Mar 21.01.2014

ECONOMíA  › EL MINISTRO DE ECONOMíA SE REUNIó CON EL DIRECTOR DEL GRUPO DE PAíSES ACREEDORES

“Se consolida la negociación con el Club”

Después de su entrevista con el titular del Club de París, Kicillof se mostró optimista por la marcha de las conversaciones. El foro mantendrá mañana una reunión de directorio para tratar el caso argentino. Dijo que hay una base para una propuesta de pago.

› Por Tomás Lukin

El gobierno argentino y el Club de París reactivaron ayer el diálogo formal para regularizar la deuda impaga con ese grupo de 19 países. El ministro de Economía, Axel Kicillof, encabezó una reunión con el titular del foro, Ramón Fernández, en la capital francesa, donde evaluaron detalles y alternativas para un potencial acuerdo. “Se trató de una reunión ampliamente positiva y se ha consolidado la posibilidad de avanzar con las negociaciones entre las partes”, expresó el titular del Palacio de Hacienda, que estuvo acompañado por el secretario de Finanzas, Pablo López.

Los compromisos impagos sumaban 6500 millones de dólares en 2001 y hoy superarían los 9000 millones, ya que se deben contabilizar intereses punitorios. El pasivo impago arrastra una amplia lista de intentos de normalización abortados desde 2008. Con esa historia reciente, ambas partes se mostraron cautelosas y herméticas después de la única reunión celebrada en el Ministerio de Economía de Francia, sede del foro de países. A la escueta pero optimista afirmación de Kicillof, la secretaria general del grupo, Clotilde L’Angevin, sumó que no existe una negociación formal en marcha entre las partes. “Argentina presentó algunos principios centrales que pueden servir como base para una propuesta de pago. Esta reunión sirvió para compartir visiones y posiciones”, precisó la funcionaria del Tesoro francés.

En París, Kicillof contó con la asistencia del embajador ante la Unión Europea, Hernán Lorenzino, y el coordinador de la Unidad de Reestructuración de Deuda, Adrián Cosentino. Ambos funcionarios comenzaron a allanar el terreno a fines del año pasado con los representantes de los principales acreedores argentinos, Alemania y Japón, así como con las autoridades de Estados Unidos. La estadía del ministro no duró 24 horas. Kicillof arribará hoy al aeropuerto de Ezeiza y, desde el Palacio de Hacienda, ya informaron que brindará una conferencia de prensa para “explicar los avances del encuentro”. Por su parte, según indicó la francesa L’Angevin, directivos y miembros del Club de París se reunirán mañana para analizar los pormenores del encuentro con el equipo económico argentino.

Kicillof llevó un menú de alternativas para alcanzar una solución “creativa” y normalizar el pasivo. “Existen diferentes cursos de acción”, expresó ayer por la mañana el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. La oferta no está definida, pero no contemplaría pagar con reservas del Banco Central –aunque no se descartan desembolsos en efectivo en algún momento–, ni la intervención del FMI como exige el Club de París en la mayoría de los casos. “La intención sería lograr un esquema de pagos satisfactorio para ambas partes”, indicó Capitanich para enfatizar que cualquier acuerdo deberá “atender al interés nacional, a la capacidad de pago efectiva en virtud de los vencimientos de los servicios de la deuda pública de capital e intereses”.

En ese sentido, el funcionario precisó que “los vencimientos programados para 2016 al 2019 tienden a ser decrecientes y por eso el instrumento de pago debe ser compatible con el flujo de servicios de capital e intereses de la deuda”. Una alternativa atractiva para el Gobierno sería cancelar los pasivos contraídos a lo largo de los últimos 40 años con bonos, aunque los acreedores –Alemania contabiliza el 35,6 por ciento del total y Japón, 24,8– no estarían interesados en ese mecanismo.

La búsqueda de un acuerdo con el Club de París forma parte de la estrategia de administración y normalización de pasivos en marcha desde 2003 después de la crisis de la convertibilidad. La intención es abrir canales para el ingreso de divisas, en un contexto de caída de reservas del Banco Central e importaciones de energía crecientes. Regularizar el default con el club, repiten desde el establishment financiero vernáculo y extranjero, facilitaría el acceso a los mercados de capitales para provincias y empresas, reduciría el costo de financiamiento en el mercado internacional y generaría un incremento en la inversión extranjera directa. Quienes defienden ese razonamiento inscriben el acuerdo con el foro de países dentro de una estrategia más amplia donde también figura el reciente pago con quita y bonos a las empresas extranjeras que lograron sentencias firmes en el Ciadi, el arreglo con Repsol por la expropiación del 51 por ciento de YPF, los cambios en las mediciones de precios supervisadas por el FMI y un potencial arreglo en la disputa con los fondos buitre en Estados Unidos. La normalización del escenario financiero de un país desendeudado como Argentina facilitaría al Gobierno intentar refinanciar vencimientos de capital para restar presiones sobre las reservas internacionales del Banco Central.

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