ECONOMíA › ALTERNATIVAS QUE MANEJAN LAS AUTORIDADES ECONOMICAS PARA ALIVIAR LAS PRESIONES SOBRE LAS RESERVAS
La pérdida de reservas en el año ya se acerca a los diez mil millones de dólares. El Gobierno descarta la devaluación y el ajuste como respuesta y analiza una batería de medidas para revertir la caída. Cuáles son y cómo se ejecutan.
› Por Tomás Lukin
Hasta el mes de octubre, las reservas del Banco Central disminuyeron en 9844 millones de dólares desde inicios de año. La política de desendeudamiento, y la menor oferta y mayor demanda en el frente externo llevaron los activos del BCRA de 43.290 millones a comienzos del año hasta 33.446 millones a fines del mes pasado, una reducción del 22,7 por ciento. Descartadas por recesivas e inefectivas las tradicionales recetas ortodoxas (devaluación y ajuste), el Gobierno puso en marcha diferentes mecanismos para hacer frente a las presiones internas y las tensiones externas en materia cambiaria y estimular el ingreso de divisas. Las medidas anunciadas no resuelven el problema del estrangulamiento de la economía por falta de dólares, pero buscan evitar nuevos focos de conflicto.
Aunque conscientes de que la restricción externa sólo se resuelve en el largo plazo mediante sustitución de importaciones y aumento de exportaciones, en el heterogéneo equipo económico están trabajando en alternativas en el frente financiero para fortalecer las reservas. Una línea de financiamiento contingente con el Banco Popular de China podría ser la vía. También se analiza facilitar el endeudamiento en el exterior del sector privado o promover el ingreso de inversiones extranjeras. Bajo estudio también hay medidas vinculadas al acceso al mercado cambiario por motivo de viajes al exterior. Además, desde un sector del Gobierno comenzaron a considerar la posibilidad de refinanciar vencimientos de capital mientras continúan cancelando los intereses con reservas. A continuación, un análisis las diferentes iniciativas desplegadas “para mantener alejada la restricción externa y no sumar más presiones a las existentes”.
- Banco Mundial y Ciadi: A lo largo del último lustro Argentina se desendeudó con los organismos multilaterales de crédito (FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo y CAF). Aunque continuó recibiendo financiamiento para diferentes programas sociales y proyectos de infraestructura, el repago de los vencimientos de capital e intereses fue mayor. Las presiones del lobby de los fondos buitre y las empresas que litigan contra el país en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), tribunal arbitral dependiente del Banco Mundial, trabaron el flujo de nuevos créditos del organismo, lo que profundizó el repago neto. En ese escenario, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, acordó en septiembre con el presidente del Banco Mundial un programa de créditos por 3000 millones de dólares a desembolsar entre 2014 y 2016. El giro de los fondos sería de 1000 millones por año. El financiamiento –todavía debe ser ratificado en diciembre por el directorio del BM– no generará un ingreso significativo de divisas, sino que permitirá aliviar las tensiones que se generaban en ese frente. La medida también facilitará eventuales créditos a empresas por parte de la Corporación Financiera Internacional (CFI), el brazo para el sector privado del BM. A cambio, el Gobierno alcanzó un acuerdo con cinco accionistas de concesionarias de servicios públicos privatizados –Azurix, CMS Gas, Continental Casualty, National Grid y Vivendi– que demandaron al país y tenían laudos con sentencia firme en el Ciadi.
Argentina aceptó la competencia del Ciadi durante el gobierno de Carlos Menem. Esa decisión, junto a la firma de 55 Tratados Bilaterales de Inversión, implicó la cesión de soberanía jurídica a tribunales internacionales. Néstor Kirchner y Cristina Fernández rechazaron pagar los fallos en contra, reclamando el reconocimiento de la jurisdicción local. Las compañías nunca lo aceptaron pero en agosto propusieron una salida negociada, contemplando una quita del 15 por ciento sobre el capital reclamado y del 45 por ciento sobre los intereses. Aceptaron, además, el pago en bonos de la deuda y una compra de los bonos Baade por el valor equivalente al diez por ciento del reclamo total. Esa inversión de 68 millones de dólares ya ingresó a las reservas.
