ECONOMíA
No ha seducido el crédito indexado
Los bancos no se han entusiasmado con la opción de armar líneas indexadas por CER. Dicen que el problema es la falta de demanda.
› Por Claudio Zlotnik
El Banco Central habilitó a fines de la semana pasada la posibilidad de que las entidades otorguen créditos indexados por la inflación. Un intento por reactivar el financiamiento al público y a las empresas. Al revés de Alfonso Prat Gay, en los bancos no creen que esa opción ayude a lograr ese objetivo. Al menos esa es la conclusión a la que llegaron distintos banqueros consultados por Página/12, una postura que promete reavivar la pelea entre el Gobierno y los financistas en torno de una realidad que pone nerviosos a los funcionarios: la ausencia de crédito. A la vez que desnuda otra realidad de la economía argentina: pocos creen que los salarios acompañen a la inflación.
Con el lanzamiento de los créditos que se ajustan por el CER, Prat Gay buscó una rebaja en las tasas de los préstamos de largo plazo. El argumento radica en que, al existir la certeza de que el valor del capital prestado se mantiene a lo largo del tiempo, los banqueros disminuirían en forma sensible el costo de las líneas. Tanto, que los particulares tendrían la tentación de endeudarse para adquirir un automóvil o un inmueble. En su puja con los bancos, tanto el Central como Economía acusan que las entidades son renuentes a bajar las tasas. Y que ese es el principal motivo de la ausencia de demanda.
Los financistas aceptan que los nuevos créditos serían más baratos. Claudio Miteff, economista del sector de créditos del Río-Santander, estimó que la cuota de un préstamo ajustable por el CER sería alrededor de 25 por ciento más económico que, por ejemplo, la línea hipotecaria ofrecida por el Banco Nación. “La tasa nominal anual ascendería a entre 9 y 9,5 por ciento anual”, calculó.
En la city sostienen que, aun cuando la tasa sea de un solo dígito, la propuesta oficial va camino al fracaso. El director del Banco Provincia Oscar Cuatromo descalificó que exista un problema de oferta de créditos. “No hay demanda. Ni la habrá con este tipo de línea. Los sueldos no se ajustan por la inflación, ni los empresarios saben si sus ventas acompañarán al índice de precios”, señaló en diálogo con este diario.
Otro punto oscuro del proyecto al que adhirió tanto Miteff como Leonardo Bleger, economista jefe del Credicoop, refirió al fondeo de los bancos. “Para prestar con el ajuste por el CER debería desarrollarse el mercado de depósitos indexados por ese índice. De lo contrario, corremos un serio riesgo de descalce”, dijo Bleger a Página/12. “Los créditos ajustables forman parte del sistema financiero del futuro. En el corto plazo no existen chances de éxito”, añadió, rotundo. Según el economista, la recuperación del crédito tras la crisis será “un proceso lento, tal como indica la experiencia internacional”.
Ricardo Camandone, del Banex, expuso una cuestión sensible a los intereses de los banqueros: la seguridad jurídica. “La historia indica que existe una alta probabilidad de que los salarios no sigan a la inflación, por lo que las deudas se tornarían impagables. No dudo que, entonces, el Estado vuelva a cambiar las reglas de juego y caigan todos los contratos”, apuntó el banquero.
El único aspecto que rescatan los financistas es que el flamante mecanismo genere crédito por una vía indirecta. Sería a través de las AFJP, más dispuestas a invertir sus fondos en instrumentos financieros que ajusten con la inflación.