ECONOMíA › LA CEPAL PRESENTó UN LIBRO SOBRE EL CASO ARGENTINO
› Por Javier Lewkowicz
En el debate económico que propone la agenda mediática, apuntalada por los economistas del establishment, rara vez se explicita que para sostener el crecimiento con distribución progresiva del ingreso es necesario profundizar la reindustrialización del país. Y esa decisión va en contra de la tendencia que imponen las fuerzas del mercado, que llevarían al país a producir solamente productos primarios. Un enfoque distinto del usual plantea la Cepal en La industria argentina frente a los nuevos desafíos y oportunidades del siglo XXI, donde analiza avances logrados y desafíos que persisten en la industria nacional. Para eso estudió al sector de bienes de capital, maquinaria agrícola, farmacéutica, automotor, software, insumos de uso difundido, lácteos, carne, cuero y calzado y textil.
La presentación del libro fue encabezada por Mario Cimoli, director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Cepal; Fernando Porta (Universidad de Quilmes) y Gabriel Yoguel (Universidad de General Sarmiento). Además, participaron Horacio Cepeda, secretario de Planeamiento Estratégico, y Horacio Roura, secretario Pyme, ambos del Ministerio de Industria. “La globalización invita a la externalización de sectores industriales relevantes para el país. Eso China no lo acepta, pero el Estado tiene la propiedad de las empresas. La Argentina no tiene esa facilidad, pero tampoco quiere acoplarse a lo que dicta el mercado, por más que ese camino sea a veces complicado”, indicó Cepeda, quien resaltó los avances en el Plan Industrial 2020.
Para Cimoli, persisten problemas estructurales en la industria nacional. Los relacionó a la mayor competitividad de exportaciones sólo en las materias primas, que reproduce la lógica de la especialización en ventajas comparativas estáticas, y el hecho de que el incremento de la demanda derive en una suba en las importaciones, que erosiona el resultado comercial. En el plano industrial, advirtió, el déficit comercial se concentra en las ramas con mayor sofisticación tecnológica, como maquinarias y partes y piezas, los bienes de consumo de mayor valor agregado, como calzado, prendas y medicamentos, y los sectores de baja integración local, como autopartes y autos. Propuso no sólo sostener una demanda pujante, sino desplegar políticas industriales sobre la oferta.
Uno de los trabajos presentados fue el del economista Gabriel Yoguel, sobre el sector automotor. “Luego de software, el complejo automotor fue el más dinámico en términos de empleo”, señaló. Los puestos de trabajo registrados en el sector, entre 2003 y 2010, se duplicaron, en conjunto con la producción y la productividad. “Esa combinación virtuosa no se registraba desde los años ’60”, agregó.
Yoguel advirtió, sin embargo, que el peso de las importaciones sobre la producción es del 37 por ciento, superior al promedio industrial general del 13 por ciento. Aseguró que la capacidad tecnológica y de eficiencia en los procesos por parte de los autopartistas locales es superior al del resto de la industria, de modo que no sería ése el factor fundamental que explica la relativa desintegración que muestra el sector, que se refleja en el enorme déficit comercial. “El proveedor argentino es a veces más competitivo en términos de costo, pero el criterio de las terminales no es siempre económico. Juega también la lógica de las decisiones que se toman en las casas matrices”, agregó Cepeda.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux