ECONOMíA › EL GOBIERNO NEGOCIA LA APROBACION DEL NUEVO INDICE DE INFLACION POR PARTE DEL FONDO
Las conversaciones que viene llevando adelante el ministro de Economía con el organismo de crédito incluyen la cuestión de la deuda y la posibilidad de generar divisas para el país, aceitando créditos del Banco Mundial e inversiones para energía e infraestructura.
› Por David Cufré
La implementación del nuevo índice de precios al consumidor a nivel nacional abrió un canal de diálogo con el FMI, que de a poco y con cautela se va ampliando a otros asuntos. El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, está al frente de las conversaciones. El primer objetivo del Gobierno es levantar la amenaza de una sanción al país por la medición de la inflación que hace el Indec. Esa tarea ya está encaminada –con el IPC nacional– y se espera una señal favorable en la asamblea del Fondo y el Banco Mundial que tendrá lugar desde el próximo jueves en Washington. El ministro estará al frente de la delegación. Pero a partir de ahí, Lorenzino y el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, vienen explorando caminos de negociación para aceitar relaciones y destrabar créditos internacionales vía Banco Mundial, y también la llegada de inversión extranjera directa del sector privado, en especial para proyectos de energía e infraestructura.
La intención es abrir canales para el ingreso de divisas, en un contexto de caída de reservas del Banco Central e importaciones de energía crecientes. Desde los distintos despachos del equipo económico afirman que nada es urgente y que las restricciones del sector externo no presentan el dramatismo que plantean economistas del mercado. Por tanto, afirman, hay tiempo para avanzar en el diálogo con el FMI con la delicadeza que amerita retomar relaciones con el organismo. Las fuentes oficiales también señalan que la conducción actual del Fondo y el contexto político internacional son distintos a los que existían en la etapa de relaciones carnales con Washington y, también, en los primeros años de la década pasada, antes del pago total de la deuda que hizo el gobierno de Néstor Kirchner. La crisis de 2008 en Estados Unidos y luego en Europa cambió un poco el manejo político del FMI, dicen, luego del desprestigio que acumuló por no haber previsto el estallido económico más grande en 80 años.
En las conversaciones que viene manteniendo Lorenzino con directivos del Fondo, escuchó la sugerencia de que el Gobierno vuelva a aceptar las auditorías anuales del organismo. Se trata de las evaluaciones económicas generales que hace el FMI a los países miembro, según lo previsto en el artículo IV de su estatuto. La Argentina rechaza esas auditorías desde 2006, tras el pago de la deuda. Esa posición, que le permitió al Gobierno ganar autonomía en la toma de decisiones económicas, tuvo como contracara obstaculizar el acceso a financiamiento internacional, tanto para el Estado como para el sector privado. En tiempos de vacas flacas en materia de divisas, desde el Fondo están planteando dar vuelta la página y volver a una “relación madura” con la Argentina.
En el Gobierno muestran disposición a analizar la cuestión, sin que eso implique ninguna aceptación inmediata. Mencionan un antecedente positivo de este año, cuando pasó por el país una misión del FMI y apenas si fue reflejado por la prensa. Es decir, no se produjo el “show” que en otros tiempos montaban los técnicos del Fondo. La misión estuvo centrada en una evaluación del sistema financiero, según lo acordado en las cumbres del G-20. La Argentina aceptó la visita y sus resultados quedaron plasmados en un informe del organismo. Si en algún momento del próximo año se llegaran a retomar las auditorías del artículo IV, el esquema debería ser similar a ese precedente, indican desde despachos oficiales. De todos modos, ninguna fuente arriesga que ello vaya a ocurrir, dado el simbolismo político de volver a recibir al Fondo. Pero también admiten que existen charlas reservadas al respecto.
En ese marco, Lorenzino volvió a pedir en el FMI que haya un apoyo a la posición argentina en la Justicia de Estados Unidos por la disputa con los fondos buitre. El Fondo estuvo a punto de hacer una presentación en ese sentido hace dos meses, pero lo trabó el gobierno de Estados Unidos, que tiene poder de veto dentro del organismo. Esa barrera no es fácil de pasar, pero en medio de conversaciones donde se están poniendo las cartas sobre la mesa, el ministro de Economía insistió con el pedido.
El interés del equipo económico es atraer divisas para inversiones en energía e infraestructura. Un canal posible es ampliar el financiamiento del Banco Mundial. Otro es convocar a empresas para que inviertan en el país. Allí vuelve a hacerse presente la deuda todavía impaga con el Club de París, que también tocó Lorenzino en Washington. En cambio, por ahora no se habla de la colocación de deuda del Estado en los mercados internacionales. Los senderos que se están transitando van para otro lado.
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