ECONOMíA › PANADEROS Y MOLINEROS PROMETEN QUE HABRá PAN A 10 PESOS EL KILO
Pese a las dificultades para obtener el trigo para el mercado interno, la industria molinera les aseguró a los panaderos que proveerá la harina a los precios acordados para que pueda ofrecerse un tipo de pan a diez pesos en los mostradores.
› Por Javier Lewkowicz
Las panaderías y los molinos acordaron, con el visto bueno de la Secretaría de Comercio Interior, ofrecer desde la semana que viene el pan Felipe a 10 pesos el kilo, bastante por debajo del valor que mostró últimamente. La intención es cortar la tendencia alcista en el precio del pan motivado por la suba de la harina, en un mercado con escasa oferta a partir de una cosecha de trigo más baja sumada a problemas de calidad y de retención por parte de los productores. No es el primer acuerdo en el precio del pan. Los anteriores, así como también los convenios de precios en otros productos, presentaron problemas de oferta.
La cosecha de trigo en la campaña pasada fue de 9 millones de toneladas, por debajo de valores de años anteriores. Ese resultado se explica por factores climáticos y por una rentabilidad relativa menor frente a otros cultivos. La cebada, en especial, ofrece buenas perspectivas por el alza de la demanda de China, cuyo consumo de cerveza viene creciendo, lo que motivó la atención de productores agropecuarios. Del total del trigo cosechado, seis millones de toneladas destinó el Gobierno al mercado interno y tres millones a la exportación. Sin embargo, una buena parte de la cosecha del cereal para el consumo interno no llegó todavía al mercado.
Eso generó un problema en la oferta: los molinos no consiguen las 420 mil toneladas mensuales que necesitan de trigo para abastecer a la industria y las panaderías. El precio, en este contexto, subió hasta casi 500 dólares la tonelada al tipo de cambio oficial, cuando en Chicago se paga 250 dólares. En consecuencia, el precio de la bolsa de 50 kilos de harina que la molinería vende a las panaderías pasó de 150 pesos en marzo hasta 250 pesos en algunos casos. Y el impacto en el precio del pan, mitigado en algunos casos por el grado de convalidación de la demanda, se hizo sentir en el costo de vida para los trabajadores.
Ayer los panaderos difundieron un comunicado que explica que ofrecerán, a partir de un acuerdo de venta al costo por parte de la molinería, un tipo de pan Felipe, algo más grande y con un poco más de miga, hasta seis piezas, a 10 pesos el kilo en todas las panaderías del país. “Los industriales panaderos y los molineros proveerán de harina al costo para que las panaderías tengan este tipo de pan”, indicó en un comunicado José Alvarez, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Buenos Aires.
Este diario consultó a Alvarez acerca de en qué medida el consumidor va a poder encontrar efectivamente el pan a 10 pesos en las panaderías, en función de experiencias anteriores de acuerdos que no terminan teniendo suficiente fuerza. Alvarez aseguró que va a haber oferta, porque el acuerdo fue consensuado entre los sectores. “La panadería y la molinería se beneficiaron mucho en estos años a partir del crecimiento del mercado interno. La semana que viene comenzará a verse el acuerdo”, agregó. Los panaderos contarán con el apoyo de la Secretaría de Comercio Interior. Las cerealeras también seguirán aportando lo suyo. Según estimaciones de las empresas, el sobrante de las exportaciones llega a 370 mil toneladas, de las cuales una parte todavía resta vender a los molinos.
El diagnóstico sobre el aumento en el stock de trigo en manos de los productores es compartido por varios representantes del sector. Sin embargo, las causas que motivan ese comportamiento difieren. “Un factor central es que el 80 por ciento del trigo en el país lo produce el 20 por ciento de los productores, que son los grandes grupos concentrados. El otro 20 por ciento del trigo es de los pequeños productores, que en esta situación no tienen nada que ver”, explicó a este diario José Alvarez, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Buenos Aires. “El motivo no es económico sino político”, agregó.
Los exportadores plantean que cuando el precio sube hay un efecto contagio de esperar para ver si continuará la tendencia alcista. Vinculan la noción del trigo como reserva de valor ante la inflación y la brecha cambiaria con el “blue”. En cambio, los productores advierten que el precio está tan alto que ya nadie puede especular con que siga subiendo. Lo que estaría sucediendo es un problema en la calidad del trigo, a raíz de un hongo llamado Fusarium, que ataca a la semilla.
Las estimaciones marcan que el área sembrada de trigo crecerá un 8 por ciento en la próxima campaña. La devolución de retenciones por parte del gobierno nacional anunciada a comienzos de mayo tendrá un efecto reducido entre los productores, debido a que el mecanismo exige el blanqueo de las ventas con el consiguiente impacto fiscal negativo para aquellos que hoy operan en forma irregular.
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