ECONOMíA › EL NUEVO IPC Y LAS CANASTAS DE CONSUMO REGIONAL
El resultado del 3,7 por ciento para enero le dio margen de credibilidad al nuevo índice de precios. Pero además, en su confección se logró un reflejo más fiel de los gastos de las familias en todo el país.
› Por Federico Kucher
El nuevo índice de precios al consumidor del Indec (IPC nacional urbano) es el resultado de cuatro años de trabajo del Estado, donde participaron provincias, organismos internacionales y centros estadísticos de otros países. “Por primera vez en la historia argentina se elaboró un índice de precios a nivel nacional. Esto implica reflejar una canasta de consumo representativa de lo que compran los hogares, pero no sólo en el área metropolitana (como ocurría hasta el momento) sino para todo el país”, explicó el ministro de Economía, Axel Kicillof. El esfuerzo que requirió este proyecto no tiene precedentes. La construcción del IPCNu comenzó con el Censo Nacional de 2010, que permitió conocer la distribución poblacional de las zonas urbanas. Con los números del Censo 2001, la medición de precios se habría concentrado en pocos distritos representativos, cuando ahora asciende a 146 localidades en todo el país, lo que permite estimar el impacto del proceso inflacionario sobre 36 millones de argentinos.
El segundo paso fue la encuesta nacional de hogares 2012-2013, con el objetivo de tener una aproximación acerca de qué y cuánto consumen las familias urbanas en las distintas regiones del país (Noroeste, Noreste, Cuyo, Pampeana, Metropolitana y Patagonia). Esta encuesta computó cambios económicos relevantes respecto de la de 2004-2005. En el área metropolitana, que concentra la mitad de la población del país, el gasto de las familias en alimentos alcanzó a representar 33,3 por ciento de los gastos totales, cuando era del 37,9 por ciento a mediados de la década pasada. A su vez, el consumo en indumentaria subió de 7,3 a 8,6 por ciento; en vivienda y servicios básicos (luz, agua y gas) retrocedió de 12,9 a 10,9; en equipamiento para el hogar (electrodomésticos) avanzó de 4,9 a 7; en salud, de 5,3 a 6,3; en transporte y telecomunicaciones, de 16,6 a 16,9; en esparcimiento, de 5,1 a 8,2, y en educación, de 4,3 a 3,3.
El ministro de Economía apuntó que las transformaciones estructurales de los últimos años explicaron estos cambios en el patrón de consumo de la población. Por caso, el aumento del ingreso disponible para la compra de electrodomésticos y otros bienes y servicios no esenciales explicó la menor participación de los productos de primera necesidad (alimentos) en la totalidad del gasto de las familias. “Ha cambiado la distribución del ingreso, la estructura productiva y la calidad de vida de los argentinos”, subrayó el titular del Palacio de Hacienda.
El resultado del censo 2010 y de la encuesta de hogares permitió elaborar seis canastas regionales que se emplean para calcular el índice de precios a nivel nacional. En este punto, el aumento de los precios en el área metropolitana, que concentra la mayor densidad geográfica del país, produce un impacto del 46,2 por ciento sobre la variación total del IPCNu. A su vez, la región Pampeana impacta en 29,8 por ciento; Noroeste, en 7,4; Patagonia, 6,2; Cuyo, 5,4, y Noreste, 5.
En la selección de productos y ponderaciones de cada una de estas canastas, el Indec tuvo en cuenta las diversas realidades regionales. El servicio de subterráneo que se contabiliza en el área metropolitana, por ejemplo, no tiene un equivalente en otras áreas del país. Así, el nuevo indicador releva 520 variedades (159 productos), de los cuales 470 son compartidos entre las seis canastas y el resto varía dependiendo de hábitos y disponibilidad. La anterior medición de precios minoristas tomaba datos de 440 variedades sólo en el Gran Buenos Aires.
Las ponderaciones de los productos de las canastas del indicador nacional resultan elementos claves para examinar contrastes regionales. Por caso, el consumo de alimentos y bebidas representa, en Patagonia, 27,4 por ciento del gasto total; en Cuyo, 31,6 por ciento; en Noreste, 39; en Noroeste, 39,8; en Pampeana, 32, y en Gran Buenos Aires, 33,3. A su vez, transporte y telecomunicaciones ocupa 16,9 por ciento del gasto en el área Metropolitana; 19,7 por ciento, en la región Pampeana; 17,9 por ciento, en Noreste; 18, en Noroeste; 21,9, en Cuyo, y 22,5, en Patagonia. Los subsidios para el transporte de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano explican esta diferencia de composición.
Además de los rubros agregados, el detalle de los bienes y servicios también ofrece elementos para subrayar. A nivel nacional, 25 por ciento de los gastos más representativos de las familias se concentra en cuatro productos: carne vacuna, alquiler de la vivienda, combustible, comidas y bebidas fuera del hogar, compraventa de vehículos y productos de panadería y pastelería. Por su parte, se registran algunas particularidades región por región. En la estructura de consumo de las familias, el área metropolitana es la única que tiene productos farmacéuticos entre sus seis primeros gastos. En cuanto a los alquileres, representa en la mayoría de las canastas regionales el primero o el segundo de los gastos, con la excepción del Noroeste, donde tiene un impacto mucho menor (puesto 11). En esta última región, el servicio de telefonía móvil se posicionó entre los primeros lugares.
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