ECONOMíA
› FIRMAS GALAS ENTRE EL FASTIDIO Y LA RESIGNACION
Con la mano tendida, pero vacía
› Por David Cufré
La recepción en la embajada de Francia en agasajo del ministro de Finanzas de ese país, Francis Mer, fue la oportunidad de hacer catarsis para un grupo de empresarios de ese origen con inversiones en compañías de servicios públicos. Directivos de Telecom, Electricité de France (controlante de Edenor) o Aguas Argentinas aprovecharon el evento para despotricar contra el estilo K. Uno de ellos lo describió así ante Página/12: “Kirchner para negociar primero te pega una piña y te deja sangrando en el suelo. Después te da la mano, te sirve un vaso de agua y se sienta a discutir”. La figura busca demostrar que el Presidente negocia “desde una posición de fuerza”, que fastidia a varios ejecutivos.
Sin embargo, algunos interpretan que después del encuentro con George W. Bush empezarán a surgir señales más amigables. Las compañías del sector eléctrico están gestionando para mediados de la próxima semana una reunión con el ministro de Planificación, Julio De Vido. Hace semanas que buscan esa audiencia, y ahora se concretaría. La lectura en una de las empresas del sector es que el Gobierno pasó de rechazar un encuentro entre Kirchner con empresarios franceses, a que el Presidente dedicara 45 minutos al encuentro de ayer con Mer y a abrir puertas que antes permanecían cerradas.
La versión del Gobierno difiere bastante. Los términos de las negociaciones –explicaron– son los mismos que se conocen desde un comienzo. Se creó una comisión renegociadora de los contratos que se tomará hasta diciembre de 2004 para completar su tarea y mientras tanto no habrá incrementos “a cuenta”. Kirchner repitió ante Mer lo que había dicho el día anterior frente a empresarios en Nueva York: que las compañías que embolsaron fuertes ganancias durante los ‘90 ahora tendrán que esperar. Mer señaló en un momento que “los mercados tienen corazón y sensibilidad”. “Usted se tiene que ocupar de los mercados y yo del corazón y la sensibilidad de mi pueblo”, fue la respuesta de Kirchner, según mencionó uno de sus colaboradores.
Mer llegó al país con un amplio conocimiento de la situación de las compañías de servicios públicos, lo que no privó que los empresarios le describieran su visión de las cosas. “Las empresas estamos pidiendo un sendero de reglas de juego claras y que se cumplan. Si nos dicen que el problema de las tarifas se arregla gradualmente a lo largo de tres años podemos esperar, pero si no sabemos qué va a pasar no podemos tampoco renegociar nuestras deudas”, se quejó el directivo de una de las compañías, quien se animó a pronosticar que “finalmente, el Gobierno dará aumentos a cuenta”.