ECONOMíA
› EL CER A TODOS LOS CREDITOS
Sólo habrá préstamos ajustados
El Banco Central dio otro paso en su intención de recrear el crédito de mediano y largo plazo. Anoche difundió una comunicación avalando la indexación de los nuevos créditos bancarios. La medida, adelantada por Página/12, autoriza a aplicar el CER a los nuevos préstamos, tanto los destinados a empresas como a individuos. Es decir, los mismos se ajustarán en función de la inflación. La aspiración de Alfonso Prat Gay, titular del BCRA, es que esta iniciativa abra las puertas a una decisiva baja de las tasas de interés ya que, se espera, brindará certezas a los banqueros de que el capital prestado no perderá valor con el transcurrir del tiempo. Lo que no aparece suficientemente evaluada es la certeza que este mecanismo les brinda a los tomadores de crédito, en particular a aquellos de ingresos fijos (asalariados, por caso).
Para impedir que el crédito se torne impagable, el Central impuso algunas condiciones, al menos para los préstamos a personas físicas (de cualquier tipo) y préstamos comerciales menores de 250 mil pesos: el deudor tendrá la posibilidad de extender el plazo de devolución en caso de que el valor de la cuota aumente más de 1 por ciento de un mes a otro. En los préstamos de hasta cinco años, esa extensión podría alcanzar al 25 por ciento. Es decir: en un crédito a cuatro años, el deudor podrá tener uno más para cumplir con los pagos. La prórroga podría llegar al 50 por ciento en las líneas de más de cinco años. El plazo mínimo es de un año y deberán ser nominados en pesos.
La tasa de interés será pactada libremente entre el banco y el deudor, tal como ocurre ahora, pero queda establecido que se calculará sobre el capital ajustado. El objetivo proclamado por Prat Gay radica en que las entidades financieras disminuyan sensiblemente los costos de los préstamos. De esa forma, razonan en el Central, el público y las empresas serán más propensos a endeudarse. “Este es un instrumento que modera las incertidumbres que enfrentan el prestamista y los potenciales deudores”, señaló el comunicado oficial.
Desde el punto de vista de la entidad financiera puede ser un argumento válido: el ajuste por inflación pone bajo resguardo el capital prestado. La incógnita aparece del lado del tomador del crédito. ¿Qué sucederá si el costo de vida aumenta más que su salario? En su resolución, la autoridad monetaria le dedica un par de líneas al asunto, advirtiendo a los bancos sobre los riesgos que lleva implícita la iniciativa. “Al momento de las financiaciones a personas físicas se deberá tener especial atención a la relación cuota/ingreso, de manera de que el deudor pueda afrontar posibles incrementos en el importe de las cuotas sin afectar su capacidad de pago, teniendo en cuenta que sus ingresos pueden no seguir la evolución del CER.”
La chance de prorrogar las cuotas debe constar en el legajo abierto por el banco en el momento de otorgar el crédito. O sea, el deudor tiene que ejercer la opción en el mismo momento en que le dan los fondos.
Si bien la indexación quedó prohibida desde la época de la convertibilidad, y fue ratificada por la ley de emergencia económica, el Central retoma el decreto 905 para lanzar la medida. Esa norma pesificó la economía a comienzos de 2002 y avaló la aplicación del CER para determinados instrumentos. Fue lo que ocurrió con algunos depósitos. La indexación de los préstamos de mediano y largo plazo copia el modelo que se aplica en Chile, donde este tipo de líneas se siguen indexando por el denominado UF (Unidad de Fomento), un índice similar al CER.
Hasta ahora, Prat Gay había tomado diversas medidas para acelerar la reactivación del crédito bancario. En las últimas semanas profundizó la ofensiva para disminuir las tasas de interés –que llegaron al mínimo en un lustro– y flexibilizó algunas regulaciones. Por ejemplo, disminuyó los encajes (fondos que deben inmovilizar los bancos en relación a sus depósitos), lo que liberó 1000 millones de pesos al mercado. Pero en vez de prestar esos fondos al sector privado, los bancos prefirieron destinarlos a los bonos que emite el propio Central (Lebac). En el Central creen que la indexación de los nuevos créditos reavivará el mercado crediticio. En algunos despachos oficiales trabajan, incluso, para extender el mecanismo a los demás contratos de largo plazo, como los salarios, los alquileres y las tarifas. Esos funcionarios argumentan que ésa es la manera de darles certidumbre a todos los sectores de la economía, evitando los descalces. El riesgo de esta movida, argumentan algunos especialistas, es que le pone un piso a la inflación, realimentándola.
Junto a esta medida, el Banco Central fijó un régimen transitorio de capitales mínimos para las entidades financieras. Esta medida, que regula el capital propio que deben poseer los bancos en función de sus activos de riesgo, tiende a direccionar el crédito hacia el sector productivo.