La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea, les aplicó ayer una multa por un total de 302 millones de euros a once productores de cables eléctricos de alta tensión, por formar un cartel que, durante casi una década, se repartió mercados y clientes a escala casi global, definiendo quiénes participaban en cada licitación en territorio europeo o asiático, y cómo se distribuían los negocios en el resto del mundo. La fabulosa estafa a los estados contratantes involucra a las firmas mundiales más reconocidas en el rubro. Simultáneamente, se conoció que las autoridades antimonopolio de Alemania sancionaron a dos fuertes grupos fabricantes de cerveza, y a otras cuatro firmas regionales del mismo rubro, con multas por 231 millones de euros por violar las normas de competencia pactando precios entre sí.

Estas multas se suman a las ya fijadas en enero a otras cerveceras por similares motivos, con lo cual las sanciones suman ya 340 millones de euros en lo que va del año. En la primera oportunidad habían sido multadas las empresas Bitburger, Krombacher, Veltins, Warsteiner y Barre, y las multas resultantes alcanzaron entonces los 106,5 millones de euros.

La investigación continuó, ante la presunción de que los acuerdos monopólicos de precios estarían afectando a cerca del 50 por ciento del mercado de la cerveza en Alemania. Ayer, las mismas autoridades informaron sobre nuevas sanciones, que ahora alcanzan al grupo Raderberger, fabricante de la cerveza Jever, y a Carlsberg, responsable de la cerveza Holsten, además de cuatro firmas regionales. El monto de las multas sumó 231,2 millones de euros en esta ocasión.

En el caso de los productores de cables eléctricos sancionados por la Comisión Europea, los afectados directos son los propios gobiernos que contrataban la compra para sus tendidos eléctricos de alta tensión, confiando que una licitación atraería a los que ofrecieran los precios más convenientes. Sin embargo, no funcionaba así la cosa.

El grupo de compañías que se habían asociado para manipular las licitaciones, según pudo determinar la Comisión Europea, está compuesto por seis empresas europeas, tres japonesas y dos coreanas entre las oferentes de cables. Pero también quedó involucrado en la maniobra denunciada el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, que deberá hacer frente a una multa de 37 millones de euros.

Joaquín Almunia, vicepresidente de la CE y responsable del área de Competencia, señaló en rueda de prensa que las empresas “sabían muy bien que lo que estaban haciendo era ilegal, actuaron con prudencia y gran secreto; a pesar de ello, hemos detectado esos acuerdos contrarios a la competencia y les hemos puesto fin”.

Los cables que fabricaban las empresas implicadas se utilizan para proyectos de infraestructura, en centrales eléctricas o parques marinos, y para interconectar las redes eléctricas en distintos países. La mayor parte de los grandes productores de cables de alta tensión a nivel mundial estaban implicados en los acuerdos. En particular, incurrieron en esas prácticas ABB, Nexans, Prysmian (anteriormente Pirelli), J-Power Systems (antes Sumitomo Electric e Hitachi Metals), Viscas (conocido previamente como Furukawa Electric y Fujikura), Exsym (previamente SWCC Showa y Mitsubishi Cable), Brugg, NKT, Silec (antes Safran), LS Cable y Taihan.

En el caso de Goldman Sachs, “deberá asumir su responsabilidad por ejercer una influencia decisiva en esas prácticas”, como propietaria controlante de Prysmian. En el caso de ABB, ha recibido “plena inmunidad” al haber sido la que reveló la existencia del cartel ante la Comunidad Europea. La investigación reveló que entre los años 1999 y 2009, los fabricantes mencionados sellaron acuerdos por los cuales ni los productores europeos intervenían en Asia, ni los asiáticos en Europa, y a la vez se repartían gran parte del mercado mundial restante.