Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea aprobaron ayer la puesta en marcha de la tasa a las transacciones financieras, conocida como tasa Tobin, en once países europeos. Austria, Alemania, Bélgica, España, Estonia, Eslovenia, Eslovaquia, Francia, Grecia, Italia y Portugal son los países que dieron un paso en la creación del gravamen. Para aprobar la iniciativa, esas once naciones lograron la mayoría cualificada para iniciar el proceso de cooperación reforzada, lo que les permite avanzar sin la unanimidad de los 27 miembros de la Unión. La apuesta es que los bancos y entidades financieras asuman su responsabilidad en la actual crisis económica.

“El acuerdo de hoy es un hito para la fiscalidad europea”, afirmó el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, sobre esa decisión. La tasa a las transacciones financieras es llamada usualmente tasa Tobin debido al nombre del economista estadounidense James Tobin, que la propuso en 1971. Según la legislación de la Unión Europea, el proceso de cooperación reforzada se puede lanzar cuando hay un mínimo de nueve países que quieren profundizar la cooperación, siempre que el resto de la UE, por mayoría, esté de acuerdo. En este caso eran once los países que lanzaron el proceso y, a pesar de alguna reticencia, ningún otro miembro de la UE se opuso. “La decisión es también un hito porque por primera vez el impuesto sobre las transacciones financieras se aplicará en un bloque de países que representa a dos tercios de la Unión, y que responde además a un llamamiento de los ciudadanos”, afirmó Semeta.

El monto del gravamen lo decidirá cada país, pero se calcula que siendo del 0,1 por ciento a las compraventas de acciones y bonos y de 0,01 por ciento a las transacciones de derivados, se podría tener el potencial de recaudar en torno de 37 mil millones de euros anuales si lo aplican sólo los once países que lo aprobaron, según algunos estudios. Si los gravámenes fueran aplicados por toda la UE, el ingreso alcanzaría los 55 mil millones de euros al año. Por fuera de la implementación quedó el Reino Unido, una de las principales plazas financieras europeas, aparte de Luxemburgo y Polonia que también son reacias y se mostraron críticas. Estos países temen que la tasa los perjudique, pero de todas formas no obstaculizaron el avance de los once países en la implementación del gravamen. Por su parte, Suecia, Dinamarca, Rumania y Hungría pidieron que el proceso se mantenga abierto, ya que podrían sumarse más tarde. Los planes son que la tasa se aplique desde el año que viene.