre 4 y 5 años. Las represas, ubicadas sobre el río Santa Cruz, tendrán una potencia de 1740 megavatios y generarán 5000 gigavatios al año, el 5 por ciento de la energía anual del país. La prioridad para el Gobierno es conseguir financiamiento externo, que viene atado a la transferencia tecnológica. En este esquema, la industria nacional no ocuparía rol en el desarrollo del equipamiento sino que participará de la obra civil. La construcción de las represas tendrá fuerte impacto en el empleo provincial.
Tanto la presentación de las ofertas como la relevancia del proyecto en términos energéticos y de creación de empleo fueron resaltadas ayer por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso en Mar del Plata por el arribo de la Fragata Libertad. En tanto, el ministro de Planificación, Julio De Vido, por la mañana se había referido a CFK como “la única garantía de continuidad del proyecto”. Lo hizo en el acto de apertura de sobres de la licitación internacional para las represas, que tuvo lugar en el Ministerio de Economía. En realidad, no fueron sobres sino voluminosas cajas selladas con cinta las que tuvieron que abrir los funcionarios. Observaban ese despliegue, además de todo el gabinete de Planificación, el vicegobernador de Santa Cruz, Fernando Cotillo, en reemplazo del gobernador Daniel Peralta, enfrentado con la Casa Rosada, intendentes y legisladores provinciales. De Vido les exigió que estén a la altura de los acontecimientos para aprovechar el efecto positivo sobre la provincia.
También estuvieron presentes representantes de las 21 empresas que conforman los cinco consorcios que ofertaron. Hay dos grupos encabezados por China. Se trata de Gezhouba, que construyó la mayor parte de Tres Gargantas, la mayor hidroeléctrica del mundo, junto a las nacionales Electroingeniería e Hidrocuyo. Otro grupo lo encabeza Sinohydro, de la mano de Iecsa, Esuco, Chediack y Austral Construcciones, empresa de Lázaro Báez. Gezhouba y Sinohydro son firmas estatales chinas, que adquieren los equipos para la fabricación de las turbinas y del equipamiento electromecánico de otra empresa pública llamada Dongfang Electric Corporation. El financiamiento provendrá de instituciones crediticias asiáticas.
En otros dos consorcios está muy presente Brasil, aunque con roles diferentes. Por un lado, está la constructora Odebrecht, junto a la filial brasileña de la francesa Alstom (fabricante de turbinas), e Impsa, que tiene primer nivel en la materia pero difícilmente pueda participar en la provisión de equipamiento, porque el crédito vendría por el lado del BNDS, que suele exigir que el desarrollo industrial se realice en su país. Por otro lado, Constructora OAS, José Cartellone, Constructora Rovella Carranza, Comercial del Plata Constructora y Hyundai presentaron su oferta. La tecnología provendría de la firma coreana. Por último, el grupo español Isolux, Panedile, Eleprint, Helport e Hidroeléctrica Ameghino forman otro consorcio. En este caso, el financiamiento sería ruso porque la firma Power Machines, de ese país, aportará las turbinas y el desarrollo tecnológico.
El esquema es similar en todos los casos: el país de origen del financiamiento también vende la tecnología. No es casualidad, sino que forma parte de una estrategia de desarrollo por parte de esos Estados. Los pliegos exigen un mínimo del 30 por ciento de participación local pero no especifican sobre qué tareas, de modo que en este contexto lo más probable es que las firmas argentinas actúen en la parte de la obra civil, importante en la creación de empleo pero no desde el punto de vista del desarrollo industrial.
La industria nacional, según especialistas, tiene capacidades acumuladas en segmentos de la metalmecánica y la ingeniería necesarias para la construcción de las represas, aunque no disponen de espalda financiera como sus competidoras.
De los 5000 millones de dólares necesarios, el 60 por ciento se destina a equipamiento para las represas, mientras que el 40 por ciento restante, a la obra civil. El proyecto se adjudicará al consorcio que ofrezca el menor valor presente neto, que se define por el monto a financiar, los plazos, tasas y períodos de gracia, explicaron a este diario desde Planificación.
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