El gobierno de San Luis informó ayer que en diciembre la inflación provincial fue de 1,2 por ciento y en 2012 acumuló 23 por ciento. La cifra más que duplica el 10,8 por ciento que estimó el Indec para el año pasado, se ubica 2,6 puntos por debajo de la inflación de 25,6 por ciento que difundió la oposición en base a los relevamientos de las consultoras y está seis puntos por encima de la suba de precios registrada en Santa Fe, donde hasta noviembre el índice provincial acumuló 16,2 y se espera que con diciembre quede en torno del 17 por ciento. Estos datos evidencian una fuerte dispersión según la metodología utilizada en el relevamiento y la zona donde se realice, lo que dificulta tomar un número como referencia.

En San Luis, el rubro alimentos y bebidas, que tiene la mayor ponderación dentro del índice con un 33 por ciento, subió 0,6 por ciento en diciembre y 24,1 por ciento en el año, mientras que el Indec arrojó para el mismo mes un aumento de 0,2 por ciento en ese rubro y cerca del 14 por ciento para todo 2012. En Santa Fe, por su parte, alimentos y bebidas aumentó 16,6 por ciento hasta noviembre, lo que permite suponer que cerró el año por encima del 17 por ciento, más cerca de los datos del Indec que de San Luis. En el caso de la medición que realizan las consultoras, no se sabe cuánto aumentaron los alimentos pues los partidos de la oposición sólo difunden el índice general.

También hay diferencias en cuanto a la cantidad de bienes y servicios monitoreados. El Indec relevaba 818 variedades hasta que en 2008 se redujo la cifra a 440, aunque en el organismo afirman que esa cantidad alcanza para dar cuenta de los gastos del 70 por ciento de la población, dejando de lado la medición de algunos bienes que consumían fundamentalmente los sectores de mayor poder adquisitivo. La Dirección Provincial de Estadísticas y Censos de San Luis releva una canasta de 301 bienes y servicios y en Santa Fe se sigue la variación de precios de una canasta de más de 400 productos.

En el caso de las consultoras, no hay información precisa sobre los relevamientos que realizan. No obstante, a comienzos de 2011 algunas suministraron esa información a la Secretaría de Comercio Interior. Por ejemplo, Ecolatina relevaba 80 bienes y servicios y Orlando Ferreres 70, de los cuales sólo 12 eran alimentos. Además, a diferencia del Indec, la cantidad de negocios relevados era escasa y se concentraban en Capital Federal.

Los cuestionamientos que recibe la medición oficial del Indec, la falta de rigurosidad de los relevamientos de las consultoras privadas y el radio acotado en el que operan las oficinas de estadística provincial llevan a que en los últimos años convivan varios índices con una fuerte dispersión de precios entre sí, lo que dificulta la posibilidad de tener un número que sirva como referencia incuestionable para las negociaciones salariales.