Mié 23.01.2013

ECONOMíA  › ATAQUE A BONOS DE DEUDA EN NUEVA YORK, ESPECULACIóN CON DIVISAS ACá

Especulación a dos manos

El dólar marginal se mantiene en torno de los 7,40/7,50 pesos. Los bonos de deuda argentina se “plancharon” a un precio inusualmente bajo en Nueva York. Los hilos de la especulación que vinculan y explican dos hechos divorciados de la economía real.

› Por Raúl Dellatorre

El precio que se pide en Argentina por el dólar en el mercado paralelo, o dólar blue, no es ajeno a lo que sucede en Nueva York con los bonos de deuda del país, según explican los expertos en instrumentos financieros. Los títulos argentinos mantienen su cotización “planchada” desde hace un par de semanas en ese mercado, a un valor llamativamente bajo. Algunos especialistas vienen advirtiendo sobre la acción de capitales especulativos en la plaza neoyorquina que alimentan la hipótesis de un fracaso del país frente a la demanda de los fondos buitres con un fallo desfavorable en las Cortes de ese Estado. El clima generado es el que habría tornado tan poco atractivos los bonos argentinos, pese al elevadísimo rendimiento en dólares que actualmente ofrecen por su bajo precio. La vinculación de esa situación con el mercado del dólar blue en Argentina es indirecta: como esos mismos bonos son utilizados para la salida de dinero del país mediante la operación conocida como “contado con liqui”, la desvalorización de éstos aumenta el costo de la operación, encareciendo en consecuencia el precio de la vía sustitutiva para fugar capitales: el dólar blue.

Desde hace algunas semanas, a partir de diciembre, los bonos argentinos se han ido desplazando hacia una cotización muy inferior a su valor de emisión en Nueva York. El denominado RO 15 (Boden 2015) se ubica en torno de los 83 dólares por cada certificado de valor nominal de 100 dólares: es decir, 17 por ciento por debajo de su precio de emisión. Los Bonar 2017 cotizan apenas por encima de los 88 dólares. La tasa de retorno (el rendimiento) de uno y otro es superior al 14 por ciento anual en dólares. Y, sin embargo, no encuentran compradores. ¿Por qué son tan “castigados” estos bonos con vencimiento tan “corto”, en dos años uno y en cuatro el otro, al punto de que sean tan escasos los que asuman “el riesgo” de comprarlo para aprovechar una renta tan atractiva?

Uno de los más respetados especialistas locales en la materia, que pidió reserva de su nombre, señaló a Página/12 que “los bonos argentinos están congelados en Nueva York, no se ofrecen ni se piden, como si todos estuvieran a la espera de que suceda algo; y ese suceso es la resolución de la Corte respecto del fallo del juez Thomas Griesa”. Vale recordar que el fallo de primera instancia del magistrado, a favor de los fondos buitre, no sólo condenaba al país a pagar el ciento por ciento de la demanda sino que trababa el pago a los bonistas que aceptaron el canje, con lo cual colocaba a la Argentina en situación de default técnico.

Desde el plano económico, no hay razones que justifiquen un castigo tan grande contra los bonos argentinos. No hay acumulación de vencimientos que pueda suponer dificultad de pago, no hay problemas de reservas internacionales, en materia de comercio exterior el horizonte marca que habrá un ingreso de dólares importante por exportaciones en los próximos meses, no hay de-sequilibrio en las cuentas públicas. Pero hay razones especulativas que pesan por sobre la economía real. En un mercado tan chico como el de los bonos argentinos en Nueva York, los fondos especulativos mandan y ordenan. Y el mensaje de estos capitales es que Argentina afronta una situación de “máximo riesgo” frente a la resolución futura de la Corte de Nueva York.

¿Y por casa...?

¿Cómo se vincula el mercado de bonos argentinos de NY con el mercado del blue en Argentina? Los que fugan dinero del país por medio del “contado con liqui” lo hacen comprando en pesos los bonos de deuda soberana más negociados en el mercado local (Boden 2015, Bonar 2017), los transfieren al exterior y los venden en dólares, por ejemplo en NY. La normativa del Banco Central les impone que un título comprado localmente no puede ser transferido antes de las 72 horas. En un mercado estable o en suba, eso no implica ningún riesgo para quien va a usar este mecanismo, pero en situación de incertidumbre o con un mercado en baja, el riesgo es alto: el precio de venta puede resultar muy inferior al de compra tres días antes. O, como sucede ahora, ni siquiera es seguro que a los tres días consiga comprador en el exterior. Esa situación impulsa, a quien busque fugar dinero del país, a caer en el mercado blue y pagar lo que le pidan para la conversión de sus pesos en dólares. En un mercado tan chico, esa demanda adicional tiene un peso importante.

Pero hay una operación inversa, que es la de los fondos especulativos o capitales “golondrina” que ingresan dólares al país sin declararlos. Estos recursos son los que alimentan el mercado paralelo. Estos capitales, ante un encarecimiento de la operación de fugar dinero por el “contado con liqui”, van a aumentar el precio que cobran por los dólares que ofrecen en el blue.

Mediante estos dos mecanismos, vía demanda y oferta, se transmite la presión en los mercados externos de títulos al mercado local marginal de divisas. La doble especulación, interna y externa, explicaría así un sobreprecio del dólar marginal que las condiciones de la economía real no justifican.

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