La presidenta Cristina Fernández de Kirchner defendió ayer la política de subsidios a la energía y al transporte y anticipó que mantendrá esa estrategia de precios. Fue en la inauguración de una estación de desgasificado al vacío en la fábrica de Siderar en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. El acto motivó el reencuentro público de CFK con Paolo Rocca, titular del Grupo Techint, controlante de Siderar, luego de más de un año y medio durante el cual hasta se intercambiaron tensas cartas sobre la marcha de la economía. La inversión fue de 63 millones de dólares y permitirá fabricar chapa de acero de mejor calidad para autos, línea blanca, motores y envases de la industria alimentaria y sustituirá importaciones por 60 millones de dólares anuales.

Por su enorme peso como proveedor de insumos difundidos a todo el entramado metalúrgico, la industria automotriz y de alimentos, entre otras, y su rol como exportador y fabricante en otros países, existe una relación permanente entre Techint y el Gobierno. Sin embargo, varios hechos puntuales tensionaron el vínculo. En ese sentido, un importante antecedente se dio en 2011, cuando la Anses buscó hacer efectivos sus derechos como accionista y procuró que el actual viceministro de Economía, Axel Kicillof, ingresara al directorio. El conflicto se extendió varios meses hasta que, a través de arduas negociaciones, pudo concretarse la llegada de Kicillof, quien estaba ayer en el escenario. También acompañaron a CFK el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli; el vicepresidente, Amado Boudou, y la ministra de Industria, Débora Giorgi.

Una disputa en vigencia es la construcción del Gasoducto del Nordeste, en cuya licitación el Gobierno, a fines del año pasado, atribuyó a Techint el uso de posición dominante en el mercado. En marzo, la jueza Rodríguez Vidal emitió una cautelar que permitió a Techint presentarse para la obra civil y la provisión de cañerías. El proyecto todavía no se adjudicó.

Rocca explicó ayer que la nueva planta desgasificadora permitirá producir un acero de más calidad. Lo utilizarán la industria automotriz, porque necesita aceros de muy bajo carbono y mucha limpieza; la línea blanca, por los aceros aptos para galvanizados e inmersión en caliente; la producción de motores eléctricos y la industria alimentaria, que requiere aceros limpios para los envases. “Aceros que hoy se importan podrán ser producidos localmente”, señaló el empresario y detalló que se sustituirán importaciones por 60 millones de dólares anuales.

El titular de Techint advirtió que la nueva planta forma parte de un plan de inversión más amplio de 570 millones de dólares hasta fines de este año, que termina con el montaje de la segunda colada continua, cuyo objetivo es incrementar la producción de chapa. En el cierre del acto, CFK retomó el compromiso tomado por Techint. “No me voy de vacaciones, pero la colada continua que me han prometido la vamos a tener para enero”, arengó. Por su parte, Rocca destacó el avance de Techint en los últimos veinte años y dijo que la firma “seguirá contribuyendo al progreso del país”.

En su discurso de cierre, la Presidenta destacó la política oficial de subsidios para mejorar la competitividad. “Este gobierno ha subsidiado y va a seguir subsidiando energía y transporte, como no lo hace nadie en la región. Todo esto ha contribuido a la competitividad de los argentinos”, dijo. Con una impronta industrialista, advirtió que “se viene una nueva división internacional del trabajo y nos quieren asignar la reprimarización de nuestras exportaciones. Esto debemos impedirlo con políticas públicas destinadas a invertir en tecnología”. Además dio mucha relevancia al rol de la ciencia y al sistema educativo en la mejora de la competitividad.