En su última edición, el Indice de Precios al Consumidor (IPC-GBA) que calcula el Indec mostró una suba de 1,4 por ciento en diciembre con respecto al mes anterior, con lo que el año pasado cerró con un avance de los precios de 10,9 por ciento. A partir del mes que viene, la inflación tendrá como indicador central el Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPC-Nu), del cual se espera que registre un ritmo de variación de precios acorde con el resto del sistema de indicadores estadísticos, con políticas públicas y más en línea con estimaciones privadas que ubican la inflación del año en un valor que es más del doble que el oficial.

El aumento del IPC-GBA del Indec en diciembre fue el más alto desde marzo de 2005, que resultó igual al de enero del mismo año. Y el antecedente es agosto de 2002, en el marco de una economía que todavía estaba bajo el shock de la devaluación que cerró la etapa de la convertibilidad. La aceleración en el ritmo de aumento de precios el mes pasado tuvo varios condimentos. El más importante es el fuerte incremento en el tipo de cambio que aplicó el Banco Central. En los últimos dos meses de 2013 la devaluación del peso rozó el 10 por ciento, lo que impactó sobre precios a través de los insumos importados y en los productos que se consumen en el mercado interno, pero que también tienen salida al exterior. Eso coincidió con un mes de normal aceleración de precios por las fiestas y con la salida del ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, quien autorizó últimas subas a las empresas de consumo masivo, sumado a que las firmas luego aprovecharon el recambio para volver a remarcar.

El índice oficial de precios en diciembre registró una suba de 1,6 por ciento en alimentos y bebidas. Se destacó el alza en frutas (5,2 por ciento), carnes (2,9), bebidas (2,2), azúcar, miel, dulces y cacao (2,2), lácteos y huevos (1,9) y productos de panificación, cereales y pastas, con un 1,6 por ciento. El rubro esparcimiento creció 2,8 por ciento, impulsado por turismo, en el inicio del período vacacional, con el 4,8, y por equipos de audio, televisión y computación (3,1). En indumentaria, el aumento fue de 1,4 por ciento, ya que la ropa avanzó 2,1. Atención médica y gastos para la salud creció 2,1 y equipamiento y mantenimiento del hogar, 1,8 por ciento. Transporte y comunicaciones subió 1,3 por ciento.

Una de las herramientas que puso en práctica el Gobierno para enfrentar la suba de precios es el acuerdo Precios Cuidados. El secretario de Comercio, Augusto Costa, pretende que la canasta de 194 precios se convierta en una referencia para los consumidores y domestique los demás precios. Analistas del mercado de productos masivos destacan, como característica positiva del acuerdo, que los precios establecidos son “de mercado”, por lo tanto relativamente atractivos para las empresas, que hay precios únicos y que se prevé una revisión de éstos de manera trimestral. El punto débil del acuerdo es que la canasta elegida es pequeña en relación con el volumen de productos que circulan por las góndolas.

El de diciembre fue el último IPC-GBA, porque a partir del mes que viene el Indec comenzará a publicar el IPC-Nu con la variación enero vs. diciembre. El nuevo índice ofrecerá un único valor para todo el país, que será calculado en función de seis canastas regionales cuyos valores no serán publicados. Se espera que el nuevo índice ofrezca un nivel de variación de precios superior el IPC-GBA. La justificación oficial es que va a contemplar otras áreas del país donde es menor la efectividad de las políticas de contención de precios como el acuerdo con supermercados y proveedores y los subsidios a las tarifas de los servicios públicos. El nuevo IPC también viene a aflojar la tensión potenciada por las estadísticas oficiales entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que motivó una moción de censura del organismo.