Referentes de las principales cámaras patronales del país coincidieron en que las paritarias se están resolviendo con cierta fluidez y sin “desbordes” que provoquen tensiones inflacionarias. No obstante, la cuestión de los precios fue parte del temario que los convocó ayer en un nuevo almuerzo del denominado Grupo de los 6 (G-6) y que tuvo como anfitrión a la Cámara de Comercio, que inicia por estos días su paritaria salarial. “Las cosas están más tranquilas que hace unas semanas. Las paritarias se están resolviendo bien, aunque con el tema de la inflación todavía no se sabe”, señaló a este diario el titular de la Unión Industrial, Héctor Méndez, uno de los asistentes al convite. Los distintos sectores presentaron sus ecuaciones. La industria y la construcción comparten el diagnóstico de un aumento en los insumos importados producto de la devaluación del peso. Los bancos no acusaron queja. El aumento en el tipo de cambio les significó en enero una ganancia record de 9737 millones de dólares.

Los titulares de las cámaras retomaron sus reuniones mensuales, pese a que el inicio de estos encuentros comenzó en 1987 y sus integrantes sostienen que nunca fueron interrumpidos. En esta oportunidad participaron además Méndez y el dueño de casa (Cámara de Comercio), Carlos de la Vega, el presidente de la Cámara de la Construcción, Gustavo Weiss; de la Bolsa Argentina de Comercio, Héctor Orlando; de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), Jorge Brito, y de la Sociedad Rural (SRA), Luis Etchevehere. Fue el segundo encuentro del año. La anterior reunión se había focalizado en el comienzo de la discusión salarial. Entidades como la UIA incluso mantuvieron encuentros paralelos con sindicatos para sondear los pedidos. Los cierres hasta el momento tranquilizan a la patronal.

En las últimas semanas, algunas de las paritarias salariales importantes ya fueron cerradas en torno del 30 por ciento, lo que da una pauta hacia el resto de los sectores. Además de la extensa negociación docente, se cerraron acuerdos salariales en metalúrgicos y construcción. Este último acordó anteayer un aumento de 15 por ciento este mes y 10 por ciento acumulativo en julio, que completan un 26,5. También se incorpora al básico una suma no remunerativa de 1200 pesos otorgada el año pasado que impactará en el aguinaldo y lleva la suba en las planillas por encima del 29 por ciento. Es el primer acuerdo paritario de peso del año, los metalúrgicos acordaron un aumento de 27,25 por ciento, en dos cuotas acumulativas, de 15 y de 10 por ciento en abril y julio. De la Vega confirmó ayer el inicio de la paritaria salarial para su sector. En este caso, habría un principio de acuerdo con un 25 por ciento de aumento en dos cuotas, 15 de abril y 10 de julio, y dos pagos no remunerativos de 1500 pesos.

Pese a la tranquilidad que el desarrollo de esas paritarias les ofrece a los empresarios, cada sector evidencia una realidad distinta. Desde el sector industrial, las quejas provienen de las economías regionales y de algunas actividades con insumos importados. “Hay problemas comerciales. La venta cayó mucho y eso comienza a pegar en la cadena de valor”, afirmó Méndez. La construcción también acusa problemas de insumos y costos altos. Todas las miradas están puesta en el impacto final del alza de hasta 20 por ciento de shock que implementó el Gobierno. Los bancos fueron principales beneficiarios de esta devaluación. Según el último informe del Banco Central, en enero obtuvieron ingresos adicionales de 9737 millones de pesos por efecto de la devaluación, casi el doble de lo que percibieron por la colocación de créditos.

En la reunión volvió a tratarse la posibilidad de invitar a un funcionario del gobierno nacional para mostrarle algunos informes sectoriales. Para ello, el Gobierno inició el Diálogo Económico y Social, pero en los últimos meses no hubo nuevos llamados. Desde la Unión Industrial iniciaron esta semana los sondeos telefónicos para ver si algún funcionario del equipo económico acepta la invitación para una reunión con los popes empresarios en la sede fabril. La idea de la reunión surge luego de que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, saliera al cruce de Méndez, tildándolo de mentiroso, cuando el empresario del plástico criticó una supuesta falta de diálogo.