- Bonos Baade con fondos genuinos: El blanqueo de capitales no arrojó los resultados esperados pero desde Comercio Interior y Política Económica impulsan que grandes empresas extranjeras ingresen divisas genuinas (no provenientes del blanqueo) para adquirir bonos Baade y financiar inversiones. Entre las firmas “interesadas” se destaca el anuncio de la petrolera Bridas que comprometió 500 millones de dólares. También expresó su interés la Corporación América. Guillermo Moreno negocia con las terminales automotrices, las ensambladoras de Tierra del Fuego y las mineras para que motoricen inversiones por esa vía, todavía sin resultados en concreto. El mecanismo “estimula” el ingreso de divisas para inversiones reales y le permite a las compañías hacerse de más pesos por dólar invertido al poder vender el bono en el mercado secundario, con ventaja sobre lo que obtendrían por liquidar los dólares ingresados ante el Banco Central. En el caso del ingreso de divisas por prefinanciación de exportaciones o créditos de casas matrices, el Banco Central dispuso que, cuando los recursos se destinen a la compra de los bonos, las empresas estarán obligadas a mantener en sus carteras los títulos hasta el vencimiento y cobrar sus ganancias de capital e intereses también en pesos. Si decidieran venderlos deberán hacerlo en moneda local. Esa medida buscó evitar que las divisas ingresadas a través de esos bonos habiliten una vía especulativa financiera y generen una doble salida de dólares. Quienes pretendían recurrir a ese mecanismo eran las empresas cerealeras.
- Prefinanciación de exportaciones: El Banco Central y la Secretaría de Política Económica promovieron la recuperación de las líneas de prefinanciación de exportaciones, fundamentalmente en el caso de las empresas cerealeras. Durante los primeros nueve meses de 2013 se registró un cambio en la estructura de cobros de exportaciones cerealeras: las prefinanciaciones en el exterior y los cobros anticipados de exportaciones se contrajeron en 2000 millones de dólares (esas divisas hubieran sido adquiridas por el Banco Central). En cambio, las firmas del sector comenzaron a tomar préstamos en el mercado local en pesos aprovechando las tasas bajas por una cifra cercana a los once mil millones de pesos y retrasaron la liquidación de divisas de sus exportaciones. A comienzos de octubre, las cámaras que representan a las compañías del sector se comprometieron a acelerar la liquidación de divisas de sus ventas externas a través de la recomposición de las prefinanciaciones con bancos del exterior y créditos con las casas matrices. El objetivo es que liquiden 2000 millones de dólares antes de fin de año.
- Swap con el Banco de la República Popular China: Las autoridades del Banco Central están negociando con su contraparte china un acuerdo para la provisión de yuanes por una cifra equivalente a diez mil millones de dólares. La medida representa la renovación de un convenio entre las bancas centrales de ambos países firmado en 2009 que venció el año pasado sin ser utilizado. El swap anterior sólo podía aplicarse a operaciones comerciales entre ambos países y el Banco Central pretende extender su uso a las necesidades financieras, fundamentalmente el pago de vencimientos de deuda. A diferencia de otras fuentes de financiamiento externo, como los organismos multilaterales o el mercado, el acceso a los recursos chinos no contempla condicionalidades para la política económica argentina y tiene un “precio y plazos accesibles”. Sin embargo, desde el equipo de Mercedes Marcó del Pont advierten que “no se trata de una negociación sencilla ni de resolución inmediata”. El posible acuerdo se enmarca en la estrategia geopolítica de expansión de China. A comienzos de octubre, el país oriental firmó un swap de similares condiciones con la Unión Europea por 57 mil millones de dólares y mantiene activos acuerdos más grandes con Corea del Sur y Hong Kong.
- Refinanciación de vencimientos: Argentina es el país que más se desendeudó entre 2002 y 2012. La relación entre deuda pública y el PIB cayó 73 por ciento, mientras que para el promedio de los países se observó un incremento del 38. La restructuración de la deuda y la recuperación de los fondos de la Seguridad Social explican la brusca caída. Como resultado, el peso de la deuda total cayó hasta el 45 por ciento del producto con un importante cambio en su composición. En diciembre de 2012, los pasivos públicos con el sector privado ascendían a solo 13 por ciento del producto, mientras que la deuda intrasector público llega al 26 por ciento. La posibilidad que barajan algunos funcionarios es refinanciar algunos vencimientos de capital con el sector privado –una práctica que ya se realiza en la deuda con el propio sector público– para disminuir las presiones sobre las reservas. Pero no todos en el Gobierno consideran que se trata de un camino apropiado. Quienes la promueven remarcan que “Bolivia obtuvo en el mercado 500 millones de dólares a una tasa del 6,25 por ciento y el año pasado lo había hecho al 4,8 por ciento, tasas muy atractivas a las que puede aspirar Argentina”.
“¿Qué quiere decir volver a los mercados? Una cosa es volver al viejo modelo de valorización financiera y convalidar la fuga de capitales y otra muy distinta es tomar deuda para financiar el de- sarrollo”, afirmó durante una conferencia reciente Marcó del Pont.
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